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Dominick Parker

La llegada de la hermana del coronel a Londres hizo revuelo por toda la central. Todo el mundo habla de ella, chismes están corriendo por todo los pasillos.

Patrick y Simon están enojados y cada vez que alguien menciona a la mujer ellos salen a su defensa diciendo que nada de lo que dicen es cierto.

—Ya quita esa cara. —Alexandra se sienta a un lado de su marido— Son sólo chismes, chiquito, no quiere decir que son de verdad.

—No lo son —Miller se cruza de brazos— Pero si Christopher llega a escuchar como hablan de su hermana, o peor, si a Destiny  le llegan los chismes...

—Se desatará el infierno. —Patrick respira hondo— Se ve callada y tranquila pero cuando se enoja es igual que Christopher.

No han parado de hablar de ella desde que llegó, me he pasado horas escuchándolos hablar de la magnífica Destiny Morgan.

Ya había escuchado un poco de ella cuando estaba en la academia, decían que se iba a ser una excelente soldado algún día y que era brillante en sus clases.

Luego, nada. Comenzaron chismes a los cuales no les presté atención, pero al parecer son chismes que si les importan a estos dos.

—Destiny Morgan... —Luisa coloca los codos sobre la mesa de la cafetería— Según lo que se dijo cuando íbamos en la academia...

—Luisa, no. —Simon negó mirándola serio— Lo que se dijo y lo que piensas jamás pasó.

—Tiene una hija de diez años, ella tiene veinticuatro, y el chisme mayor fue que se acostó con uno de sus profesores para subir la calificación.

Sí, también escuché de eso. No le he visto sentido ya que, siempre se dijo que ella era demasiado inteligente.

—Ella iba en una clase conmigo, Luisa. —habla Brenda— Nunca hablé con ella, pero estoy segura que no necesitaba ningún método para subir una calificación porque era extremadamente inteligente.

Mientras me mantengo callado y almorzando escucho cómo comienzan a discutir por la hermana del coronel y por todo lo que se dijo en la academia y en la central. No opino ni digo nada, aunque me intentan meter al tema.

Tengo que ir a entrenar a la tropa, así que me levanto cuando veo que el reloj en mi muñeca marca las diez de la mañana. Me dirijo al campo en donde la tropa aguarda por instrucciones. Les doy las órdenes claras y las próximas dos horas las paso supervisando su desarrollo durante el entrenamiento. Algunos han mejorado, otros empeoraron y serán mandados mañana mismo a la tropa de Lewis.

El sol comienza a azotar fuerte a medio día, el calor se vuelve insoportable a pesar de estar en una época fresca en Londres. Acabo el entrenamiento antes de que alguno termine desmayándose y los mandó a las duchas ordenando que regresen a sus deberes luego del almuerzo.

Regreso hacia mi oficina al cambiarme de ropa, debo encargarme de la próxima misión. Frunzo el ceño al estar por el pasillo y escuchar la voz de una niña. Observo hacia donde oigo esa voz y veo a una niña de cabello rubio hablando sola.

—Izquierda... No. —niega— Derecha y luego izquierda... Ay no sé. —se cruza de brazos enojada.

—Oye niña...

Da un brinco y se voltea asustada hacia donde mí poniéndose en posición de defensa mostrando los puños.

—¿Qué? —me mira con desconfianza.

Me acerco a ella, me detengo no tan cerca cuando veo que está lista para golpearme si doy un paso más.

Debe ser hija, sobrina o quien sabe qué de algún soldado, esa posición de defensa la enseñan en la academia y ella la sabe muy bien.

A New BeginningWhere stories live. Discover now