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Con Alana llegamos a la casa, me dejé caer en el sofá soltando un largo suspiro, hoy había sido una jornada difícil, habían procesado a Chilton por el crímen de Abel Gideon y para sorpresa de todos Miram Lass lo había reconocido como el hombre que la tuvo secuestrada por casi dos años, reconoció al Destripador de Chesapeake.

Aún recordaba los gritos y la desesperación de ella al ver frente a frente al que le causó tal sufrimiento, aún me provocaba escalofríos de tan solo pensarlo. Y luego el disparo. Un error del FBI que pudo haber provocado la muerte de Chilton, pero Miriam estaba tan en shock que lo hizo por instinto.

— ¿En qué piensas?

— ¿En qué más? — murmuré — Pensar que Chilton fue a buscar refugio en Will porque el cuerpo de Gideon había aparecido en su casa y que él acuse directamente a Hannibal me hace pensar mucho.

Alana se sentó a mi lado, la notaba preocupada, y era raro verla preocupada.

— Siempre es Hannibal, ¿Verdad?

— Siempre. Pero no hay nada malo en él, ¿Cómo puedo creer esas acusaciones? Todas las veces que quisieron probar que era culpable, salió ventajoso.

— Quizás hay algo que nosotras no vemos por el simple hecho de estar involucradas con él.

Lo había pensado. Siempre lo pensaba, y aún así volvía a caer en su sonrisa encantadora. Creía que si Hannibal tenía algo que ver en todo esto, era un plan minucioso y casi bestial, propio de alguien que está mas allá de cualquier situación humana.

— Entonces eso es lo que te tiene inquieta este último tiempo, que desconfías que Hannibal, con el que déjame recordarte estás vinculada emocionalmente, tiene algo que ver en esto.

Alana fue bastante brusca al momento de decirlo, pero era exactamente lo que yo pensaba. Me mordí el labio con impotencia.

— No creo que Hannibal tenga algo que ver con el destripador. Pero tengo la sensación de que no me está diciendo toda la verdad.

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Entré a mi habitación y empecé a buscar unos papeles sobre un caso, no sabía exactamente qué, pero necesitaba algo para intentar despejar mi mente. En un momento mis dedos tocaron algo frío, algo que no pensaba encontrar. Era el collar que compartía con Hazel. Una sensación de nostalgia me inundó de pies a cabeza.

Recordé como había terminado su caso, prácticamente en la nada, con Elio como el culpable. Nunca había creído que él sería capaz de hacerlo, pero aún así lo hizo, y como todos, me decepcionó.

A veces me preguntaba qué sería de él, porque era obvio que seguía en prisión, y es cierto que nunca lo dejé darme una explicación medianamente coherente.

Jugué con el dije en mis manos, la una de mis dedos acarició la foto nuestra, Hazel se merecía más que esto, ella se merecía más que un caso apenas cerrado. De pronto recordé las palabras de Will sobre si creía que realmente Elio Donovan había matado a mi amiga, quizás el Destripador de Chesapeake y él tenian algo en común, quizás nada era casualidad.

— Pensé que eso se había perdido con la mudanza— preguntó mi hermana mirando lo que tenía en mis manos.

— Creí lo mismo, siento como una señal haberlo encontrado.

—¿Te ayudo con eso?

Me corrí el cabello y Alana lo enganchó en mi cuello, ahora estaba de nuevo conmigo, tenía a Hazel otra vez conmigo.

— Creo que quiero visitar a Elio.

— No creo que sea muy buena idea — contestó negando, era mi hermana mayor y de todos modos se iba a comportar así conmigo — ¿Por qué ahora?

— No lo sé, nunca le di la oportunidad de su verdad, por más dolorosa que sea.

Ella no contestó nada, simplemente se quedó pensativa.

La miré casi rogando — ¿Crees que puedas hacer una última cosa por mi?

Doctora Bloom || Hannibal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora