Capítulo 16: Mikael

693 96 32
                                    

El sonido atronador que reverberó en el cielo fue suficiente para que sin una pizca de duda Lucifer rompiera el escudo de su pareja.

Ante sus ojos incrédulos los ángeles exterminadores fueron barridos por una cegadora luz que ni siquiera dejó polvo de ellos, en cambio fue tan poderosa que logró destrozar aquellas extremidades negras que el demonio radio usaba para pelear.

Evocando su memoria, el soberano no entendió cómo aquello pudo salir lastimado cuando no era más que una especie de magia.

- La obediencia genera piedad, la desobediencia tiranía, no merecen continuar en el cielo si no saben sus pecados.

La fuerte y poderosa voz que precedió el ataque hizo que el rey se congelara en su lugar. Con una tortuosa lentitud alzó la vista más allá del ataque observando al encargado de terminar su caída.

Su hermano, el comandante supremo de la guardia real y el arcángel más poderoso de los siete arcángeles de Dios, se situaba majestuoso ante ellos.

- No te muevas - la voz clara de su pareja llegó a su mente haciéndole salir un poco de su estupor, sin embargo eso no aminoró para nada el miedo en su pecho.

Si Mikael llegaba a pelear con el demonio radio sería totalmente diferente a todo hasta ahora, independientemente de lo que éste haya dicho, realmente no sabía si era rival para el comandante.

- Nos vemos de nuevo Alastor, o ¿Debería llamarte demonio radio? - la simple presencia del arcángel era más que suficiente para hacer temblar a todos los presentes, a pesar de ello el demonio pelirrojo recuperó su postura, guardando aquellas extremidades dañadas y en cambio recuperando su pose habitual con las manos cruzadas sobre su micrófono.

- Un gusto verte otra vez cuñado

La frase rompió todo el ambiente, Mikael frunció el ceño molesto y en cambio Lucifer se sonrojó inevitablemente.

- Sigues tan insolente como siempre

- Oh querido, me alagas

- Aunque es bueno que ya no uses esa irritante voz de locutor barato - un ligero tic se apoderó del ojo derecho del demonio radio, en cambio el arcángel sonrió arrogante.

Si antes todos se estaban muriendo del miedo, la conversación que siguió los tranquilizó un poco, pues el comandante celestial no se lanzó a atacar, al menos no físicamente pues junto al demonio pelirrojo comenzaron a intercambiar palabras de aquí a allá que parecían más una tonta discusión infantil.

- ¿Te imaginas, querido? Tus gritos siendo transmitidos por la radio ¡Oh, sería todo un espectáculo! - Mikael cruzó los brazos irritado

- Te falta visión querido, ¿Qué tal si ofrecemos un programa especial donde ahora el locutor sea quien grite delirante? eso sí sería novedad

Sintiendo la furia subir en él, Alastor lo miró mal antes de declarar entre dientes apretados:

- Jódete

Victorioso con ello, el arcángel se regocijó bajando un poco más al suelo, eso por supuesto sin llegar a poner un pie en el infierno, jamás se atrevería.

A lo lejos observó a su hermano, quien lo miraba entre asustado y confundido. Suspirando, el comandante decidió parar con ese absurdo juego regresando su semblante a aquella expresión severa del principio.

- Haz roto nuestro trato - se dirigió al demonio radio, quien movió sus dedos en un gesto que convocó aquel escudo en torno a su familia nuevamente, esto sin impedirles la visión.

Observando su comportamiento precavido, Mikael frunció más el ceño. Era irritante ver lo mucho que ese maldito demonio sin corazón protegía sinceramente a los suyos.

Papá - RadioappleDove le storie prendono vita. Scoprilo ora