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Tres semanas después...

Destiny

Salgo del baño frotando mi sien por un dolor de cabeza que me tiene mareada. No me he sentido bien estos días, por tanto estrés y nervios que tengo en cada momento.

Mamá está sentada en mi cama mirándome preocupada.

—¿Está todo bien, cariño? Te escuché vomitando.

—No me siento muy bien. —murmuro — ¿Podrías decirle a Clo que me prepare un té, por favor?

No es la primera vez estos días, ni la primera vez que sucede. Cuando estoy bajo muchos nervios comienzan dolores de cabeza, me mareo y vomito lo que como, de niña me pasaba cuando tenía exámenes finales.

Recuerdo que papá me tuvo que llevar con un especialista porque no podía comer nada sin vomitarlo de tan nerviosa y ansiosa que me ponía.

—Claro...

No se mueve de la cama, lo que hace que la mire raro.

—¿Qué?

—Nada sólo que... ¿quieres que te lleve al doctor?

—No, mamá.

Me acuesto otra vez en la cama, arropándome con mis sábanas para poder dormir un rato más. Son sólo las siete de la mañana, no tengo ánimos de salir temprano y escuchar malas noticias de parte de papá otra vez.

—Dios mío, ¿que te ocurre? —me exaspero al verla de ese modo.

—Cariño... sólo me preguntaba si... —se queda callada por unos momentos.

Siempre está hable y hable y ahora está de este modo. Voy a pensar que esta no es mi madre dramática y que me da dolores de cabeza.

—No estás embarazada, ¿verdad?

—¿Qué? —enarco una ceja.

No, sí es mi madre. Claro que lo es.

—No lo estoy.

—¿Cómo estás tan segura? ¿Ya te hiciste una prueba?

—No me la hice porque no es necesario.

—Creo que estaría más tranquila si te la hicieras, porque estamos en una situación delicada y...

Dios, ¿por qué me diste una madre tan dramática e histérica?

—Créeme, no lo estoy. —ruedo los ojos.

—Judith...

—Mamá. —tomo su mano— No estoy embarazada, no he tenido sexo.

O por lo menos, no de ese tipo.

Me mira confundida y podría decir que hasta sorprendida por lo que acababa de decir.

—¿Ah no?

—¿Por qué me miras así ahora?

—No, bueno, es que yo pensé que luego de que tuvimos esa platica la otra vez tú...

—Mamá. —cierro los ojos y respiro hondo— No quiero tener esta conversación. Nelly está secuestrada, no se sabe en donde está, ya ha pasado casi un mes, estoy desesperada, tengo dolor de cabeza, me siento realmente mal y lo único que quiero es tomarme una taza de té, no hablar del porqué no he tenido sexo con mi novio.

No dejo que conteste, me levanto de la cama en donde quería pasar mis últimos minutos de sueño, salgo de la habitación y bajo hacia la cocina en donde le pido a Clo que me prepare el bendito té.

A New BeginningWhere stories live. Discover now