LVI

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Claudia

Desperté lentamente, parpadeando varias veces antes de abrir del todo los ojos. Lo primero que sentí fue la calidez de las sábanas a mi alrededor y el leve perfume de Alexia aún en el aire, pero cuando me di cuenta de que estaba sola, una pequeña punzada de inquietud recorrió mi pecho. No había señal de ella en la cama ni en la habitación. Me senté lentamente, estirándome para desperezarme. El silencio de la casa me envolvía, algo extraño después de todo lo que habíamos vivido.

Me levanté despacio, aún adaptándome al ambiente, y decidí salir de la habitación para ver si estaba en alguna otra parte. Tal vez en la cocina o en el baño. Caminé por el pasillo, con una especie de vacío en el estómago, pero al llegar a la sala, tampoco la vi por ningún lado. Nada más que el silencio y la luz suave que entraba por las ventanas. Dejé escapar un suspiro, algo que me costaba aún controlar después de todo lo que había pasado en las últimas horas.

Me senté en el sofá, cruzando las piernas y mirando a mi alrededor. Quizás Alexia había salido a comprar algo, o a resolver algún asunto rápido. Intenté distraerme con mis propios pensamientos, pero cada vez volvían a ese punto de la casa destruida, las emociones a flor de piel, y el caos que me había dejado deshecha. Me recordé a mí misma que estaba aquí ahora, segura, con Alexia, y que nada malo me iba a pasar mientras ella estuviera conmigo.

No pasaron muchos minutos antes de que escuchara el clic de la puerta principal abrirse. Giré la cabeza hacia el sonido y allí estaba ella. Alexia entró con una sonrisa, llevando una bolsa en la mano, y al verme sentada en el sofá, su expresión se iluminó aún más.

—Hola, dormilona—me saludó con esa alegría que siempre conseguía contagiarme—. Te he comprado algo.

La miré sorprendida. No esperaba que saliera y mucho menos que me trajera algo. Me quedé un poco desconcertada, preguntándome qué era lo que había traído.

—¿Como? —pregunté, alzando una ceja con curiosidad mientras ella se acercaba.

Alexia sonrió de lado y se detuvo frente a mí, sacando de la bolsa lo que parecía ser... un marco de fotos. Un hermoso marco de madera, en perfecto estado, con un diseño sencillo pero elegante, ideal para destacar lo más importante: la foto que iba a llevar.

Me quedé mirándolo un segundo antes de que Alexia hablara de nuevo.

—Si vas a tener esa foto en la mesita de noche, tiene que ser en algo bonito, ¿no crees? —dijo, inclinándose hacia mí y colocando el marco en mis manos con suavidad.

Miré el marco, sintiendo de nuevo esa mezcla de emociones que llevaba cargando desde el día anterior. La imagen de la foto rota de Elena seguía clara en mi mente. No había soltado el marco reventado durante casi toda la mañana, aferrándome a él como si con eso pudiera mantener algo de control sobre lo que estaba sintiendo. Elena... mi mejor amiga, mi hermana de alma. Perder esa foto había sido un golpe más duro de lo que esperaba. Pero Alexia, siempre tan atenta, siempre pensando en esos detalles que a veces pasaban desapercibidos, había hecho esto por mí.

La miré con los ojos ligeramente vidriosos, sintiendo un nudo en la garganta que se negaba a deshacerse. No sabía qué decirle. El simple hecho de que se hubiera tomado el tiempo de salir y encontrar un marco perfecto para mi foto con Elena me conmovía de una forma que no podía poner en palabras.

—Alexia... —murmuré, mi voz saliendo más quebrada de lo que había planeado—. No sé cómo agradecerte esto.

Alexia se sentó a mi lado en el sofá, acomodándose cerca de mí, lo suficiente como para que nuestros hombros se rozaran.

—No tienes que agradecerme nada, Claud. Sé lo importante que es esa foto para ti. Si va a estar aquí —dijo, señalando hacia la habitación con la cabeza—, que esté bien, como se merece.

Mis ojos se llenaron aún más al escuchar esas palabras. Era increíble lo bien que Alexia me entendía, cómo captaba esas pequeñas cosas que, a veces, ni yo misma me daba cuenta que necesitaba. Miré el marco de nuevo, y la sensación de gratitud mezclada con tristeza y alivio se apoderó de mí. Elena merecía estar en algo bonito, algo que reflejara lo que ella había significado para mí.

Me di cuenta de que, sin saberlo, había estado apretando el marco roto toda la noche, aferrándome a él como un recuerdo tangible de algo que ya no estaba. Pero este nuevo marco... este gesto de Alexia me daba un nuevo comienzo. Un paso hacia adelante.

—Es perfecto —dije finalmente, sonriendo a través de las lágrimas que ahora me resbalaban por las mejillas.

Alexia se inclinó hacia mí y me dio un beso suave en la sien, en silencio, como si supiera que no hacía falta decir nada más. Sentir su presencia a mi lado era suficiente. La calidez de su cuerpo junto al mío, su mano descansando en mi pierna, me daba una paz que pocas veces había experimentado en los últimos tiempos.

—Ahora sí —murmuró ella, con una sonrisa leve—. Vamos a colocar esa foto como debe ser.

Me puse de pie, aún sosteniendo el nuevo marco, y caminé con ella hacia la habitación. Me di cuenta de lo afortunada que era de tenerla, de cómo había estado a mi lado en los momentos más oscuros, y de cómo no me había soltado ni por un segundo. Esta relación, lo que teníamos... era más de lo que alguna vez hubiera imaginado. Y ahora, con este simple gesto, Alexia me había mostrado una vez más lo mucho que me amaba.

Coloqué el marco en la mesita de noche, observando cómo brillaba en la luz suave que entraba por la ventana. La foto de Elena estaría siempre ahí, en un lugar seguro, acompañándome, pero al mismo tiempo, sentía que podía avanzar, que podía honrar su memoria sin quedarme atrapada en el dolor.

Cuando terminé de acomodar la foto, me giré hacia Alexia. Ella me miraba, con esa sonrisa pequeña pero cargada de significado. Sin decir nada más, me acerqué a ella, rodeándola con mis brazos y apoyando mi cabeza en su hombro. Alexia me devolvió el abrazo, y nos quedamos así, en silencio, disfrutando del simple hecho de estar juntas.

Sabía que, aunque el dolor no desaparecería por completo, con Alexia a mi lado, todo se hacía más llevadero. Y en ese momento, con la imagen de Elena en su lugar y con Alexia abrazándome, supe que, de alguna manera, todo estaría bien.
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Estoy dando voleteras🕺🕺🕺

Si subo más capítulos es posible que sean flojillos porque me encuentro fatal😬

𝐍𝐄𝐖 𝐁𝐄𝐆𝐈𝐍𝐍𝐈𝐍𝐆𝐒-𝐀𝐥𝐞𝐱𝐢𝐚 𝐏𝐮𝐭𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora