Capítulo 4: Alastor

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La relativa e irónicamente imperfecta perfección es algo aplicable para todos los seres existentes incluyendo a la divinidad ama de la creación: Dios.

Inclusive un ser tan magnífico no se encontraba exento de cometer errores, mucho menos al estar gobernado por el equilibrio divino. Para que exista el bien debe existir el mal, para mantener el universo en equilibrio debe haber la oscuridad del pecado.

Desde que creó la primer partícula que daría paso al universo Dios fue consciente del "pecado", sabía que nunca podría mantener alejada a su creación de éste, trató fervientemente de ocultar ese brote de maldad que la amenazaba, no obstante supo que algún día sería inevitable que su universo fuera contaminado.

Contrario a lo que se cree el infierno no fue creado por Lucifer, surgió a la par que se creó la luz y la oscuridad, las estrellas en el cielo y los mares en la tierra. Dicho averno fue creado para ir desechando todos los fallos de Dios al experimentar con la creación. Los errores al dar forma a un ser, a una estrella, inclusive a un eclipse fueron a parar a este lugar considerado posteriormente como "el basurero de la creación"

Fue un descuido quizá, o simple travesura de la divinidad, pero todos esos errores llevaron consigo cierto poder lo que dio paso a que dentro de su propio mal se formaran criaturas tan antiguas como la misma luz.

Ignorados por Dios las especies prosperaron en el infierno, no eran más que unos cuantos individuos que no representaban ninguna amenaza para su nuevo universo por lo que les permitió ser libres, después de todo tanta paz era aburrida.

Los caprichos de Dios son incomprensibles.

Entre estos seres, aquellos que forjaron conciencia propia crearon una jerarquía, los overlords iniciaron una lucha de poder, pues quien se apoderase del infierno tendría la total libertad de someter a todas las criaturas de ese lugar.

Si estaban condenados a residir por la eternidad en ese sitio qué mejor que haciéndolo con todos los desgraciados bajo sus pies.

Seres como los primeros miembros de la familia Goetia comenzaron a aplastar todo a su paso, creando un camino de sangre que los llevó a ascender rápidamente en la toma de poder, nunca esperaron que un día llegaría una masacre de tal magnitud a su hogar.

Dicha masacre fue responsabilidad de un solo individuo, increíblemente uno solo de aquellos viles errores fue capaz de derrocar a los poderosos overlords comenzando una cacería de demonios de los cuales solo los que encontraba podrían serle de ayuda quedarían con vida, siendo atados por un contrato que los obligaría a servir a dicho ente por el resto de su eternidad.

Su nombre comenzó a volverse famoso por los nueve anillos del infierno, muchos de los que codiciaban poder se rindieron voluntariamente ante este ser quien en su burlona piedad los obligó a jurar obediencia absoluta.

Diversos rumores empezaron a surgir.

El demonio de sangre. Muchos lo llamaban de esta forma por miedo inclusive a mencionar su nombre y por supuesto para hacer honor a sus crueles cacerías, o en todo caso el demonio ciervo a quien otros más se referían así por su peculiar semejanza con este animal; se decía de él que su poder estaba al nivel de un arcángel.

Nadie podía confirmarlo a ciencia cierta, pero si aquellos seres celestiales que patrullaban de vez en vez no se atrevían a interceder era porque quizá este demonio era indestructible.

Alastor.

Ese era su nombre. Un ser cruel, encarnación del mismísimo anillo del orgullo y señor de la diversión desalmada. Era un secreto a voces en el infierno todas sus acciones, disfrutaba que se corrieran los rumores pues así no habría pobres infelices buscando su muerte.

Papá - RadioappleWhere stories live. Discover now