LOS ELEGIDOS

CAPITULO 33

El inmenso portal se abre de par en par y numerosas personas cruzan. Multitudes con rostros entre asombro y felicidad. Un aroma dulce a flores los recibe y el polen se esparce con el viento dando la impresión de una llovizna de oro. Los ciudadanos de Letvian, aquellos que habían sido regresados a la vida, los recibían alegres, ellos eran su familia y ahora regresaban a casa.

Duró alrededor de una hora, ya que algunas personas traían consigo sus pertenencias, llamó la atención de los elegidos que el Concilio ni Jeremain cruzaron.

-Lidia. -La llama Aryana, la mujer de cabellos plateados se dirigió a su encuentro.

-Oh Aryana. La abraza. _Has visto que hermoso es.

-Sí, bienvenida. _La joven le sonríe. -¿Dónde está el Concilio? ¿Y Jenna, Jeremain y Berckey?

-Se han quedado. Hay muchas cosas que resolver en Siris. Algunos se rehusaron a regresar, Siris es su hogar ahora. Además está el asunto del Árbol de la Sabiduría, hay que cuidarlo y protegerlo.

-Aquí también hay uno, renació cuando el Óvalo hizo la regeneración de la ciudad.

-El Concilio quiere que regresen, hay temas que discutir.

Aryana suspira, ahora ¿Qué asunto querrá el Concilio con ellos? ¿No les bastó que cumplieran con la profecía? Se acerca a los cuatro y les transmite el mensaje, se vuelven a ver pero nadie comenta nada.

Una vez que la última persona cruzó, la puerta se cierra y dejan que la Piedra Sagrada restaure su poder, tal y como Sibis lo recomendó. En cuanto estuviera nuevamente al máximo, abrirían otro portal y regresarían a Siris.

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Abril estaba sentada junto a la fuente, era de noche y el cielo vestía hermosos tonalidades, no podía apartar su vista del firmamento, le parecía mágico aquella tierra, se sentía bien regresar a casa, pero por alguna razón, al mismo tiempo, había un vacío en su corazón.

-Hola. -Una voz la sacó de sus pensamientos.

-Hola. -Contestó ella poniéndose de pie y encontrándose con un muchacho de ojos verdes y cabello negro que la miraba con adoración. Era mucho mayor que ella, quizás unos veinticinco años, su rostro lo conocía, todo en él le resultaba familiar.

-¿Erian? ¿Eres tú? -Consulta el joven con la voz quebrantada.

-¿Erian? O no, ése era mi nombre cuando.... Tú sabes, ahora soy Abril.

-Oh, comprendo. -Murmuró con decepción.

-¿Te conozco? Porque de verdad siento que sí.

-En tu vida pasada nosotros.... Nos conocimos. -Se limitó a decir.

Abril sentía como su corazón le latía a gran velocidad, tenía sentimientos hacia ese joven, pero ¿Por qué?

-¿Eres de los que regresaron de la muerte? -La pelirroja no le quita la mirada de encima.

-Sí, pero ahora todo es diferente.

-¿Por qué? -Ella arquea una ceja sin entender.

-Yo amé a alguien en mi otra vida, pero ella ya no está, creí encontrarla pero.... -Guardó silencio.

Abril abrió su boca con asombro al comprender, entonces él y Erian tuvieron una relación, ¿Era eso?

-Acaso tú y yo.... Fuimos.... algo más que amigos.

Él le sonríe con amargura y contesta: _Erian y yo nos íbamos a casar.

Abril quedó sin habla, ¿Ese atractivo hombre que tenía al frente fue su prometido cuando ella era Erian? La situación se ponía un poco incómoda pero a la vez por alguna razón, estaba feliz.

-¿Aún la amas? -Inquirió con tímidez.

-Sí, para ti han pasado mil años, pero para mí ha sido lo contrario.

-¿Crees poder amar a una niña como yo?

Él no respondió se acercó y tocó con cuidado su rojo cabello que lo traía suelto. Ella cerró los ojos como recordando algo y es cuando pronunció su nombre: _Asvan.

El joven pareció sorprendido, no le había dicho su nombre a Abril.

-¿Lo recordaste? _Sonrió a sus anchas.

-Sí. _Ella le sonríe de regreso.

-Crees que... podamos.... Tener otra oportunidad. -Pide él esperanzando.

-Bueno, quitando el hecho de que eres mayor que yo, y que aún me falta madurar, no veo porque no, si puedes esperar a que crezca un poco más y volvernos a conocer.

-¡Bromeas! -Exclama él con una amplia sonrisa. -Te esperaría una eternidad. -Y al terminar de decir esto, besa los labios de Abril con delicadeza.

La pelirroja se sonroja, tomando el color de su cabello, es su primer beso.

Ambos se toman de la mano y juntos se quedan admirando la noche.

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Transcurrieron dos días, y el poder del Óvalo estaba restaurado completamente. Los cinco atraviesan la fulminante luz y una pequeña estancia conocida para Aryana los recibe.

Jeremain los esperaba con Hannoly a su lado. El hombre les sonríe a medias y se limita a decir: _Bienvenidos Elegidos, bien hecho.

Los chicos se miran entre sí, era la primera vez que Jeremain les hablaba con un tono de voz que no fuera de reproche, su voz sonó suave y pasiva.

-Ahora el Concilio nos espera, será mejor no hacerlos esperar.

Aryana vuelve a ver los azules ojos de Hannoly y le dice: _Lamento lo de Sibis.

La mujer le sonríe de regreso y agrega: _Era su destino, al menos lograron salvar los huevos de dragón, creo que pronto nacerán, se escuchan sonidos dentro del cascarón. _Hannoly sonríe con emoción, la noticia de verdad la alegra.

Jeremain carraspea tratando de captar su atención, nuevamente se comporta como el amargado que era.

Recorren aquellos pasadizos preguntándose ¿Que querría ahora el Concilio de ellos?