Capítulo 27.

33.5K 2.4K 1.1K
                                    

Rose.



Cambie de canal tratando de encontrar una buena película y que tenga una excusa de las palomitas de maíz que hice pero nada interesante estaba pasando por la televisión. Un canal de cocina llamo mi atención luego de varios minutos y al momento que el chef empezó a cortar los vegetales, mi mente vagó a hace dos días.



—Debemos tener una palabra clave.

—¿Para qué?

—Para cuando aceptes de que estas enamorada de mí.

—Yo no...

—Sh, cariño.— Me calló. —Ya sabemos ese discurso, estás en negación pero sé que solo será por un solo un tiempo. Así que debemos apurarnos y decidir en una palabra clave entre nosotros. Cuando la digas, sabré que estas lista.— Sonrió.

—Esto es estúpido.

—Uh, lo mejor sería escoger una palabra no muy común o mucho mejor, una palabra inventada.— Ignoró mi comentario.

—Eso es muy difícil.

—Tienes razón.— Lo pensó un rato. —¡Ya sé! La palabra tiene que ser «zanahoria»

—¿Qué?

—¡Claro! Porque tu odias las zanahorias así que cuando la digas sabré que estás lista, que me sigues amando y que podemos tener sexo sin parar.

Alce las cejas. —Creo que estás exagerando.

—Está bien, puede que lo último tome un tiempo pero sabré que me amas y no habrá nadie que me impida ir a abrazarte en ese momento.


Hubo un pequeño silencio entre nosotros.


—¿Y si nuca vuelvo a decir la palabra clave?— Pregunté.


Me sonrió y sin esperar beso mi frente, en un gesto que no esperé de él y que hizo que mis mejillas tomen un color rojizo.


—Después de todo lo que hemos pasado, tengo que ser positivo. Sé que dirás la palaba clave, hasta entonces estaré esperando.



Aleje ese pensamiento de mi mente cuando me di cuenta que ya me había comido todas las palomitas y el programa de cocina ya había terminado.


—¡Rose!— Me sobresalté cuando escuche que Rebecca me llamó. Se sentó a mi lado y me sonrió. —¿Qué haces?

—Veía algo de televisión.— Admití. —¿Tú qué hacías?

—Estaba jugando en mi habitación pero me aburrí.— Hizo un pequeño puchero. —¿Sabes dónde está mi papá?

—Está trabajando.— Hice una pequeña mueca. Que novedad.

—Pero es domingo.— En sus ojos se le notaba tristeza.

—Lo sé, pero él es el jefe y cuando algunas personas hacen mal su trabajo, tu padre al estar a cargo, tiene que quedarse y arreglarlo.


Risk It All. {h.s}Where stories live. Discover now