Capítulo 8

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El aroma a tierra mojada se extendió en la habitación como una fresca brisa mañanera, había otro olor que lo perseguía como un sabueso sin correa. Sin embargo, a diferencia del refrescante aroma a tierra mojada este era diferente.

Era más pesado.

"Ah-!"

Los Gemidos emocionados del Omega mientras se fusionaba con los gruñidos bajos del alfa, El sonido húmedo que provocaban sus pieles chocando y el chapoteo de el líquido blanco espeso más el lubricante natural se combinaron, causando una rítmica y extasiada melodía.

"Ja... Javier... Mas-!"

"Te arrepentirás de pedirlo."

De repente, el aroma pesado se hizo más fuerte.

Era la feromona de Javier.

No era como el chocolate, tampoco como la canela, era más asfixiante. Cómo el tabaco cuando era quemado en cigarrillos, era adictivo.

Cuando ese mismo aroma se extendió por la habitación, el aroma de Llyod vaciló un momento antes de ser tragado cruelmente para enredarse y formar un olor completamente nuevo.

Javier levantó su cadera aún con su, jodidamente grande, pene adentro de llyod y sin dar un respiro, embistió sin piedad.

A diferencia de antes, no hubo una velocidad alucinógena que hizo a Llyod ver las estrellas. En cambio, embistió fuertemente hasta que su pene beso el útero del Omega.

Cada embestida envío sensaciones fuertes a Llyod, como si callera en el fondo del mar o una tormenta enviara rayos en su parte parte, no había lugar que no hormigueo.

Los ojos de Llyod se llenaron de lágrimas con cada embestida.

El mismo fue quien pidió por más.

"Por- por favor-! Detén.. ahg-!" Aferrándose de la almohada, Llyod lloro. "De un descanso-!"

Pero también fue el mismo quien rogó por un descanso.

"Descansar?"

Pero.

"¿Que es eso?"

Javier no se molestó en descansar, disfruto cada sabor de Llyod y golpeó sus nalgas con emoción.

Javier levantó la cadera de Llyod sin esfuerzo, lo puso en cuatro mientras sacaba su miembro y se levantaba el cabello.

Una capa de sudor brillo sobre su piel bronceada, marcando sus músculos como una estatua perfecta hecha por un maestro escultor.

Lastimosamente, aquella sexy imagen no fue visto por Llyod, quien estaba boca abajo suspirando.

'... Pensé que moriría.'

Llyod pensó que en esta posición sufriría menos, pero que equivocado estaba.

Javier disfruto de la vista celestial dónde el delicioso durazno de Llyod estaba levantado frente a el, sin resistir la tentación, termino mordiendo una de las nalgas, haciendo que el Omega gimiera.

Por supuesto, ese no fue el final.

Javier metió 3 dedos sin aviso previo y los movió como quiso en el interior del Omega, dónde por las embestidas anteriores, estaba resbaladizo y amplio por lo que fácilmente recibió los dedos de Javier.

Llyod quiso enterrarse bajo tierra.

Clavo sus uñas en la sabana mientras ahogaba sus gemidos en la garganta. Ya no podía más.

¿Cuántos días han pasado? En algún momento, la luz del sol entro por las cortinas blancas, la noche llegó y la luna salía, pero no pude contra cuántas veces m visito.

Como No Amar a Ese feo Joven MaestroWhere stories live. Discover now