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—¿Will sabe que vendrias a visitarme? — preguntó Molly con una sonrisa mientras preparaba té para ambas.

— Él no tiene por qué saberlo — contesté divertida y ella rió.

Era bueno volver a verla, sabía que aún estaba recuperándose de lo que le pasó y que ademas de eso estaba muy preocupada por Will, estaban sucediendo muchas cosas en nuestras vidas.

Las dos nos sentamos en el sofá con nuestras respectivas tazas de te, la nieve caía suave afuera, los grandes pinos estaban teñidos de blanco.

—¿Y cómo te sientes?

— ¿Mentalmente o físicamente? — preguntó mirando su taza y hizo una pausa — Ya no tengo que volver al hospital y eso es bueno, pero sigo preocupada, Will sigue involucrado en todo este tema y aún no capturan al asesino que intentó matarnos.

Entendía esa sensación, y lo veía en sus ojos, estaba preocupada y angustiada. Tomé su mano y la apreté con suavidad.

— No soy tonta Astrid, se que algo malo está pasando, ahora Will me habló sobre un "plan" del que no me quiere dar detalles pero que ayudará al FBI a capturar al hombre — suspiró — Hace tres años me casé con Will y puedo asegurarte que este Will no es mi esposo, no es el hombre con el que me cansé, ¿Y lo peor? Él me lo advirtió.

—¿Te lo advirtió? — pregunté extrañada.

Asintió — Cuando Jack vino a buscarlo y le propuso trabajar en este caso él me lo advirtió, que volveria diferente, que no será el mismo. Y yo lo acepte, es más, lo incite a que vaya a trabajar porque sé que es lo que le gusta — negó varias veces.

—¿Te arrepientes? — pregunté llevando el líquido caliente a mi boca.

— A veces, si. Y me hace sentir mal porque como su esposa debería apoyarlo, pero tengo un mal presentimiento sobre todo esto. ¿Y si..? — frunció el ceño — ¿Y si termino perdiendolo?

— Tranquila, sé que Will está haciendo todo esto por ti, y bueno, por Walter. Está como loco desde que el Gran dragón rojo intentó lastimarlos.

Suspiró y me miró fijamente, de alguna forma sabía que podía confiar en mi.

— Ese es el problema Astrid, quiero a mi esposo, no quiero a un superhéroe.

Nos quedamos en silencio unos minutos, solo disfrutando de la compañía y de la otra y escuchando el ruido que el fuego de la chimenea lanzaba, suaves chispas que tenían a nuestros ojos y nuestros oídos entretenidos.

— Cuando conocí a Will al principio todo era perfecto, y luego me tocó enterarme por él todas sus acusaciones. Me enteré que estuvo encerrado injustamente pero también que hizo cosas de las que se arrepiente y de las que no está orgulloso — sonrió negando — ¿Y sabes que hice cuando me contó todos sus demonios, todas las sombras que lo acechan?

La miré con inquisición, esperando el remate.

Soltó una risa memoriosa y sus ojos se llenaron de nostalgia — Acepté casarme con él, porque me di cuenta de que a pesar de todo lo amaba, a pesar de sus defectos. Era amor.

Sonreí, se notaba como amaba a Will, y como Will la amaba a ella. Algo en mi estómago se encogió en pensar si las cosas salían mal en algún momento.

—¿Tú te sentiste así con Hannibal? — preguntó tomándome por sorpresa.

Aún no me acostumbraba a qué Will le haya contado todo, sentía raro que alguien sepa mi historia con Hannibal.

—¿A qué te refieres?

— Cuando te enteraste de lo que era, y de lo que hizo... ¿Tus sentimientos por el cambiaron?

— Es distinto Molly, es muy distinto a lo que te pasó con Will.

Ella sonrió y se acurrucó más cerca de mi, dándome algo de apoyo, me mantuve tensa, como ya lo dije, no queria hablar de este tema.

— No creo que sea distinto, en realidad, estoy segura que las dos estamos igual de preocupadas por lo que pase ahora, ¿Me equivoco?

No contesté, pero mi silencio fue una respuesta más que segura. ¿Y si algo pasaba con Will y con Hannibal en esta misión para atrapar al dragón?

Tomó mi mano suavemente y las cartas se voltearon, ahora era ella la que me daba consuelo — No tengas miedo Astrid, no te juzgo, jamás podría hacerlo. Es muy complicado sacar al amante del asesino.

Doctora Bloom || Hannibal.Where stories live. Discover now