Capítulo 3.

40.1K 2.2K 718
                                    

—¿Qué?— pregunté, tratando de no mostrar todo mi nerviosismo. —Pero... ¿Cómo es posible?

—Esa escuela convoca a niños desde ocho a dieciocho años, su profesora intervino y nos dijo que no hay problema con este tema, porque Rebecca en pocos días cumple ocho años.

—Y ella estará allí... ¿sola?

—No, claro que no. Nunca dejaría a mi pequeña sola en esa gran ciudad. He estado pensando y...— removió su cabello e hizo una mueca.

—¿Qué pasa?— Estaba temiendo lo peor.

—Estaba pensando que... ¡No sé cómo lo vayas a tomar!

—Solo dime.— Él agarró mi mano.

—Estaba pensando en vivir en Londres. Los tres, juntos.


Mierda, mierda, mierda. Esto es lo que estaba temiendo que dijera.


No sé cuánto tiempo me quede callada pero debió ser mucho por la manera en como su sonrisa se borró y ahora me miraba preocupado.


—¿Hay algún problema?

—Sí.— Contesté rápido. —Es muy precipitada esta propuesta que me estás diciendo. ¿Qué pasará con nuestros trabajos?

—Te traslado a nuestra sede que tengo en Londres, igual trabajas para mí, así que yo puedo hacer ese cambio. Yo me encargaría de mi empresa en Londres.— Hizo una pausa. —Amor, sé que esto lo que te estoy proponiendo es de locos, pero tú conoces a Rebecca. Ella realmente ama tocar el violín y su sueño es tocar en una gran orquesta. ¿Y qué mejor manera de lograrlo si está en una prestigiosa escuela como la que la quieren reclutarla?

—No sé.— Dudé. —Nosotros ya tenemos nuestra vida aquí. Rebecca tiene todos sus amigos aquí en Australia. ¿No crees que estará triste por dejar todo aquí?


Él se quedó mirándome por un largo tiempo.


—Rose, quiero que me respondas algo rápido.

—¿Sí?

—¿Tú me amas?


Me tensé. ¿Qué es este tipo de pregunta en este tema?


—Claro que sí.— Respondí.

—¿Entonces que te detiene?


Un estúpido hombre rizado, con ojos verdes. Él es el que me detiene de ir a Londres.


—Andrew, tu sabes mi historia de lo que me pasó allí en esa ciudad.— Hice una mueca y sentí un escalofrío al recordar todo ese horrible momento.

—Lo sé, y créeme que he pensado en eso también. Ese bastardo está en la cárcel y no dejaré que te toque. Nunca lo permitiría. Además, mudarnos a otra ciudad seria como...un nuevo paso en nuestra relación ¿No crees?

—Sí, eso creo.

—Además, no es otro lugar nuevo. Es un lugar que ya conocemos, tú has vivido ahí por muchos años y tú sabes que yo soy británico. Entonces, no tenemos que saber nada, ya lo hemos vivido antes.

Risk It All. {h.s}Kde žijí příběhy. Začni objevovat