𝐍𝐄𝐖 𝐁𝐄𝐆𝐈𝐍𝐍𝐈𝐍𝐆𝐒-𝐀𝐥𝐞𝐱𝐢𝐚 𝐏𝐮𝐭𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬

CXXX

El día se acercaba, y la emoción se palpaba en el ambiente. Habíamos quedado todas en una tienda para hacer una de las últimas compras: el vestido de Alexia, el traje de Biel y, de paso, los últimos detalles. La tienda estaba llena de ropa hermosa y decorada con elegancia; se notaba que cada rincón estaba pensado para hacer de la búsqueda una experiencia especial.

Alexia y Alba se fueron juntas a la sección de vestidos casi de inmediato. Era imposible no notar la sonrisa nerviosa de Alexia mientras su hermana la guiaba con determinación, comentando que “no aceptaría nada que no fuera perfecto para la ocasión.” Yo, mientras tanto, me quedé con Biel y Eli, paseando por la sección infantil en busca de un traje para nuestro pequeño, algo que lo hiciera verse adorable y, al mismo tiempo, elegante.

—¿Tú qué piensas, campeón? —le susurré, sosteniendo un diminuto traje oscuro con un chaleco que me pareció encantador. Biel miraba la ropa sin entender nada, mientras mantenía su mano agarrada a la mía, y se entretenía intentando alcanzar las perchas más cercanas.

Eli, al ver mi expresión de curiosidad por lo que Alexia estaría haciendo al otro lado de la tienda, no tardó en interceptarme.

—Eh, nada de espiar —dijo con una sonrisa pícara, poniéndose entre la sección infantil y la zona donde Alexia y Alba estaban.

—Pero… solo quiero verla un segundo —respondí entre risas, sabiendo que no me dejaría.

—Nada de nada, tiene que ser sorpresa, Claudia. Además, así es más divertido —me guiñó un ojo, y volví a centrarme en la búsqueda del traje de Biel.

Al cabo de un rato, encontré un conjunto ideal: una chaqueta y un pantalón en un gris oscuro con un toque azul marino, combinado con una pajarita. Lo imaginaba con eso puesto y no podía evitar sonreír de oreja a oreja. Sabía que Alexia iba a derretirse en cuanto lo viera vestido así.

—Biel, cariño, creo que mamá te va a comer a besos cuando te vea con esto —le dije mientras le mostraba el pequeño traje. Él respondió con una de sus risas adorables, esa que siempre lograba hacerme olvidar cualquier preocupación.

De repente, escuchamos un murmullo y algunas risas provenientes de la sección de los vestidos de novia. Alba y Alexia parecían estar divirtiéndose, seguramente viendo a Alexia probarse distintas opciones. Mis ganas de ir a echar un vistazo aumentaron, pero Eli de nuevo me detuvo con una sonrisa firme, indicándome que me quedara en mi sitio.

—Venga, Claudia, un poco de paciencia. Te prometo que la espera valdrá la pena —me dijo, contagiándome su entusiasmo.

Intenté concentrarme en Biel, quien ahora intentaba ponerse la pajarita alrededor del cuello mientras Eli y yo reíamos al verlo tan concentrado. En un par de semanas, él caminaría con nosotras de la mano, en un día que cambiaría nuestras vidas para siempre. La expectativa de imaginar a Alexia, vestida de blanco, y a Biel entre nosotras, nos unía aún más en esta aventura.

Alexia y Alba se acercaron finalmente, con esa energía de complicidad entre hermanas que me hacía sonreír. Alexia traía una expresión radiante, y supe de inmediato que había encontrado lo que buscaba. Pero claro, no pensaba revelarme absolutamente nada.

—¿Ni una pista, verdad? —le pregunté, intentando descubrir algo en su rostro.

—Ni una pista, cariño —respondió ella, divertida, negando con la cabeza mientras mantenía la expresión firme.

En un movimiento rápido, como queriendo distraerme del tema, cambió la conversación y señaló hacia Biel, que estaba entretenido jugando con su nueva pajarita en la mano.

—¿Y tú? ¿Qué le has comprado a nuestro pequeño? —me dijo con una sonrisa que le iluminaba toda la cara, claramente queriendo ver el traje que había elegido para Biel.