Capítulo 3: Lucifer

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Una vez más la relación entre el Demonio Radio y el soberano del infierno se enfrió a tal grado que ni una sola palabra innecesaria era hablada entre ellos. Cualquier comentario que requiriera la cortesía de ser contestado lo era, sin embargo Charlie nunca más los encontró tomando té juntos o inclusive conviviendo en el mismo lugar.

Intentó hablar con su papá, pero éste de alguna forma u otra evadió la conversación, siempre con un claro nerviosismo antes de escapar nada discretamente; derivado de esto no le quedó más que acudir con la segunda opción: Alastor.

Al ver a su hija desaparecer por el pasillo, el soberano del infierno dejó escapar un suspiro de alivio antes de salir de su escondite tras uno de los tantos muebles del hotel.

Sabía que no estaba bien huir así de su pequeña manzanita, pero realmente no hallaba cómo enfrentar el interrogatorio que seguramente le haría, es decir, ni él mismo había logrado entender el remolino de sentimientos que cargaba consigo desde que el Demonio Radio le había confesado su amor por la princesa.

Mentiría si dijera que no le afectó, pero era extraño. Realmente le molestaba que ese sucio demonio pretendiera a su niña, sin embargo había algo más, una extraña molestia en su pecho, un extraño e inexplicable dolor.

Observando fijamente por dónde se había ido su hija el soberano se decidió a seguirla. Si su intuición no fallaba estaba seguro que Charlie iría a buscar al Demonio Radio.

A como avanzaba siguiendo el rastro de su princesa, una creciente inseguridad carcomía su pecho, no estaba seguro si el demonio pelirrojo le confesaría la verdad, de ser así por supuesto que estaba consciente que su hija actualmente mantenía una relación la cual por lo visto atesoraba profundamente, pero... pero si por algún motivo empezaba a titubear en sus sentimientos-

- No, no, no, no - negando para sí mismo se tranquilizó en susurros- Deja de sobrepensar las cosas Lucifer, Charchar ama a Maggie, no te hagas ideas.

Distraído con sus pensamientos y traicionado por su subconsciente queriendo aplazar las cosas, estuvo dando varias vueltas antes de por fin encontrar el paradero del demonio y su hija, ambos se encontraban en el cuarto de la menor platicando tranquilamente sentados de mariposa frente a frente en la cama.

No es que estuviese usando algún truco en particular para saber eso, sino que la pequeña rendija que había quedado entre la puerta emparejada le dio un buen campo de visión.

Dentro de la habitación las orejas del Demonio Radio se movieron imperceptiblemente mientras sonreía, por fortuna - o quizá no - ya había terminado de hablar cualquier tema comprometedor con la princesa.

- Solo no peleen por favor - decía Charlie con voz preocupada al pelirrojo quien simplemente sonreía intentando tranquilizarla

- No lo haremos cariño, es un tema que debemos resolver entre ambos

- ¿Pero cuándo? Una semana estuvieron "bien" - hizo comillas con los dedos- pero llevan dos días sin hablarse ¿Qué pasa con ustedes?

- Charlie, hay cosas más apremiantes en este momento - la princesa negó de forma obstinada haciendo al Demonio Radio soltar un sonido de estática claramente de frustración- Sabes perfectamente lo que sucede

- ¡Pero aun así!

- Charlotte - una vez que Alastor mencionaba su nombre, la princesa sabía que no obtendría nada más. Su mirar se clavó en las sábanas bajo sus pies, no le gustaba esto, había demasiadas cosas ocultas.

- Si tan solo todo pudiera volver a ser como antes - comentó decaída a la par que Lucifer prestaba más atención ¿A qué se refería con eso?

- No creo que algún día pueda serlo - contestó Alastor con seriedad - sabes que tengo un contrato, si lo llegase a romper-

Papá - RadioappleWhere stories live. Discover now