Advertencia: En este mundo nunca paso el desastre de la desesperación, es decir que Junko nunca existió pero si existió la clase 77 y el proyecto de cultivación de la esperanza que aquí...No salio tan bien.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
París, la ciudad que nunca duerme para aquellos cuyos corazones laten al ritmo de la moda y el romance. Sus calles, adoquinadas con historia y sus cielos, pintados con promesas de inspiración, acogieron a Venus y Hajime, dos almas cuyas pasiones los habían llevado a cruzar continentes y océanos.
Para Venus, pisar París era como caminar a través de las páginas de su historia favorita, una donde los capítulos estaban escritos por íconos como Balenciaga, Chanel y Prada. Estos diseñadores no solo habían vivido en la ciudad, sino que la habían transformado en el epicentro mundial del estilo y la elegancia.
Hajime, siempre a su lado, compartía el entusiasmo de Venus, aunque su fascinación se inclinaba más hacia la rica historia y la cultura que imbue el ambiente parisino. También era su primera vez por allí.
-¡Señor Crewell!- Exclamó Venus alegre al ver al elegante hombre en la entrada del aeropuerto-
-Hola cachorrita- El adulto despeinó levemente el pelo de la joven con una sonrisa- ¿Fue bien vuestro vuelo?-
-Habia un bebé que no paraba de llorar así que nos terminaron pasando a primera clase, no se ni cómo lo pasó- Venus río-
-Bueno soy el suertudo definitivo también, te recuerdo- Dijo Hajime- Gracias por permitirme venir con ustedes señor Crewell-
-No es nada, venga vamos, les llevaré a su hotel-
-Muchas gracias- Dijo Venus-
Una vez dentro del lujoso interior del vehículo, Venus se acomodó rápidamente junto a la ventana, como una niña con un juguete nuevo. Comenzó a mirar hacia fuera con una curiosidad insaciable, sus ojos recorriendo las calles de París que se desplegaban como un tapiz vivo y vibrante ante ellos. Cada edificio, cada paso de peatones y cada farola parecía cautivarla, y ella absorbía todo con una alegría palpable.
Hajime observaba a Venus, su sonrisa se ampliaba al ver cómo ella se maravillaba ante la vista de la ciudad. Era raro verla tan suelta y despreocupada, dejando de lado la compostura habitual que mantenía en su entorno de diseño. En ese momento, parecía liberada de todas sus preocupaciones, completamente sumergida en la belleza y la novedad de su entorno.
-París realmente tiene algo especial, ¿verdad?- Comentó Hajime, su voz suave y reflexiva-
-Es increíble, Hajime. Cada esquina tiene una historia, cada calle algo nuevo que descubrir- Respondió Venus, sin quitar la vista de la ventana- Me siento tan afortunada de estar aquí, y más aún de compartir esto contigo y con el señor Crewell-
Divus, que conducía con una mano experta, sonrió al escuchar el entusiasmo de Venus.
-Me alegra que estés disfrutando, cachorrita. París tiene el poder de inspirar y encantar, especialmente a aquellos con un corazón creativo como el tuyo-
El viaje continuó con una conversación amena, intercalada con observaciones de Venus sobre la arquitectura y la gente de París. Hajime y Divus intercambiaban miradas de complicidad de vez en cuando, ambos complacidos de ver a Venus tan animada y contenta.
Para Hajime, estos momentos subrayaban la profundidad de sus sentimientos hacia Venus. Verla tan viva y emocionada solo reafirmaba cuánto la quería y lo importante que era su felicidad para él, quería verla así de feliz siempre.
Al llegar al hotel ambos se registraron, Hajime se miró en el espejo.
-Si creo que aceptará- Se dijo así mismo-
-¡Hajime!- Venus entró corriendo a su habitación- El señor Crewell me enseñará su taller ¿Vienes?-
-Hmm no creo que me quedaré, apenas pude dormir en el avión y la verdad es que estoy un poco exhausto- Confesó el-
-Ok, nos vemos después-
Hajime una vez se encontraba solo en su habitación de hotel, un espacio tranquilo que ahora servía como su centro de operaciones para planificar uno de los momentos más significativos de su vida. Sabía que lo que estaba por hacer no era simplemente un gesto romántico, sino una declaración sincera de sus sentimientos hacia Venus. Quería que todo fuera perfecto, digno del afecto profundo y verdadero que sentía por ella.
Con meticulosa atención a cada detalle, Hajime comenzó a organizar la velada. Sabía que la Torre Eiffel, con su simbolismo romántico y su impresionante vista de París iluminada por las estrellas, sería el lugar ideal para su confesión. El restaurante en la torre, conocido por su exquisita cocina y su ambiente íntimo, ofrecía el escenario perfecto para una noche inolvidable.
Hajime hizo una reserva para una mesa privada, asegurándose de que estuviera ubicada cerca de una ventana para disfrutar de la vista panorámica de la ciudad. Quería que el entorno capturara la esencia de París, la ciudad del amor, donde podría compartir sus sentimientos con Venus bajo el cielo nocturno.
Luego, procedió a coordinar con el personal del restaurante. Explicó su plan y solicitó que la velada fuera adornada con detalles especiales: una selección de flores delicadas para decorar la mesa, una lista de reproducción de música suave que pudiera ser ambientada discretamente en el fondo, y una instrucción especial para que el champagne estuviera listo para ser servido en el momento adecuado.
Además, Hajime pensó en un regalo personal para Venus, algo que simbolizara la profundidad de su afecto. Decidió en un delicado colgante que había visto en una pequeña joyería local en ciudad Towa unos días antes, que capturaba la elegancia y la sencillez que tanto admiraba en Venus. Planeó presentárselo después de su confesión, como una promesa tangible de sus sentimientos.
Con todo en su lugar, Hajime repasó el itinerario de la próxima noche en su mente una y otra vez, asegurándose de que no había dejado nada al azar. Quería que cada momento reflejara cuánto valoraba y amaba a Venus, y cuánto había llegado a significar ella para él.
Solo quería hacerla feliz.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
