CAPÍTULO 5

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Después de escuchar la historia sobre Letvian, Aryana sintió aún más dudas ante lo que se aproximaba. Ahora entendía porque sus padres huyeron protegiéndola de lo que sería su destino. Un destino impuesto desde su nacimiento y del cual no había escapatoria. Se preguntaba quién sería ella en el pasado, sintió mucha curiosidad.

Después de salir de la biblioteca se suponía debía dirigirse al comedor pero en el camino se extravió y no sabía con exactitud dónde se encontraba. Aquel lugar era un laberinto de pasadizos, lleno de innumerables puertas pero lo que más le extraño era la desolación, no se había topado con nadie y se preguntó si era por el hecho de que no todos estaban autorizados a estar ahí.

Deambuló sin rumbo un buen rato hasta que empezó a desesperarse, se sentó en una banca de madera y se quedó observando un gran árbol que llamó su atención. Era enorme, sus ramas se extendían a sus anchas, pero no era un árbol normal, su follaje era del color del oro  con el tronco de bronce.

-Es el Árbol de la Sabiduría.

Escuchó decir a sus espaldas. No se había percatado de la presencia de Chace, exaltándose.

-Perdón no quise asustarte.

-Está bien. -Respondió Aryana visiblemente nerviosa, aquel joven la intimidaba, quizás era la manera en que la miraba, de una forma tan penetrante que parecía leer su interior.

-¿Qué haces aquí? -Preguntó él mientras tomaba asiento a su lado.

-Me perdí. -Contestó apenada.

Él le sonrió mostrando sus perfectos y alineados dientes blancos.

-¿Qué es el Árbol de la Sabiduría?

-Es nuestro emblema, según la leyenda cada mil años da un fruto. Ése fruto es el Óvalo o Piedra Sagrada.

-¿Es el árbol original?

- No, ése fue destruido por Meliakán. Lograron rescatar un retoño y fue traído aquí y replantado.

-¿Crees que alguna vez de fruto?

-No lo sé, es sólo una leyenda, pero el Concilio se apega mucho a las tradiciones. Se supone que cuando suceda, será la señal de que debemos partir.

-Con partir te refieres a.... _No logra terminar la frase, las palabras se atoran en su garganta.

-Exacto. -Le afirma el muchacho.

Aryana siente como un frío le recorre la columna y le pone la piel de gallina.

-Chace, puedes hablarme de la Unión. De nuestros antepasados

-Claro, ¿Qué quieres saber?

-¿Quiénes éramos? Es decir, sé que el rey tenía cuatro guerreros que eran de su total confianza. Pero, si realmente somos su reencarnación, ¿Sabemos cuál de ellos somos?

-Sí, ¿Quieres saber quién eras tú?

-Me encantaría.

-Es fácil, cada uno tenía un poder o don específico. Por ejemplo Abril es la reencarnación de Erain. Puede abrir portales y formar escudos de protección. Canne maneja el fuego, es su elemento, él era el segundo al mando, Ámber tiene habilidades de telequinesis.

-Te refieres a mover objetos y esas cosas.

-Sí, no puede leer la mente pero sí percibir tus emociones. Tú tienes el don de las premoniciones y eres la sanadora.

-La sanadora._Repite.

-Correcto, eres la pieza más importante del equipo porque tendrás conocimiento de los hechos antes de que ocurran.

-Pero no me siento nada especial.

-Estuviste es una dimensión donde tu poder no se pudo manifestar abiertamente, pero aquí aprenderás a canalizarlo.

-¿Y tú? Si Canne era el segundo al mando, eso te convierte en el rey.

-Lo fui en Letvian, aquí soy uno más de ustedes.

-¿Qué puedes hacer?

-Te mostraré.

Chace se pone de pie e invita a la joven a que haga lo mismo. Coloca sus manos como si meditara y Aryana pudo ver como se formaba lo que parecía ser una bola de energía. Era muy brillante, tanto que la cegó un momento. El chico escoge el blanco y lanza la esfera a una pequeña flor que se cristaliza de inmediato.

-¡Sorprendente! _Exclama maravillada.

-Canne y yo podemos formar armas con nuestras habilidades.

Y terminado de decir esto, una lanza aparece en su mano.

-¡Wow! Eso es sorprendente, y dices que yo soy la importante.

-Lo eres, no cualquiera tiene el don de sanar.

-¿Conoces cuáles eran nuestros nombres?

-El tuyo era Alain.

Aryana desea hacerle otra pregunta pero no está segura cómo plantearla. Se muerde el labio inferior.

-¿Algo más que quieras saber?

-Se supone que el rey tenía una esposa que también era parte de La Unión o algo así mencionó Lidia ¿Es Ámber?

El chico sonríe nervioso, lo tomó con la guardia baja. Mete las manos en las bolsas de su chaqueta y con un poco de rubor en sus mejillas responde: -No esa serías tú.

Ella igual se sonroja, tanto que siente que la cara le arde. Ahora comprendía porqué se sentía de esa forma cuando estaba cerca de él. En el pasado, Chace fue su esposo.

No supo qué decir, la situación se volvió incómoda, pero sintió alivio cuando el joven agregó: -Se hace tarde, te acompaño al comedor, luego si lo deseas te puedo llevar hasta tu dormitorio.

-Claro. -Respondió ella, dejando mostrar la felicidad que le causaba saber que ambos estaban unidos de alguna forma y no que fuera Ámber esa persona.

LOS ELEGIDOSWhere stories live. Discover now