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PLANES MALVADOS

—La navidad es en dos días, Tom.—dijo Seraphina mientras caminaban hacia el comedor, donde cenarían con sus padres y Leo.—realmente no tengo ganas de ir a la Mansión Malfoy para otra gran fiesta, pero compré un vestido nuevo.—balbuceó mientras Tom simplemente la escuchaba, sin decir nada.—Es muy bonito, pero es negro y realmente no estoy acostumbrada a vestir de negro, ¿sabes?.—No le dio tiempo a Tom para responder.—Creo que me hace parecer mayor.

—¿Por qué querrías parecer mayor?.—Le preguntó cuando llegaron al pasillo que conducía al comedor.

—Simplemente no quiero parecer una niña.—le sonrió mientras escuchaban voces en el comedor. Tom la miró de una manera extraña y dejó de caminar, agarrándola del brazo para que ella también se detuviera.—¿Qué?.

—¿Cuándo vas a romper con él?.—Ella frunció el ceño cuando escuchó su voz, no sonaba para nada como la de Tom.

—No lo sé, lo pensaré durante la cena, tal vez estar en su presencia me ayude a tomar una mejor decisión.

Tom suspiró, todavía agarrando su brazo.—Termina con esto de una vez.

—Lo haré, pero no ahora. No puedo simplemente romper con él en presencia de mis padres.—no dijo nada y siguió mirándola con cara seria.—Tom, él es mi novio, no él tuyo. Creo que todavía tengo el poder de decidir cuándo voy a romper con mi novio.

Él soltó su brazo y ella frotó el lugar donde antes estaba su mano.—Sabes que no soporto su presencia.

—Suenas igual que él. ¿Vas a llamarme niña también?.—Ella le dedicó una sonrisa sarcástica.—¿Qué pasa con la gente que me dice qué hacer?.

Tom respiró hondo.—No te atrevas a compararme con él.

—Déjalo, Tom. Tengamos una cena tranquila, ¿de acuerdo? Terminaré con él cuando me apetezca y si quiero.—entrecerró los ojos hacia él.—Y no vas a cambiar de opinión.

Ella se giró para entrar al comedor y él se paró unos momentos detrás de ella sólo para verla caminar. Las comisuras de sus labios se elevaron lentamente, decidiendo la forma en que realmente cambiaría de opinión. Y estaba absolutamente seguro de que después de la cena tendría a Seraphina para él solo, sin Leo ni nadie más que pudiera interrumpirlos.


[...]


—Tom, muchacho, tengo un proyecto especial para el verano en el Ministerio, algo que tiene que ver con artefactos valiosos perdidos.—habló el padre de Seraphina cuando ya estaban en su segundo plato.—Terminarás tus estudios en menos de un par de años y creo que es una gran oportunidad para que empieces a buscar una carrera adecuada. ¿Qué opinas?.

Seraphina, que estaba sentada entre Tom y su padre, no levantó los ojos para mirar a Balthasar, pero no contuvo la ira dentro de ella cuando escuchó sus palabras.—Sé que Tom lo aceptará en un abrir y cerrar de ojos, padre. Sin embargo, no puedo evitar preguntarme si tienes otra gran oportunidad lista para tu hija.

Después de años y años, todavía se sentía herida porque a sus padres les agradaba más Tom que ella. Seraphina simplemente no podía entender por qué lo veían como alguien perfecto y ella era el epítome de la desgracia. Ella era tan inteligente como él, tan astuta como él, tan ambiciosa como él. Seguramente ella no estaba bien manejada como él, pero tal vez si sus padres se preocuparan lo suficiente como para criarla, ella no sentiría esa ira constante dentro de su pecho.

Benilda dejó caer su tenedor de plata como si estuviera escandalizada.—¡Seraphina! ¿Cómo te atreves a hablarle a tu padre con tan malos modales?.

Balthasar Vevrain sacudió la cabeza con desaprobación.—La niña es una causa perdida, querida.—como si nada hubiera pasado y luego se volvió hacia Tom con una pequeña sonrisa.—Lamento el arrebato de mi hija, Tom.

KNEEL | TOM RIDDLE ✓Where stories live. Discover now