8. How long will I love you...

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how long will I luv u?
as long as stars ‘re above u
n’ longer if I can
how long will I need u?
as long as the seasons need to
follow their plan
how long will I be with u?
as long as the sea is bound to
wash upon the sand
how long will I want u?
as long as u want me too
n’ longer by far
how long will I hold u?
as long as ur father told u
as long as u want
how long will I give to u?
as long as I live through u
however long u say
how long will I luv u?
as long as stars ‘re above u
n’ longer if I may
how long will I luv u?
as long as stars ‘re above u...

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Su rutina se estableció prácticamente sola pasada esa increíble noche.

Louis se mudó al departamento 16 oficialmente nueve días después.

Y si le preguntaran cómo se sentía, Louis diría que era como…

Como vivir en la estación de metro de la ciudad. Ir ahí tomados de la mano, a veces corriendo (la mayoría de las veces) porque se les hacía muy tarde en las mañanas para el trabajo. Era… Todas esas ocasiones en las que a Louis lo dejó su transporte por necesitar un beso más de Harry antes de perderlo las siguientes ocho horas del día, pero no importaba porque Louis no entendía y aún así lo alcanzaba la mayoría de las veces para robarle otro.

Era encontrarse a la banda callejera en ese lugar todos los días cantando la misma linda canción; su canción, que no era suya pero es que era así exactamente como se sentía, como esa canción.
Era bailar torpemente, girar al ritmo de ella.

Era despedirse justo en medio del largo pasillo a las 7:20 a.m. con un gran beso y saludarse a las 4:40 p.m. ahí mismo pero con uno aún mejor.

Era Harry conociendo oficialmente por primera vez a Fizzy, y luego Fizzy no dejándolo en paz luego de eso, para nada, abrazándolo, adorándolo, demostrándole lo contenta que se sentía porque su hermano lo quisiera y él quisiera a Louis de vuelta.

Los primeros seis meses no fueron nada más que eso.

Louis enamorándose y batallando para hacer su vida de adulto normal y dejar a Harry hacer la suya pero al mismo tiempo estando juntos, pegados, todo el tiempo. Jugando, correteándose, Louis cargándolo en su hombro y él riendo y gritando “¡Ya basta!”, los dos con el estómago y las mejillas doliéndoles por tantas carcajadas.

Sólo, ellos subiendo por las escaleras eléctricas, con sus manos enganchadas, como si así hubiesen estado siempre, como si hubiesen sido hechas para estar justo así, agarradas siempre. Mientras están platicando sobre su día, o lo que haya en casa para cenar, o lo que harían mañana.

Era vender el auto azul, inservible e inutilizado de Harry y con eso “remodelar” juntos el 16, porque también era pasar días completos encerrados en él, viendo películas repetidas, comiendo cualquier cosa, o trabajando, o leyendo en un tranquilo silencio juntos, a veces, igual, discutiendo y reconciliándose enseguida.

Se sentía como tu dulce favorito deshaciéndose en tu boca, como irte a dormir limpio y fresco a tu cómoda cama después de un largo día, como ese día libre que llevabas esperando mucho tiempo y entonces llega y te duermes tarde la noche previa con toda la tranquilidad del mundo y por la mañana te despiertas igual, calmado, descansado, sin prisa, te tomas tu tiempo para levantarte y le exprimes cada segundo a las siguientes ocho o diez horas porque es tu día y de nadie más.

Era estar enamorados, perdidos, cayendo con fuerza todos los días por el otro.

even the shortest second... || (l.s.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora