36

136 24 0
                                    

—¿Cómo se enteró? — pregunté mirando fijamente a Will.

Mason se había enterado que su hermana Margot estaba embarazada de Will, y la reaccion, por supuesto había sido mala. Pero quizás no la que todos esperaban.

Al enterarse de que su hermana traería al mundo a un heredero, a un Graham, la manipuló hasta el punto de llevarla a un hospital para que cometa un aborto, y no solo eso, le realizó una histerectomía, quitándole totalmente su útero y las posibilidades de ser madre en un futuro.

— No lo sé, alguien se lo dijo.

— No puedo creer que una persona sea capaz de hacerle algo así a su hermana, ¿Quitarle a su bebé y a las posibilidades de volver a ser madre? — pregunté horrorizada y miré a Will — Lo siento, no te pregunté cómo estabas.

Suspiró — Puede que Margot no signifique nada en mi vida, y que me haya engañado, pero llevaba a mi bebé.

Lo entendía, y me puse a pensar cómo sería Will siendo padre. Sonreí inconscientemente, hubiera sido muy bueno.

—¿Que vas a hacer ahora?

— Lo que tuve que hacer hace mucho tiempo. El golpe final.

—¿A qué te refieres?

Me miró — Cuando fuiste mi psiquiatra te lo dije, y te lo vuelvo a decir ahora en una situación diferente. ¿Crees que Mason tuvo la idea de deshacerse del bebé? ¿Cómo crees que se enteró del embarazo? Por favor, Astrid — rió con ironía— La única cosa en común que tenemos Margot, Mason y yo es el mismo psiquiatra.

— Entonces crees que Hannibal le dijo a Mason lo del embarazo.

Asintió — Si, eso creo.

— Estoy muy confundida con la relación entre ustedes dos. No la encuentro interesante.

— Lo harás.

🔍

La última conversación con Will hizo que me decida a hacer lo que desde hace tiempo quería hacer, así que días despues, y con mis propias sospechas, fui a la prisión en la que Elio estaba.

—¿Identificación? — preguntó el guardia mirándome mal.

Saqué la placa del FBI que tomé prestada de la cartera de Alana. Leyó el nombre y enarco la ceja, sin entender muy bien de que trataba todo esto.

— Alana Bloom — leyó —¿A qué vienes?

— Necesito una entrevista con Elio Donovan, es urgente.

—¿Por qué el FBI de pronto quiere reabrir el caso?

El hombre hacia muchas preguntas y yo estaba poniéndome progresivamente mas nerviosa de que descubra la mentira.

— Motivos de investigación. Nada más que eso.

Lo meditó un segundo pero se fue a un lugar desconocido y a los pocos minutos regresó.

— Mi superior dice que podemos cederte la entrevista con Donovan, pero sería dentro de dos horas. Ahora mismo resulta imposible.

— Si, cuando sea. Tengo tiempo suficiente.

Respiré aliviada, pero por dentro sentí como mi estómago caía. Eran nervios, angustia, miedo. ¿Cómo reaccionaria Elio cuando me vea? ¿Cómo reaccionaria yo, mejor dicho?

Las dos horas pasaron tan rápido como pudieron, dos policías se acercaron a mi para guiarme a la habitación donde se concretaría la entrevista. Me senté, mis piernas temblaban y estaba intentando con todas mis fuerzas mantener la calma.

Lo ví entrar a los pocos minutos, mis ojos se abrieron con impresión, ahí estaba él. Sus ojos me miraban, pero al mismo tiempo no lo hacían.

Había conocido y salido con Elio Donovan por más de dos años, pero este hombre, este hombre no era Elio.

— Me parece que no eres Alana — murmuró con voz ronca — ¿Qué quieres de mi, Astrid?

Doctora Bloom || Hannibal.Where stories live. Discover now