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Venus se encontraba absorta en su mundo de costura, hilvanando meticulosamente patrones y texturas en el tranquilo refugio de su habitación

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Venus se encontraba absorta en su mundo de costura, hilvanando meticulosamente patrones y texturas en el tranquilo refugio de su habitación. El sonido suave de la máquina de coser llenaba el espacio, armonizando con la serenidad de un fin de semana que prometía ser pacífico. Con Monaca y Kotoko en una excursión escolar, y la expectativa de un raro momento de calma solo para ella y Hajime, todo parecía perfectamente alineado para un descanso bien merecido.

Sin embargo, la realidad tenía otros planes. De repente, la puerta de la habitación se abrió. Venus levantó la vista, esperando ver a Hajime, pero en su lugar, se encontró con la inconfundible presencia de Izuru Kamukura. Izuru, con su típica expresión imperturbable y enigmática, cruzó la habitación sin una palabra. Antes de que Venus pudiera reaccionar o preguntar qué estaba sucediendo, Izuru la levantó en sus brazos con una facilidad sorprendente.

-¡Ah! ¡Izuru suéltame!-

Sin ofrecer explicación alguna, Izuru llevó a Venus fuera de la casa y la colocó en el asiento del pasajero de un coche esperando fuera. El viaje fue silencioso, con Izuru concentrado en la carretera y Venus demasiado sorprendida para formular las preguntas que giraban en su mente. Después de un trayecto que pareció eterno en su silencio, llegaron a una playa desierta, donde Izuru finalmente detuvo el vehículo y ayudó a Venus a salir.

Una vez frente al tranquilo vaivén de las olas, Izuru se volvió hacia Venus, su rostro todavía mostrando poco de lo que pasaba por su mente. Venus, recuperando su compostura, esperó a que él hablara.

-Venus, he estado reflexionando- Comenzó Izuru, su voz tan monótona como siempre, pero con un tono ligeramente más suave de lo habitual- En mi búsqueda de perfección y entendimiento, he descubierto una anomalía en mis cálculos emocionales. Algo que no puedo descartar ni resolver con lógica o data-

Venus lo observó, intrigada y confundida al mismo tiempo.

-Y eso es... - Incentivó suavemente, animándolo a continuar-

-Izuru Kamukura no está diseñado para sentir, pero en tu presencia, experiencias que podrían clasificarse como emocionales parecen manifestarse. Estos datos son incongruentes con mi ser, sin embargo, son innegables - Explicó, mirando hacia el horizonte con una rareza que parecía casi como confusión-

Venus lo escuchaba, tratando de entender lo que él intentaba comunicar.

-Izuru Kamukura no siente amor, no de la manera convencional que los humanos describen. Pero en términos de eficiencia y optimización de experiencias humanas, estar contigo es... preferible- Continuó, su mirada volviéndose hacia ella-

Era una confesión en el estilo clásico de Izuru Kamukura: analítica, distante, pero profundamente reveladora de la lucha interna que enfrentaba al tratar de comprender las emociones que su interacción con ella parecía evocar.

-¿Esto significa...? -Venus se atrevió a preguntar, su corazón latiendo con una mezcla de anticipación y confusión-

-Significa que deseo continuar explorando esta anomalía. Contigo- Finalizó Izuru, ofreciéndole una mano-

Venus, tocada por la sinceridad inusual de Izuru y movida por la profundidad de lo que implicaba su declaración, tomó su mano.

La playa estaba bañada por el suave resplandor del atardecer, los últimos rayos del sol pintaban el cielo en tonos de oro y rosa, creando un escenario perfecto para lo que estaba a punto de suceder. Izuru y Venus, ahora a pocos pasos del susurro de las olas, se detuvieron, enfrentándose el uno al otro. La tensión palpable entre ellos era una mezcla de incertidumbre y un anhelo apenas reconocido.

Izuru, generalmente tan reservado y controlado, miró a Venus con una intensidad que rara vez mostraba. Venus, por su parte, sentía cómo su corazón latía con fuerza, superando el sonido del mar. Había algo en la mirada de Izuru que presagiaba un cambio, una desviación de su habitual indiferencia. Lentamente, él inclinó su cabeza hacia ella, sus ojos fijos en los suyos, buscando algún signo de hesitación.

Venus, impulsada por una mezcla de deseo y la conexión emocional que había crecido entre ellos, se puso de puntillas para encontrarse con sus labios. Sus manos encontraron su rostro, tocándolo con una delicadeza que contrastaba con la usual frialdad de Izuru. Cuando sus labios finalmente se encontraron, el beso fue suave al principio, casi exploratorio.

Pero la cautela pronto dio paso a un ardor más profundo. Izuru respondió con una intensidad inesperada, su mano encontrando la parte baja de su espalda y atrayéndola más cerca. Venus, llevada por la emoción, perdió el equilibrio justo cuando la pasión del momento los envolvía, y ambos cayeron suavemente sobre la arena fresca de la playa.

Sin embargo, la caída no hizo más que intensificar el momento. Izuru, sin romper el beso, se reacomodó para apoyar su peso y no aplastar a Venus. Su beso se volvió más apasionado, y la arena debajo de ellos se convirtió en su mundo entero. El sonido del mar, el cielo cambiante por encima, todo se desvaneció en el fondo mientras se entregaban al beso, explorando la nueva dimensión de su relación.

Venus se sintió abrumada por la intensidad de Izuru, una pasión que nunca habría esperado de él. Sus manos se enredaron en su cabello, y cada movimiento entre ellos era un descubrimiento, un abandono a las emociones que Izuru solía mantener tan cuidadosamente ocultas. La arena, el suave roce de la brisa nocturna, nada podía distraerlos del descubrimiento mutuo.

Cuando finalmente se separaron, ambos respiraban con dificultad, mirándose con una mezcla de sorpresa y nuevo entendimiento. En la playa, bajo la vastedad del cielo crepuscular, Izuru y Venus compartieron no solo un beso, sino el inicio de una exploración más profunda de lo que significaba sentir, conectarse y, posiblemente, amar. El mundo seguía girando a su alrededor, pero en ese momento, en esa playa, el tiempo parecía detenerse solo para ellos.

-Vamos a casa- Pidió Izuru-

-S-si-

Hola UwU

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La Modista {Danganronpa x tu x Saiki k}Kde žijí příběhy. Začni objevovat