58| Estoy orgulloso de ti papá

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Meses después del lanzamiento de mi libro, finalmente llegó el esperado momento del estreno de la serie en la que mi padre Martín era el protagonista. Interpretaba a un policía gallego que investigaba la muerte de su hija en los años 70. La serie había generado mucha expectación, y la premiere se celebraría en los icónicos cines Capitol de Madrid, en plena Gran Vía.

Mis padres me insistieron en que asistiera al evento. Sabían lo mucho que me importaba apoyar a Martín en este día tan importante. Sin embargo, dudé en ir. Temía que los periodistas aprovecharan la ocasión para hacerme preguntas sobre el éxito de mi libro y, en consecuencia, robarle protagonismo a mi padre en su gran noche.

El día del estreno, me levanté con el estómago revuelto por los nervios. Sabía que debía estar allí para él, pero no podía evitar sentirme ansioso. Finalmente, decidí que el amor y el apoyo hacia mi familia eran más importantes que cualquier temor personal.

Me vestí con esmero, eligiendo un traje oscuro que combinaba elegancia y discreción. Al llegar a los cines Capitol, la alfombra roja ya estaba llena de luces, cámaras y una multitud de fans y periodistas. Respiré hondo y avancé hacia el bullicio, acompañado por mis padres.

Cuando llegamos, Martín y Juanjo me recibieron con una sonrisa llena de orgullo. Nos abrazamos y compartimos unas palabras de ánimo. La noche era suya, y yo estaba decidido a disfrutarla a su lado.

— ¿Listo para enfrentarte a los periodistas? — Me susurró Juanjo con una sonrisa cómplice.

— Lo estoy, papá — respondí, tratando de infundirme confianza.

Los flashes de las cámaras no se hicieron esperar. Los periodistas rápidamente nos rodearon, lanzando preguntas a Martín sobre su papel en la serie. Él respondía con profesionalismo y carisma, mientras yo permanecía a su lado, tratando de pasar desapercibido.

Sin embargo, tal como temía, no pasó mucho tiempo antes de que las preguntas se dirigieran hacia mí.

— Dani, ¿cómo estás llevando el éxito de tu último libro? — Preguntó una reportera con entusiasmo.

— Ha sido una experiencia increíble — respondí con una sonrisa. — Pero esta noche se trata de la serie y del impresionante trabajo de mi padre. Estoy aquí para apoyarlo y celebrar con él.

Mis palabras parecieron desviar la atención de los periodistas de vuelta a Martín, lo cual me alivió. A medida que avanzábamos por la alfombra roja, sentí que, a pesar de los nervios, había tomado la decisión correcta al asistir.

La proyección de la serie fue un éxito rotundo. La interpretación de Martín como el atormentado policía gallego fue aclamada por todos los presentes. Ver su actuación en la gran pantalla, sabiendo todo el esfuerzo y dedicación que había puesto en el proyecto, me llenó de un orgullo inmenso.

Después de la proyección, hubo una recepción en un salón cercano, donde el elenco y el equipo de producción celebraron el éxito del estreno. Mi padre estaba rodeado de amigos, colegas y admiradores, y pude ver en su rostro la satisfacción de haber alcanzado una meta importante.

Me acerqué a él y le di un abrazo.

— Estuviste increíble, papá — le dije, con la voz llena de emoción.

— Gracias, cariño. Significa mucho para mí que estés aquí Dani — respondió, devolviéndome el abrazo con fuerza.

La celebración no terminó allí. Habían organizado una fiesta privada en un elegante salón de eventos cercano, reservado solo para los más allegados. Allí estarían mis tíos y tías: Ruslana, Chiara, Violeta, Álvaro, Denna y Naiara, los mejores amigos de mis padres y parte esencial de nuestra familia extendida.

Al llegar al salón, la atmósfera era cálida y festiva. Las luces tenues, la música suave de fondo y el bullicio alegre de las conversaciones creaban un ambiente acogedor. Mis tíos y tías nos recibieron con abrazos y felicitaciones.

— ¡Dani! ¡Qué alegría verte! — exclamó Violeta, abrazándome con fuerza.

— No podíamos perder la oportunidad de celebrar todos juntos — añadió Álvaro, dándome una palmada en la espalda.

Nos reunimos alrededor de una gran mesa decorada con elegancia, llena de deliciosos aperitivos y bebidas. La conversación fluía con facilidad, entre risas y anécdotas. Sentía una profunda gratitud por estar rodeado de personas que significaban tanto para mí.

— ¿Y cómo te sientes con el éxito de tu libro, Dani? — preguntó Chiara con una sonrisa. — Sabemos que has trabajado muy duro.

— Ha sido un viaje increíble — respondí, emocionado. — Pero esta noche es para celebrar el éxito de papá y la increíble serie que ha creado.

Martín me dedicó una mirada llena de orgullo y agradecimiento. Era evidente que, aunque el foco de atención estaba en él, compartíamos la alegría de nuestros logros como una familia.

A medida que la noche avanzaba, disfrutamos de la música, el baile y, sobre todo, de la compañía mutua. Ruslana y Naiara se destacaron en la pista de baile, animando a todos a unirse, mientras Denna y Chiara compartían historias divertidas de nuestra infancia.

En un momento de la noche, me encontré solo con Martín y Juanjo, contemplando la escena de alegría a nuestro alrededor.

— Gracias por insistir en que viniera — les dije con sinceridad. — No me habría perdonado perderme esto.

— Siempre, hijo — respondió Juanjo, abrazándome de nuevo. — Somos una familia y siempre estaremos juntos, apoyándonos.

Nos quedamos así, los tres abrazados, sintiendo el amor y la conexión que nos unía. Sabía que, sin importar los desafíos que pudiéramos enfrentar en el futuro, siempre tendríamos momentos como este para recordarnos lo afortunados que éramos de tenernos los unos a los otros.

La fiesta continuó hasta altas horas de la madrugada, llena de risas, amor y promesas de futuros éxitos y celebraciones.

Más tarde, se hizo el momento de hacer el brindis formal por el éxito de la serie. Martín, con una copa en la mano, se dirigió a los invitados con palabras llenas de gratitud.

— Quiero agradecerles a todos por estar aquí esta noche — dijo, su voz llena de emoción. — Este es un momento muy especial para mí, y no sería lo mismo sin el apoyo de mi familia y amigos.

Las palabras de Martín fueron recibidas con un cálido aplauso, y la celebración continuó con renovada energía. La gente se movía por el salón, conversando y compartiendo, mientras yo observaba a mi padre, rodeado de las personas que más quería, en el centro de una noche que parecía destinada a la celebración.

La fiesta se extendió hasta altas horas de la madrugada. La música, el baile y las conversaciones creaban un ambiente alegre y despreocupado. Me uní a mis tías y tíos en la pista de baile, disfrutando de la compañía y la música, y celebrando el éxito de esta nueva etapa en la vida de Martín.

En medio del ajetreo y las risas, me encontré reflexionando sobre cómo, a pesar de mis dudas iniciales, había sido una decisión acertada estar allí. La alegría en los rostros de mis padres y el calor de la familia cercana hicieron que cada minuto valiera la pena.

La noche continuó con momentos de introspección y alegría compartida, y a medida que la fiesta llegaba a su fin, me di cuenta de lo importante que era estar presente en estos momentos, tanto en las celebraciones como en los desafíos que venían.

Armonía prohibida (Ot 2023)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora