10. Teatro.

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Agh, gracias al cielo ya se acabó. —Harry gruñó, acomodándose en la cama.

A las 11:46 p.m. se habían ido a acostar, tres horas después de que los padres de Harry se despidieran.

—Me dieron dos entradas para el teatro nacional mañana, ¿Quieres ir? —Louis invitó suavemente.

—Huh, no, para nada. —declinó un somnoliento Harry. —Pienso dormir todo el día.

—Ay pero no entiendo por qué ir al teatro te impediría hacerlo; mis mejores siestas fueron con la compañía real Shakespeare. —Louis admitió, logrando que su novio riera.

—No, Lou, ve con alguien más. Realmente me gusta la cama, y honestamente detesto el teatro. —se giró hacia él y se acurrucó en su pecho.

—Muy bien. —Louis lo rodeó con un brazo y besó su cabello con cariño. —¿Pero qué ente patético estará libre el sábado en la noche, sin ninguna anticipación? —se preguntó en voz alta, escuchando cómo la respiración de Harry se volvía más y más pausada.

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—¡Bravo! ¡Bravo! ¡Maravilloso! —Rory, al borde de las lágrimas, celebraba la “increíble” obra musical que acababa de ver.

Louis y él se pusieron de pie cuando las luces se encendieron y todas las demás personas también se levantaron y comenzaron a caminar hacia la salida.

Louis se burlaba internamente de su pelirrojo amigo. Era un tonto muy tierno, no iba a mentir. Había aceptado inmediatamente cuando Louis lo llamó más temprano ese día, muy contento y casi honrado de haber sido tomado en cuenta. Louis tampoco era muy fanático del teatro, pero eran entradas gratis para un espectáculo relativamente costoso que simplemente no iba a desperdiciar, y ahora que se daba cuenta de que había hecho muy feliz a alguien, se sentía muy bien por estar ahí.

Se puso su abrigo antes de que se movieran de sus lugares, pues al terminar habían dicho que irían a cenar algo.

Louis volteó a la derecha sin ninguna intención, y- Vaya

Wow- Ay no puede ser, ¡Es Sharlotte!

Sí, ahí entre la inmensa columna de gente formada que quería salir del teatro, estaba ella. Rubia, sexy y hermosa, justo como Louis la recordaba. Despampanante, con sus caireles, sus ojos, sus labios, y ese elegante atuendo beige que sólo la hacía destacar de entre las demás chicas. Su cabello era dorado, brillante, sus ojos aún de dos colores diferentes, pero Louis sintió especial el momento de alguna manera porque finalmente veía a su primer amor como realmente era, con todos sus colores.

—¿Quién? —Rory intentó seguir su mirada.

—Ella fue mi primer amor. —Louis explicó simple.

—¿Dónde?

—Por allá, frente al letrero de Salida. —imposible no verla, no sólo por su belleza, sino porque literalmente sobre su cabeza estaba la señal verde brillante de “Exit”.

—¿La anciana?

No, la anciana no, es la rubia linda.

—La de cabello obscuro. —Rory adivinó conocedor. Louis suspiró con resignación.

Entendía que su amigo no supiera cómo era el rubio realmente pero, por favor, había una diferencia enorme entre algo blanco o gris muy claro y algo obscuro.

even the shortest second... || (l.s.)Where stories live. Discover now