Capítulo 7: Lilith

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Esa noche fue la más miserable de su existencia para el demonio de sangre; Aquel ser que había pisoteado al infierno desde su existencia, del cual los demás demonios huían con solo verlo, el que enfrentó al cielo sin temor alguno, ese mismo ser ahora se encontraba al borde de una crisis entre los brazos de su más fiel confidente.

Rosie estaba sumamente impactada, el demonio había llegado repentinamente a su residencia mostrando el semblante más triste que le hubiese visto nunca. Jamás en su eterna vida se imaginó llegar a presenciar algún día al demonio sin su característica sonrisa.

Al principio la overlord se alarmó, preguntando alterada si algo le había pasado a Lucifer, pero ante la negación del demonio pelirrojo no pudo hacer más que quedarse a su lado acariciando su espalda de forma reconfortante.

Pasó mucho tiempo antes que el demonio ciervo por fin dijera de forma casi inaudible:

- Lucifer está embarazado - de no haber sido por el silencio de la noche, Rosie realmente no lo hubiese escuchado.

Le tomó un segundo procesar la noticia antes que su rostro se iluminara y una enorme sonrisa de oreja a oreja apareciera en él.

- ¡Oh cariño! ¡Eso es tan hermoso, tan fantástico!

- Claro que lo es - Alastor alzó la mirada, observándola con un mirar plagado de tercas lágrimas que hizo a la overlord detener toda emoción.

Solo al ver luchar a su amigo consigo mismo comprendió todo el dolor que éste cargaba. No es que el demonio de sangre quisiera verse fuerte y no permitirse llorar, sino que simplemente no sabía cómo hacerlo.

Hasta que conoció a su manzanita empezó a darle forma a emociones más "humanas", pero llorar o la tristeza no estaba entre ellas, no cuando Lucifer era la luz que iluminaba su vida y lo alejaba a cada paso de eso.

Rosie escuchó preocupada a su amigo continuar.

- Es fantástico querida, un bebé, nuestro bebé, no sabes lo feliz que me hace, pero fui demasiado estúpido para no darme cuenta, ahora es demasiado tarde.

- Al, cariño - tomando su rostro suavemente entre sus manos, la overlord lo miró directo a los ojos - ¿Me dirás qué está pasando?

Sosteniendo la mano de su amiga, Alastor se aferró a ella como un náufrago a una tabla antes de lentamente asentir.

Con un horrible nudo en la garganta el demonio pelirrojo le contó todo lo ocurrido, develó todos sus planes y la impotencia arraigada en su pecho ahora que se tenía que marchar. Le expresó sus arrepentimientos y la tristeza que no sabía cómo canalizar, además le mencionó cuánto le había dolido la expresión que puso su amado.

- ¡Alastor! ¡Luci debe estarla pasando realmente mal! No debiste dejarlo solo cariño

- En mi estado no puedo permanecer a su lado, él no debe saber nada de esto Rosie

- ¿El cielo pidió eso en su trato? - el demonio ciervo se quedó callado - Mi querido amigo - apretando las manos contrarias entre las propias, Rosie lo miró con infinita ternura - si es definitivo lo que hará el cielo entonces deberías decirle la verdad cariño, dale esa tranquilidad de saber lo mucho que ya estás amando a su bebé, es lo menos que Luci merece.

La ovelord no obtuvo una respuesta, pero tampoco la exigió, en cambio se quedó al lado de su mejor amigo, sujetando su mano con fuerza y dándole todo el apoyo moral que sabía necesitaba más que nunca.

En completo silencio Alastor analizó sus siguientes pasos, no podía remediar lo hecho, si incumplía el trato ahora no sólo pondría en peligro a Lucifer sino también a su bebé, entregaría la vida por ellos de ser necesario, pero no dejaría el destino de su familia a la incertidumbre.

Papá - RadioappleWhere stories live. Discover now