Capítulo 13: La herida

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No supo ni siquiera cómo lo encontró.

Lo último que recordaba era un borrón entre la muerte y haber aparecido en el infierno, antes que unos zarcillos negros lo arrastraran a un abismo para posteriormente ser encerrado en un lúgubre cuarto con las paredes bañadas en sangre.

No pudo hacer más que tragar duro cuando la monstruosa silueta del peor demonio del infierno se abalanzó sobre él.

- Dame una razón por la que no deba aniquilarte en este momento - exigió Alastor observando al miserable ex ángel tirado en el suelo, básicamente siendo asfixiado por la cadena de su contrato- te advertí que no te atrevieras a tocarla

Retorciéndose como el gusano que era ante los ojos del demonio ciervo, el primer hombre luchó por entender su situación, armando trozos de aquí y allá, rememorando los últimos eventos y dándose cuenta que efectivamente... la cagó.

- ¡Te diré quién la está ayudando! - alcanzó a decir entre dolorosas toses mientras sus manos seguían luchando contra el collar- ¡Sé dónde está!

- ¿Por qué crees que esa carta siempre te ayudará? - El pánico se apoderó de Adán al sentir aquellos zarcillos enredarse en sus extremidades mientras el tono lúgubre del demonio pelirrojo le robaba la última oportunidad de escapar- Desafortunadamente para ti querido, por supuesto que sé dónde está.

Apenas terminó de decir esto, el horrible sonido de las articulaciones siendo dislocadas sonó en aquella lúgubre habitación seguido de los gritos desgarradores del primer humano.

Una terrible tortura que le llevó a desear nuevamente la muerte lo mantuvo oscilando largo tiempo entre la consciencia e inconsciencia, peor aún, esta vez no habría ninguna princesa bondadosa que lo salvara de aquello.

Jamás en vida o muerte el primer humano había enfrentado tal dolor.

Siendo el primer hijo de Dios tuvo una vida llena de felicidad en el edén, todo se le dio a manos llenas, e inclusive cuando fue desterrado aprendió a trabajar para sobrevivir, pero nunca con carencias o en condiciones que le hicieran padecer.

Vivió, se reprodujo -vaya que lo hizo- y murió apaciblemente por vejez, posterior a eso sin siquiera merecerlo despertó en el lugar más hermoso del universo, otra vez sus manos estaban llenas.

Ahora sabía que fue su codicia la que le llevó a estar justo aquí, desangrándose en un charco de asquerosa sangre negra... hasta eso había perdido su hermoso color.

- No te mataré ya que aún tienes un último favor que hacerme

Sin ninguna fuerza de por medio, Adán observó desde el suelo débilmente a su contratista quien seguía sonriendo sin remordimiento alguno.

Siendo ahora un demonio y peor aún, uno gobernado por este rey entre las sombras, al fin se dio cuenta por qué los siete arcángeles estuvieron presentes en aquel juicio. Fue demasiado ingenuo al creer que podría manipular a este ser.

Sintiendo un terrible dolor en la mandíbula, el primer hombre fue obligado a mirar al demonio radio a los ojos.

- Tu querida subordinada no se quedará tranquila ante tu muerte, confío que en cuanto llegue el momento me ayudarás a controlarla ¿verdad?

Debido al dolor Adán ni siquiera pudo responder, sin embargo no fue necesario, al momento que bajó la mirada completamente rendido Alastor obtuvo su respuesta.

- Bien - igual de brusco soltó al ahora demonio, cayendo éste de golpe contra el suelo quedando inconsciente al instante.

...

Sentada en el sofá de la estancia, la princesa abrazaba una pequeña radio contra su pecho mientras observaba a Husk quien hacía lo mejor posible por ignorarla mientras platicaba con Angel Dust.

Papá - RadioappleWhere stories live. Discover now