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Par de semanas luego...

Christopher

Toco la puerta de la habitación de Destiny. Son las tres de la tarde y ella sigue durmiendo. Alex me dijo que no ha querido salir ni abrir la puerta, a nadie.

—Des, soy yo, déjame entrar.

No contesta. Suspiro irritado. Llamo a la empleada para que traiga la llave de su habitación, lo hace y quita el seguro. Una vez entro está todo a oscuras.

—Des.

—Déjame sola...

Frunzo el ceño al escucharla sollozar. Enciendo la luz caminando hasta su cama para sentarme a su lado, destapando un poco su cuerpo de las sábanas para ver su rostro.

—Des, ¿qué pasa? —le quito el cabello de su rostro. Adivino que es lo que ocurre— Otra pesadilla.

Asiente.

—¿Puedo..? —vuelve a asentir.

La hago sentarse en la cama para abrazarla. Su cabeza se recuesta en mi hombro mientras paso mi mano por su brazo. Está temblando.

—Chris... ¿qué sucedió ese día?

Trago hondo.

—¿Por qué preguntas eso? No quiero hablar de eso.

Se estira para tomar una hoja de papel arrugada. Me la entrega. Cuando comienzo a leer lo que dice me doy cuenta del porqué estaba así.

Ese hijo de perra le escribió.

«Te sigues viendo igual de hermosa e inocente que siempre»

—¿Qué fue lo que pasó ese día? —repite.

Veo la llamada entrante de Destiny en mi celular. Lo tomo rodando los ojos. Si se le quedaron pinturas en casa otra vez no se las llevaré. Ya estoy cansado de tener que ir a llevarle cosas a donde sea que vaya a pintar porque se le olvidan.

—Enana, estoy ocupado.

—¡Chris! —me tenso al escuchar agitada— ¡Por favor ven por mi!

—¿Qué sucede? —me levanto llamando la atención del trío de idiotas— ¿¡Qué pasa Des!?

—¡Ayúdame! —escucho un golpe, la escucho gritar, y escucho la voz de Alekser diciendo que se quede quieta— ¡No, suéltame! ¡No me toques, suéltame por favor! Por favor... ¡Christopher!

La llamada se corta.

Agarro las llaves de mi auto ignorando las llamadas de Simon.

—¿Qué sucede? —Bratt me ve preocupado— ¿Desty está bien?

No contesto, sólo subo al auto. Manejo lo más rápido que puedo a donde el rastreador del celular de mi hermana me lleva. El corazón me late con fuerza, y el que me tarde casi una hora en llegar me preocupa más. Veo la camioneta a un lado de la carretera que está en medio del bosque.

Los otros llegan detrás de mi en el auto de Patrick, los ignoro sólo conectándome en buscar a mi hermana. Encuentro sus pinturas y lienzos en la parte más profunda.

—Christopher, por acá. —corremos hacia donde la escuchamos gritar.

La escena que me encuentro me hace ver rojo.

Tomo al hijo de puta por la nuca sacándolo de encima de mi hermanita. Los golpes en su cara dan una y otra vez, la sangre mancha mis nudillos y gotea a las hojas.

—¡Christopher! —entre Bratt y Patrick me quitan de encima de él— ¡Ve con Des!

Me empujan lejos del desgraciado inconsciente en el piso.

—Llévenselo, me haré cargo luego.

Simon tiene a Destiny en sus brazos, le había colocado su chaqueta de cuero negra encima para taparla. Sus piernas están cubiertas de sangre, su vestido está a unos metros de nosotros.

—Dámela. —su cuerpo tiembla cuando la tomo, no deja de llorar en ningún segundo.

Se termina desmayando en mis brazos al instante, cuando estoy en el auto o dejo en la parte de atrás para llevarla a casa.

—Lo demás ya lo sabes. —suspiro— No dejaste que un doctor de atendiera, gritabas que no querías que te volvieran a tocar.

—Eso ya lo sé. —se pasa las manos por el rostro llevando su cabello hacia atrás— ¿Pero que pasó con Alekser?

—Lo quería muerto, de mil y un maneras quería matarlo, pero Alex dijo que lo iba a encerrar y que dentro de la cárcel se harían cargo de él.

Las veces que intenté matarlo y el de Alex no me dejaba, diciendo que la muerte sería muy rápido para él y que merecía sufrir por lo que le había hecho a Destiny.

—Sé que me dijeron que hubo un juicio, que le dieron cadena perpetua. —solloza— ¿Qué pasó?

Niego.

—Me mentiste... —se aleja de mi— ¿Lo hiciste?

—No, sí lo condenaron. —intentó tomar su mano pero no me deja.

—¿Pero...?

—Pero cuando iban a llevarlo a encerrar hubo un atentado de parte de la mafia roja. —cierra los ojos negando— Y escapó.

Sabía que si se lo decía en aquel entonces jamás podría estar bien. Por eso preferimos mentirle y decirle que estaba encerrado, ella prefirió pensar que estaba muerto para estar tranquila. Luego de un tiempo, ya no valía la pena decirle que todo fue una mentira.

—Y me mandaron a Rusia... todo este tiempo viví en un lugar en donde me lo pude encontrar. —comienza a llorar otra vez.

—No tenía razones para buscarte. Antes de que se lo llevarán le hicimos creer que habías muerto por lo que hizo. —me encojo de hombros— Tú no salías, jamás iba a dar contigo.

—Hasta ahora... —ríe— Ahora sabe que estoy aquí, probablemente sabe de Nelly y... —se tapa la boca asustada— ¿Y si viene por ella?

—Oye. —tomo su rostro aunque no quiera— Esta vez no cometeré el mismo error de no protegerte de él, estarás bien, ambas estarán bien.

Me mira asustada. Paso mi pulgar por su rostro para apartar las lágrimas.

—¿Aún te sigues culpando de eso? —murmura— Pero si no lo es...

—Debí llegar más rápido ese día, o no debí dejarte sola.

Debí acompañarla como me lo pidió en primer lugar.

—Tú no sabías que iba a pasar, y no había forma de que llegaras rápido. —me abraza, aún sigue temblando— Ambos confiábamos en él... Después de todo era mi escolta desde los siete años.

Eso es lo que me asquea aún más. El enfermo estaba a su lado desde que tenía siete años, la vio crecer. No hay día en que no me pregunte si lo que hizo ya lo venía pensando desde hacía años.

Y no hay un día en que no quiera verlo muerto de una vez por todas, por todo lo que le ha hecho pasar a Destiny en los últimos diez años.

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A New BeginningWhere stories live. Discover now