Si vis pacem, para bellum.

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Trece meses después

Llamada telefónica.

—¿Alana? — preguntó una voz adormilada.

— Hola Astrid, perdón que te moleste, probablemente estabas durmiendo — la otra vez femenina parecía quebrada, como si hubiera llorado.

— No me molestas, ¿Qué sucedió? ¿Algo está mal?

— Hubo un giro rotundo en el caso del Destripador de Chesapeake. No vas a creerlo. Yo aún no puedo creerlo, pero lo encontramos.

Hubo un silencio al otro lado de la línea, solo ellas dos entendían de lo que estaban hablando. La voz dolorosa continuó hablando.

— Necesitamos a alguien que intervenga psiquiatricamente en el caso, pensé en ti.

—¿Y por que no tu?

Otro silencio incómodo.

— No puedo hacerlo, ya estoy lo suficiente involucrada en él.

— Veré que puedo hacer.

Doctora Bloom || Hannibal.Where stories live. Discover now