Capítulo final: Luzbel

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Observando la mirada inquieta de su amado, Lucifer le sonrió

- Además tanta luz ya hace que me duelan los ojos, necesitaría usar lentes

Divertido por el comentario el demonio radio sintió un peso salir de su pecho. Era lo único que necesitaba saber, llámenlo egoísta, pero sin esa respuesta de su manzanita no se atrevería a continuar lo que estaba a punto de sugerir.

Dejando un beso en la frente de su amado, Alastor volteó a ver a los arcángeles mayores.

- ¿Qué les parece queridos si hacemos un trato?

- ¡¡No!! - las voces alarmadas de Rafael y Sealtiel hicieron que el demonio radio estallara en risas y en cambio sus hermanos mayores los miraran llenos de reproche

- Descuiden, este será el último y más que trato les propongo algo - tan característico a su estilo mantuvo el suspenso un momento antes de sonreír - ¿Qué les parece si me sellan en el infierno?

Más de un par de ojos se abrieron incrédulos ante la sugerencia sobre todo por lo que implicaba, aquel demonio estaba renunciando voluntariamente a la redención.

Es decir, como ser creado del abismo no sabían a ciencia cierta si tendría oportunidad de ascender al cielo, pero tampoco sabían que los pecadores podían, así que no les caería de raro que después se lograra.

Sin embargo con tal propuesta no habría más opción para el pecador que pasar el resto de su eternidad en el infierno.

Aunque en realidad a ojos de los ángeles esto era una atrocidad pues no se imaginaban en otro lugar que no fuera el cielo, para Alastor era un pequeñito engaño más a sus cuñados.

Es decir, eso ni siquiera representaba un castigo para él, en el infierno estaba su manzanita, su familia, Rosie, todas aquellas almas que temblaban con solo verlo ¡Eso es! En el infierno podía mandar, hacer y deshacer a su gusto, si llegaba al cielo con el mandón de Mikael ahí no podría dar ni un paso sin ser vigilado.

Observando de reojo a su pareja, Lucifer miró hacia otro lado, a su parecer de los ángeles parecía estar lamentando la propuesta, pero en realidad trataba de no explotar en risa.

Por supuesto que sabía las intenciones del demonio de sangre, después de tantos eones juntos conocía sus pensamientos a la perfección como la palma de su mano.

Este ser era demasiado astuto.

De hecho no sólo él se percató de las verdaderas intenciones de Alastor, también su hija tuvo que ocultar bastante bien la sonrisa y hacerle una señal de silencio a Sir Pentius, pues así de inocente como de repente era el ex demonio algo podría decir que arruinara la "trágica propuesta".

- ¿Estás seguro que no te arrepentirás? - preguntó Mikael observando con pesar a su hermano quien seguía mirando hacia otro lado- esta decisión no podrá ser revocada de ninguna manera.

- No te preocupes querido, será lo mejor para todos- comentó con fingido pesar- en todo caso mi pequeña Charlotte será el enlace entre el cielo y el infierno, cualquier cosa que suceda sé que puedo confiar plenamente en ella.

Recibiendo la sonrisa confiada de su padre, Charlie asintió emocionada por tal encomienda.

Realmente no muy convencido Mikael asintió, esta sería la segunda vez que tendría que sellar a alguien en el infierno y realmente no es que le hiciera muy feliz. Observando a su hermano por fin voltear a verlo, el arcángel se sintió peor al percatarse de su semblante completamente serio.

- Mikael- llamó Gabriel su atención - no retrasemos más lo inevitable, adelante- Una vez que sus palabras cayeron un nuevo portal se abrió mostrando el infierno- Gracias por esto Alastor

Papá - RadioappleWhere stories live. Discover now