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Destiny

Bajo las escaleras sosteniendo la mochila cuadrada que guarda los lienzos, pinturas, pinceles y las otras cosas que utilizo para pintar. No sé cómo al final terminé aceptando ir a ese lugar, pero aquí voy. De camino al bosque.

Me encuentro con Dominick hablando con mi tío Reece en la sala, Nelly a su lado casi quedándose dormida.

—¿Nos vamos? —me acerco al alemán dándole un beso en la mejilla cuando estoy a su lado.

—Vamos.

Dominick se despide de mi tío con un apretón de manos.

—Cuídalas bien. —dice serio haciéndome rodar los ojos.

Mi tío sacude el cabello de Nelly y besa mi mejilla despidiéndose de mi. Papá no se en encontraba y Regina tampoco, nos habían ido a la central con Christopher para una reunión, mi tío iría luego, pero se quedó para esperar a que mi novio llegara por nosotras.

El camino es largo, es en una zona bastante lejana de la ciudad. Nelly se queda dormida sólo los primeros veinte minutos, el resto del camino estuvo hablando sobre la academia y lo mucho que ya esperaba las vacaciones.

Dominick dejó el auto por un camino que le dije, el que recordaba bien. Al bajar tomamos nuestras cosas, un cesta de picnic que Nelly insistió en traer con meriendas y el almuerzo, ya que estaremos aquí varias horas. Cargué la mochila con mis cosas y un mantel para estar en el suelo.

Caminamos por otros quince minutos hasta que llegamos al lugar en donde... no terminé la pintura.

Los recuerdos regresan, todo vuelve a mi mente exactamente como ocurrió. Puedo verme comenzar a correr hacia lo profundo del bosque, llamando a Christopher para que viniera a ayudarme.

Creo que venir fue una muy mala idea...

—Yo tengo un poquito de hambre. —Nelly me quita la manta, la abre y la estira por el suelo, sentándose sobre ella— Mientras ustedes pintan yo comeré. 

Hago que mis piernas se muevan hacia uno de los árboles, me siento en el suelo recostándome de uno de ellos sacando el lienzo. Es todo como aquella vez, sólo que él no está aquí, por suerte.

Me siento nerviosa, no puedo concentrarme cuando todo lo estoy viviendo otra ved en mi cabeza.

—¿Por eso querías venir justo aquí? —Dominick se sienta a mi lado mirando la pintura— ¿Quieres terminarla?

Saco los feos recuerdos de mi cabeza.

—Entre otras cosas... sí.

Él todavía no sabe nada, absolutamente, y, por puede que me sienta un poco, sólo un poco lista para decirle, más que antes. Quiero hacerlo, quiero que entienda porque actúo como lo hago. Quizás se puede imaginar un poco lo que me ocurrió por mi forma de actuar, si es así jamás me lo ha preguntando o insinuado.

—Lleva poco más de diez años guardado en mi armario. —suspiro— Sólo quería terminarla y, no sé... olvidar todo.

Miro el lienzo, los árboles frente a mi y la profundidad del bosque antes de volver a mirar al hombre a mi lado.

—¿Puedes sentarte acá conmigo? —señalo detrás de mi con mi cabeza.

Asiente. Me muevo un poco hacia delante dejando que se acomode detrás de mi. Al hacerlo me echo hacia atrás recostando mi espalda de su pecho.

—¿Qué sucede? —pasa su mano por un mechón de mi cabello— Desde que llegamos pareces nerviosa.

—No es nada... No te preocupes.

Sus brazos rodean mi cintura y su mentón se posa en mi hombro mientras pinto. Por primera vez en todos estos meses no me siento nada, ni si quiera un poco incómoda con que haga eso. Creo que el hecho de que estemos en este lugar horrible para mi, y él me esté abrazando me hace sentir segura.

Creo no, me siento de ese modo.

Él habla con Nelly mientras yo termino de pintar. A pesar de lo que hago, a pesar de lo que significa para mi y que los recuerdos no se detienen ni un segundo, intento relajarme y crear nuevos recuerdos de este lugar, creo que lo merezco. El bosque era mi lugar favorito, quiero que lo vuelva a ser.

Para cuando dieron las doce del medio día ya yo había terminado la pintura. No se me dio nada mal al final, creo que el estar tranquila ayudó en eso. Mi psicóloga estaría orgullosa de mi por como estoy manejando la situación. A pesar de todo, estoy sacando los malos recuerdos para tener nuevos, y bonitos. Menos traumáticos.

Dominick juega con Nelly a no sé qué recostado del árbol frente a mi. Ahora me concentro en hacer otro tipo de pintura, una con un lienzo más pequeño.

Estoy tan entretenida en lo que hago y tan concentrada que no me doy cuenta de lo que sucede. Sólo vuelvo a reaccionar cuando siento como mi rostro se llena de pintura.

—¿Qué diablos? —me quejo pasando mis manos por mis ojos para sacar la pintura que cayó en ellos.

Al abrirlos me encuentro con Nelly riendo frente a mi, y sus manos llenas de pintura.

—¿Es en serio? —la miro molesta.

Ella comienza a reír a carcajadas, pero esa risita se acaba cuando tomo una de las pequeñas botellas de pintura amarilla y la aprieto frente a su rostro, manchándola completa de amarillo. Me mira completamente indignada, lo que provoca la risa de mi parte. Aparta la pintura de su rostro y me la esparce por mi ropa enojada.

Ambas volteamos cuando escuchamos la risa de Dominick. Nelly me da una mirada de reojo y asiento.

—Ni lo piensen... —deja de reír.

—Oh, Dominicksito. —Nelly sonríe— Ya lo pensamos.

Le paso el pote de pintura y ella rápido se acerca a mi novio para echárselo encima. Dominick levanta una ceja sonriendo viéndose lleno de pintura. Nelly ríe y yo también por eso, hasta que él se pone de pie agarrando el agua de los piénseles ya de color verde por la pintura.

—¡No! —rápido me pongo de pie. Salgo corriendo intentando evitarlo— ¡No seas estúpido!

Corro lo más que puedo, pero no llego tan lejos, el agua fría termina mojando toda mi espalda. Me volteo hacia donde él, Dominick me mira divertido.

Nelly llega corriendo con más pintura en sus manos y se las pasa por los brazos al alemán, este rápido la toma causando que ella carcajee mientras patalea para que la suelte. En cambio yo, aprovecho eso para tomar la pintura que ella tenía y esparcírselo por todo el rostro.

—¡Pensé que estábamos del mismo lado, mamá!

—Yo estoy de mi propio lado... —río.

—¿Ah sí? —Dominick me mira.

—¡A ella!

—¿Qué..? —doy unos pasos  hacia atrás.

—Quizás deberías correr, hermosa.

—Probablemente...

Y lo hago, con ellos detrás de mi intentando llevarme de pintura, más de lo que ya estoy.

No sé hasta que hora estudiamos jugando de este modo, pero al final tuvimos que llamar a uno de los guardias de mi padre para que nos trajera cambios de ropa y cosas para quitarnos la pintura antes de regresar a casa.

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A New BeginningWhere stories live. Discover now