LOS ELEGIDOS

CAPITULO 17

-¿Cómo pudiste permitir que se fuera con él Abril?

Chace lucía muy molesto y casi le gritaba a la chica.

-No le hables así. -La defiende Ámber. -Nadie obligó a tu noviecita a irse con él.

-Lo hizo para ayudarnos. _Murmuró Abril mientras que las lágrimas lastimaban sus pupilas.

-Esto es una locura, debemos ir por ella.

-No piensas con claridad Chace. -La voz de Jeremain sonaba calmada. _No pueden actuar de esa forma, es lo que él espera. Además es imposible ir a Letvian sin el fruto del árbol, sin el Óvalo, lo olvidas.

-Abril puede abrir portales, iremos a través de uno.

-Ella no ha alcanzado la suficiente madurez, no posee aún tanto poder para llevar a cabo tal hazaña.

-¿Y qué propones? Que nos quedemos sin hacer nada. _Chase apretaba los dientes, se sentía culpable, la envió a las fauces de la bestia.

-Exactamente, pensar con la cabeza y no con el corazón.

-Jeremain tiene razón. -Canne coloca su mano sobre el hombro de su amigo. -A todos nos ha afectado lo de Aryana, pero es imprudente que actuemos guiados por impulsos. Además la ciudad ha quedado devastada, hay muchos heridos y sin Aryana que los sane.... lo que trato de decir, es que nos necesitan aquí.

Chace baja la mirada pero no agrega nada más, sabe que tienen razón, pero eso no impedía que se sintiera tan impotente.

-Vayan a la ciudad, hay mucho trabajo por hacer. -Les ordena Jeremain.

Los jóvenes se miran mutuamente y obedecen la instrucción dada por su superior.

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-Esto es preocupante. -Comenta Fallon.

Los doce miembros del Concilio estaban reunidos, Jenna, Berckey, y Jeremain se encontraban con ellos.

-Cómo se cumplirá la profecía si uno de los cinco ha sido secuestrada. -Espeta Zamir uno de los doce.

-Eso es todo lo que les importa. _Contesta Jenna molesta. -Ellos no son simples marionetas, son buenos chicos que han demostrado valor y coraje en combate y que les salvaron el pellejo. No los vi en el campo de batalla señores.

-¡No te atrevas a dirigirte de esa forma tan irrespetuosa al Concilio! No olvides cuál es tu lugar. _Masculla Fallon con advertencia.

-No lo olvido mi Señor, pero siento que menosprecian a estos muchachos. Fueron grandes guerreros en el pasado y lo son ahora a pesar de ser tan jóvenes.

-¿Dices que ella lo conocía? -Vuelve a hablar Zamir dirigiéndose a Jeremain.

-Abril nos contó que Aryana lo reconoció al verlo.

-¿Cómo es eso posible?

-Quizás lo vio en alguna visión. _Añade Jeremain justificándola.

-Debió comentarlo con nosotros, esto es inaudito y el hecho que él dijera que tenían una historia juntos. ¿Qué significa eso?

Un gran silencio inunda la estancia, nadie tiene respuesta a esa interrogante.

-Esperemos que el árbol de fruto pronto, no estamos a salvo, ya somos testigos del poder de Meliakán.

Tanto el Concilio como los demás presentes reflejan su consternación ante el panorama que se desarrolla ante sus ojos.

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-¿Dónde estamos? -Consulta Aryana desorientada.

-En Letvian querida, tu tierra natal.

-¿Letvian? Pero ¿Cómo es eso posible? Los letvianos atravesaron un portal y han pasado mil años en Siris.

Meliakán ríe sin ganas, y mueve la cabeza a los lados, parecía divertido.

-Mi querida Aryana, vengo de la Dimensión Prohibida, poseo un gran poder que me da el Cristal Oscuro, puedo cruzar cuántas puertas dimensionales quiera sin que afecte el tiempo o el espacio.

-Quieres decir que en Siris sólo han pasado unas cuantas horas desde mi desaparición.

-Así es, ahora te gustaría hacer un recorrido por los alrededores.

Aryana lo mira extrañada, no entiende su comportamiento.

-¿Qué? -Interroga él con tono aburrido.

-No esperaba que fueras tan cordial, es decir, ¿Por qué me tratas de esta forma? ¿Cómo nos conocimos? ¿Qué relación tengo contigo?

-Oh mi querida reina, eso pronto lo sabrás.