Capítulo 33.

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—Tranquila, Rose. No va a pasarte nada malo.


Miré a la psicóloga, ella aparentaba un poco más de mi edad y tenía esta sonrisa alentadora como si quisiera decirme «no muerdo, solo quiero que hables conmigo» pero la verdad es que nunca había estado en uno de estos lugares y cada momento que pasaba me asustaba más. Sé que solo voy a estar una hora con ella y no han pasado ni cinco minutos desde que llegue y nos presentamos pero ya quiero irme.


—Lo sé.— Mentí, porque realmente sentía que todo estaba yendo mal y solo quería irme.


¿Por qué acepte a entrar a esto?


—Harry me dijo que quería ayudarte, es un bonito gesto de su parte.

—A veces le viene este instinto de querer ayudar, pero es muy raro de su parte y tal vez pase una vez cada diez años.— Alce los hombros. —La desperdicio conmigo, es una pena.

—¿Por qué dices eso?— ladeo la cabeza.

—Por nada.— Suspire. —No quiero hablar de Harry hoy.

—Está bien, no hablaremos de tu novio pero espero que más adelante me cuentas sobre él y como es su relación como pareja. Sería muy bueno de tu parte como para conocerte mejor, ya que él forma una gran parte de tu vida.

—¡Oh Dios, no!— casi grité. —Harry no es mi novio, no somos...nada, hablando sentimentalmente.

—Oh, lo siento.— Hizo una pequeña mueca y apunto algo en su libreta. —Pensé que ustedes estaban juntos ya que él quiso ayudarte y...

—Sí, Harry y yo solo somos amigos.— La interrumpí, antes de que diga algo que no quería saber.

—Está bien.— Asintió con la cabeza. —Entonces ¿eres una mujer soltera?

—No, estoy comprometida.— Sonreí. —Mi novio se llama Andrew.

—Cuéntame de él.— Me alentó.


Tome una gran bocanada de aire antes de empezar a hablar de cómo conocí a Andrew, omite el hecho de que me fui de Londres por Harry y todo lo que tenía relacionado con él, aparte del hecho de que trabajaba para él. Le dije que trabajaba en la empresa de Andrew, que él tiene una hija que no es mía pero que la quiero como una. También le dije que nos mudamos de Australia por una mejor educación de Rebecca y todo lo que le estaban ofreciendo.


—Eso es muy arriesgado de tu parte.

—¿Qué cosa?— pregunté.

—Esto.— Me señaló. —Dejar una ciudad donde estabas viviendo por la hija de otro hombre.


No me gustó el tono que uso, pero no le dije nada al respecto.


—Bueno, Andrew es mi pareja y de la misma forma que él hace todo por mí, yo también lo haría por él.— Alce los hombros. —Además, no tenía a nadie más allá, mi familia vive en New York. Lo único que me detenía en Australia...eran ellos dos.

—Andrew...es una persona muy importante en tu vida ¿no?

—Sí, él me ha ayudado mucho y supo comprender todos mis problemas.

Ladeo la cabeza. —¿Tus problemas?

—Yo...— maldición, no quería decirle.

—Puedes contar conmigo, Rose.

Risk It All. {h.s}Where stories live. Discover now