Advertencia: En este mundo nunca paso el desastre de la desesperación, es decir que Junko nunca existió pero si existió la clase 77 y el proyecto de cultivación de la esperanza que aquí...No salio tan bien.
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"El jamás supo lo que era amar"
Saiki Kusuo, dotado de habilidades psíquicas extraordinarias, siempre había luchado con la complejidad de las relaciones humanas. Su mente, capaz de descifrar los enigmas más complicados del universo, se encontraba perpleja ante los intrincados laberintos del amor y la intimidad emocional. Su relación con Venus era un claro reflejo de este dilema personal.
Venus, quien de alguna manera había llegado a conocer a Saiki más allá de sus barreras psíquicas, compartía con él un tipo de relación que desafiaba las convenciones normales. No se caracterizaba por gestos románticos como besos o abrazos frecuentes; más bien, su conexión se sustentaba en una comprensión mutua y en un cariño profundo, aunque no convencional. Saiki apreciaba a Venus, valoraba su presencia tranquila y su capacidad para aceptarlo tal como era, sin demandar más de lo que él podía ofrecer.
Sin embargo, la relación se tambaleaba en una línea frágil, principalmente porque Saiki nunca aprendió el principio fundamental del dar y recibir que define a la mayoría de las relaciones exitosas. A él le costaba mucho expresar afecto o participar en el intercambio emocional que Venus, en algunos momentos, claramente necesitaba. Esto creaba un desequilibrio, una tensión que a menudo quedaba sin resolver entre ellos.
La situación se complicó aún más con Teruhashi. La popular y casi perfecta Teruhashi, quien había declarado su afecto por Saiki de manera muy pública, presentaba otro tipo de dilema para él. Aunque por una parte, Saiki sentía cierta aversión hacia Teruhashi por su aparente superficialidad y su insistencia, también había un rincón oscuro de su mente que se preguntaba cómo sería ceder a las expectativas de los demás y tener una relación que todos consideraban "normal".
La decisión de aceptar a Teruhashi como su novia, a pesar de ya estar comprometido en privado con Venus, fue un reflejo de su confusión y conflicto interno. Era como si una parte de él quisiera explorar si podía encajar en el molde que la sociedad y Teruhashi esperaban de él, mientras que la mayor parte de él rechazaba esta idea.
Saiki estaba atrapado en un triángulo de sus propias indecisiones, incapaz de satisfacer completamente a ninguna de las partes, incluido él mismo. Ni siquiera su lógica sobrehumana podía proporcionarle las respuestas a las preguntas del corazón. ¿Por qué mantuvo a Venus en secreto mientras dejaba que Teruhashi ocupara el espacio público de su vida? Parte de él sabía que no era justo para ninguna de las dos, pero su incapacidad para manejar las emociones y las expectativas lo dejaba paralizado.
La indecisión y la inseguridad eran sombras constantes en la mente de Saiki Kusuo, sombras que a menudo le hacían tomar decisiones que, retrospectivamente, reconocía como erróneas. Una de esas decisiones había sido intervenir en el destino de la carta de Kibougamine. La carta, que prometía un futuro brillante y una oportunidad de escapar de un entorno abusivo, estaba destinada originalmente a Venus, pero en un impulso mal considerado, Saiki había manipulado las circunstancias para que la carta llegara a manos de su hermana, Kokomi Teruhashi.
Era un intento torpe de equilibrar su propia vida, creyendo erróneamente que al ayudar a Kokomi de alguna manera compensaría las complejidades de sus propios sentimientos hacia ambas mujeres. Sin embargo, al hacerlo, había ignorado el sufrimiento de Venus, cuyas aspiraciones y necesidades emocionales eran tan profundas y urgentes como las de cualquier otro.
La noticia del intento de Venus de quitarse la vida había sido un golpe devastador para Saiki incluso cuando estuvo allí para pararlo fue inevitable, una llamada de atención sobre las consecuencias reales de sus acciones y omisiones.
Ahora, mientras Venus se recuperaba en el hospital, Saiki reflexionaba sobre la enorme brecha entre sus intenciones y los efectos de sus decisiones la horrible mierda que era para el, el ser sencillamente un humano. Se dio cuenta de que retener a Venus a su lado, cuando claramente necesitaba algo más de lo que él podía ofrecer, sería otro acto de egoísmo.
Por doloroso que fuera, Saiki sabía que era hora de dejarla ir. Era hora de que Venus tuviera la oportunidad de reconstruir su vida, libre de las complicaciones que él había traído a su mundo. Se consolaba con la esperanza de que, en su futuro, alguien más, tal vez tan único como él pero emocionalmente más maduro, pudiera darle el amor y el apoyo que Venus merecía. Alguien que pudiera compartir sus sueños y ayudarla a alcanzar sus metas sin las restricciones y el dolor que habían marcado su relación con Saiki.
El deseo más profundo de Saiki era que Venus pudiera perseguir su pasión por convertirse en una gran diseñadora de moda, que pudiera vivir una vida llena de creatividad y alegría, de amor, lujos y comodidades una vida que reflejara su verdadero potencial y no las sombras de su pasado no siendo la sombra de la chica perfecta.
En su corazón, Saiki esperaba que, con el tiempo, Venus pudiera mirar hacia atrás y ver su tiempo juntos no solo como una serie de dolores y desencuentros, sino también como un capítulo que, aunque doloroso, había sido necesario para llevarla a un lugar mejor.
En el silencio de su reflexión, Saiki se comprometió a aprender de estos errores, a ser mejor, aunque fuera en su propia solitaria existencia, alejado de Venus, pero siempre deseando lo mejor para ella desde la distancia.
Hola UwU
¿Les gustó?
Ya se que muchos se han quedado diciendo WTF pero quería darle al personaje de Saiki un enfoque más humano en el que el mismo comete errores.
El amaba a Venus pero nunca supo decirle lo mucho que la quería y en un intento de sencillamente ser alguien normal cometió errores que serían el detonante del intento de suicidio de Venus.
