CAPITULO 26

6K 533 32
                                    

La noche helaba hasta los huesos, por más que lo intentó Aryana no podía dormir. Se levantó tratando de no hacer ruido. Llegó hasta la entrada de la caverna donde Ácnúr montaba guardia con Chace, los chicos se estaban turnando para vigilar.

-¿No puedes dormir? -Consulta él al verla llegar.

-No, han ocurrido tantas cosas.
-Sonríe con amargura. -Yo.... no puedo perdonarme por lo que les hice. Te advertí de un traidor entre nosotros, señalé a Ámber juzgándola duramente y al final resulté ser yo.

Las lágrimas se agolpaban en sus lagrimales queriendo correr libremente.

Chace se acerca a ella y la besa en la frente, abrazándola luego.

-Primero que todo. _Dijo el joven.
-No eras tú, fue Alain y creo que, nunca fue realmente su intención hacerle daño a Aldrish o a los demás.

-Lo sé, ella creyó amar a Meliakán, se dejó envolver por sus palabras y su magnetismo. Él ejercía en ella una atracción peligrosa.

-¿Te sientes atraída hacia él?

-¡Dios no! -Exclama Arayana de inmediato. -Quizás al principio sí, un poco, pero no entendía el por qué. Nada me une a él, por favor créeme, te amo Chace.

La pareja aún continuaba abrazada, Chace la miraba inexpresivo, Aryana deseaba meterse en sus pensamientos y saber que cruzaba por su mente.

-Chace por favor dime algo.

-Mejor ve a dormir, mañana será un día complicado.

Aryana mira el pequeño corte que ella le hizo en el cuello, no se veía bien. Instintivamente lleva su mano hacia la cortada.

-Estoy bien. -Contesta él aparatándola.

Este rechazo le dolió en lo más profundo.

-¿Estás molesto conmigo?

-Ve a descansar. -Reitera dando por terminada la conversación.

Aryana se aleja de prisa para que Chace no la vea llorar. Unas horas después Cane llega a sustituirlo.

-¿Qué le hiciste a Ary?

-¿Perdón?

-No ha parado de llorar y sé que estuvo contigo.

-No es tu problema Canne.

-Sé que estás molesto por lo de Meliakán, solo toma en cuenta dos cosas. Una, ella pudo matarte y no lo hizo y dos, rompió el hechizo del relicario, si eso no es amor, lo estoy interpretando mal.

Chace se mantiene en silencio, se retira llevando donde los demás se encontraban agrupados durmiendo. Se acerca a Aryana que seguía despierta.

-¿Podemos hablar?

Ella asiente con un leve movimiento de su cabeza, se adentran un poco. La caverna estaba iluminada con tenues luces azules.

-Soy un idiota, estaba celoso. Saber que sí sentiste algo por él, me cegó. Perdona si te lastimé, te amo.

-Me siento tan aliviada de oírte decir eso, me sentí fatal. -Agregó entre sollozos.

-Por favor no llores, no lo merezco.

-Entonces, ¿Estamos bien?

Chace no contesta, se acerca a ella y encierra sus labios, primero con sutileza y luego el beso se hace más intenso. Ambos se entrelazan en un abrazo, mientras que Aryana siente las piernas flaquear y comienza a hiperventilar sin poder evitarlo. Se separaron pero continuaron abrazados, tanto que Aryana podía sentir las palpitaciones del muchacho sobre su pecho y su cálido aliento la envolvía.

-Será mejor que regresemos. _Sugiere él.

-Sí. _Lo secunda ella recuperando la compostura.

Ambos sonríen y tomados de la mano se unen con el resto.

****************
-Despierten. _Una voz cantarina los llama. -Debemos irnos, es hora.

-¿Qué hay del cristal oscuro._Pregunta Ámber.
-Podríamos intentar destruirlo.

-No. -Responde Sibis. -Es muy arriesgado. Hay una forma de que restauren Letvian y eliminar a Meliakán. Deben llevar la Piedra Sagrada al Observatorio, colóquenla donde una vez estuvo el antiguo Óvalo, rodéenlo y nútranlo con su sangre. Una gota por cada uno de ustedes, su poder se triplicara y depurara todo a su paso.

-¿A qué te refieres con depurar. _Inquiere Chace con el ceño fruncido.

-Cualquier muestra de maldad será....... borrada, incluyendo esta dimensión y con ella el Cristal Oscuro. No conocen el poder que alberga la Piedra Sagrada, supera su entendimiento. Cuando hayan derrotado a Meliakán deberán dejar que el Óvalo se regenere, y con ayuda de Abril abrirán un portal para traer a los suyos. Me he comunicado con Hannoly y ella dará aviso cuando llegue el momento. De esta manera no se verá afectado el tiempo ni el espacio y cruzarán en tiempo real.

¿Pero y tú? ¿Y los dragones. _Interroga Abril preocupada.

-Nosotros tenemos una misión y es mantener el Cristal Oscuro aquí. He vivido muchas lunas, es hora de descansar.

Todos se miran entre sí pero nadie añade nada. Al fin comprendieron la parte de la profecía "Y su sangre liberará a Letvian"

-Suerte Elegidos.

Pronto estuvieron listos y se preparan para partir. En un dragón sube Sibis, Aryana y Chace. En el otro Cane, Ámber y Abril. Ésta última venciendo su temor. El plan era simple, los dejarían lo más cerca del portal mientras Sibis servía de distracción permitiéndoles cruzar. Sin embargo, los dragones aterrizan sin pasar desapercibidos, apenas pueden bajar. Aparecieron alrededor de cinco dragones negros con sus jinetes y de inmediato atacan a Cora y Ácnú. Un grupo de orgas custodiaban la puerta pero no había señales de Meliakán.

Los dragones negros se precipitan en contra de los blancos y a lo lejos se ven venir más.

-No tienen oportunidad. -Manifiesta Abril angustiada.

-No somos de mucha ayuda ahora. -Contesta Chace cabizbajo.

-Hay que seguir movilizándonos, que su sacrificio no sea en vano. _Añade Ámber mientras sigue su camino hacia la puerta.

Ya estaban cerca, en el cielo se libraba una batalla. Los dragones blancos lanzaban hielo congelando a sus adversarios. Cora se aleja y ataca a los orgas cubriéndolos con una gruesa capa de hielo pero no se da cuenta del dragón que tiene atrás y es embestida cayendo los dos en picada. Pronto recupera el vuelo pero otro dragón aparece de la nada y escupe sobre ella ácido causándole graves heridas. La dragona emite un gemido de dolor. El mismo dragón la muerde en el cuello intentando soltarse sin suerte. Los orgas que quedaban en la puerta se alejan para tener mejor vista del enfrentamiento, los chicos aprovechan esto y corren hacia la entrada.

Sibis se da cuenta que Cora está en apuros pero tres dragones le cierran el paso, Ácnú congela a dos y clava sus garras sobre el tercero arrancándole la cabeza. El dragón blanco vuela en dirección hacia Cora pero es tarde, la dragona se precipita a toda velocidad hacia el suelo. Ácnú enfrenta al dragón negro que hirió a la dragona, lo golpea con su cola y luego lo congela al instante.

Chace y compañía miran el panorama, Abril intenta correr donde Cora cayó, pero Chace la sujeta del brazo.

-Abril no, debemos irnos.

-Está herida no lo ves. -La pelirroja con las mejillas húmedas por las lágrimas, lo mira con dolor.

-De todas formas van a morir. _Pronuncia Ámber con tono frío.

Abril la fulmina con la mirada, pero sabe que la rubia tiene razón. La puerta que parecía estar formada de fuego se estaba cerrando.

-Abril, el portal se cierra. -Le grita Chace al momento en que Ámber y Canne cruzan con Aryana atrás.

-Abril -Chace extiende la mano hacia ella.

Los orgas se dan cuenta de su presencia y se dirigen hacia ellos.

-Abril -Repite Chace. -No me iré sin ti.

Lo último que la pelirroja ve es a Ácnú postrarse junto al cuerpo sin vida de la dragona. Toma la mano de Chace y antes que el portal se cierre logran pasar.

LOS ELEGIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora