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— Es cuestión de atraparlo, y evitar que aparezca la próxima familia víctima — explicó Jack — El problema es que se trata de un asesino escurridizo, curioso, pero como ya hemos visto, desprolijo. Cualquier mínimo error puede delatarlo, puede llevarnos a él.

Will y yo asentimos, Jack nos había citado en su despacho para hablar sobre el caso del Dragón.

—¿Y si le tendemos una trampa? — pregunté inconscientemente — hay algo que debe atraer a este asesino, algo que..

—¿Qué propones? ¿Que sacrifiquemos a una familia solo para atraparlo? Todos sabemos que puede fallar.

— No me refería a eso, no lo sé, todos los asesinos tiene una ambición. Si podemos descubrir algo más, quizás tengamos una trampa.

— En realidad coincido con Astrid — agregó Will — Puede ser una buena idea, pero por ahora es riesgo. Tenemos que evitar más tragedias, más familias muertas.

Miré de reojo al castaño, él más que nadie quería que estos asesinatos terminen de una vez. Era parte por lo que había aceptado volver, solo por eso.

— Reforzamos las investigaciones — Jack miró unas hojas — los investigadores de varios estados lo están buscando. No puede ser tan complicado, al asesino más difícil ya lo atrapamos una vez.

Asentí, Will habló de nuevo y se dirigió a nuestro jefe.

— Quiero que me lleves a ver la casa de la última familia que asesinó, quiero ver la escena del crímen.

Jack miró a Will y luego me miró a mi, esto solo podia significar una cosa: Will volvió, y estaba listo para resolver este caso. Cuando me quedé sola con Will me acerqué a él, apreté su hombro con confianza.

—¿Estarás bien?

Suspiró — Hace mucho que no hago esto, ya sabes, visitar una escena del crímen, pero no te preocupes, prometo que estaré bien.

— Confío en ti — me encogí de hombros — De todas maneras siempre fuiste el mejor en esto.

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— Que olor tan delicioso — exclamé al ver cómo Reba, mi amiga, sacaba d horno un delicioso pastel de moras.

— Es una nueva receta — tanteó la mesa para depositar ahí la fuente con el pastel — espero que haya salido mejor que la anterior.

Le reste importancia — No seas modesta, nunca me voy a cansar de alabar tus postres. ¿Necesitas ayuda con algo?

— Oh no, por supuesto que no — contestó sonriendo — solo me falta servir el té y termino, por favor ponte cómoda.

Conocí a Reba hace un año, fue una casualidad inesperada pero de lo más hermosa. Fue un incidente en la calle, chocamos y la ayudé a llegar a una dirección, estaba perdida.
Era una mujer increíble, fuerte y muy amigable, y a pesar de su condición, me refiero a su ceguera, ella tiene los ojos más brillantes que había visto en mi vida.

Sirvió la merienda y las dos empezamos a comer, era rutina de todas las semanas visitarla o ella misma venir a mi casa. Teníamos una especie de visita semanal.

—¿Puedo contarte algo? — preguntó después de estar en un silencio cómodo por al menos dos minutos — siento que deberías saberlo.

La miré con curiosidad — Por supuesto, confía en mí.

Jugó con una de las moras en su plato — Últimamente conocí a alguien, a un hombre.

— Oh, entonces es eso — tomé la taza y la lleve a mis labios — continúa.

—  Lo conocí en el trabajo, fue casi un error, como nos conocimos nosotras. Entré a un estudio y sentí su presencia, él estaba buscando para revelar unas fotografías y lo ayude — suspiró — no puedo mentirte, lo volví a ver algunas veces más.

—¿Como es su nombre? — pregunté.

Ella sonrió cabizbaja— De cariño lo llamo señor D, pero su nombre es Francis. Ojalá pueda presentartelo algún día , es un hombre fantástico, un poco tímido, su voz es grave y misteriosa. ¡Cielos, deberías haberlo visto cuando lo invite a pasar a mi casa! — soltó una pequeña risa que yo acompañé — es increíble, Astrid.

La miré con ternura, si sus ojos brillan antes, ahora brillaban el doble.

— Debe ser único si me hablas de él de esta manera, no tengo ninguna duda.

— Si, además me dejó sentir su cara — suspiró — no quiero mentirte, creo que me estoy empezando a enamorar. Lo ví hace unos días y ya ansío verlo de nuevo.

Tomé su mano por encima de la mesa.

— Me alegra que estés feliz — frunci el ceño repentinamente — pero ten cuidado, ¿Sabes?

Asintió — Lo sé, no quiero que esta relación sea como las demás, pero confío en él señor D, confio en que no me rompa el corazón.

— Debo admitir que estoy un poco celosa que el señor D tenga también el beneficio de probar tus pasteles — bromeé cambiando de tema, ella soltó una carcajada.

— Adivina, dice que soy una excelente pastelera.

Doctora Bloom || Hannibal.Where stories live. Discover now