CAPÍTULO 9

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Aryana despierta con una fuerte migraña, se endereza de golpe sintiendo como la cabeza le da vueltas.

-Tranquila.

Una voz le habló del otro lado de la habitación. Jenna la miraba con preocupación.

-¿Qué pasó? -Pregunta la joven volviéndose a recostar.

-No recuerdas nada.

Las imágenes de la visión vienen a su mente.

-Sí, tuve una visión, pero no es la primera vez, es la misma desde que estaba en la tierra.

-¿Qué es lo que ves?

-A nosotros peleando pero creo que es en Letvian. Muerte y destrucción y luego alguien me estrangula, no puedo respirar, yo.... me despierto siempre en este punto. Diles que no me siento bien, no quiero ver a nadie. -Agrega Aryana.

Jenna se extraña ante el comentario de la joven pero en ese momento tocan a la puerta. Se aproxima y al abrirla Canne, Abril y Chace se encuentran del otro lado. Vuelve a ver a Aryana y sonríe.

-¿Podemos verla? -Consulta Abril.

-No se siente bien. Déjenla descansar esta noche.

No muy convencidos se van, siendo el último Chace que trata de ver a través de la puerta pero Jenna se lo impide.

-¿Cómo sabías que ellos estaban ahí? _Consulta una vez solas.

-No lo sé, sólo lo percibi.

-Creo que tu don ya afloró. Me preguntó si.......

-¿Si qué? -Inquiere Aryana.

-Si también desarrollaste el poder de sanar.

-No te ofendas pero de verdad estoy cansada.

-Claro, trata de dormir.

La joven queda sola pero no puede conciliar el sueño. Tantas cosas que le estaban sucediendo. "La sangre de los Elegidos liberará al pueblo de Letvian" que cruel broma del destino, todos con los ojos puestos en ellos, pero ¿A alguien le interesaba realmente lo que les pasara? O sólo eran peones que tenían que cumplir un papel porque una estúpida profecía así lo decía. Piensa en sus padres, los extraña, pero algo en su corazón le dice que los volverá a ver.

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Aryana está lista pero nota que nadie la va a recoger como las otras veces. Sin embargo, ya conoce el camino hacia la cocina y dirige sus pasos al lugar. Al llegar todo esta desierto, no están los chicos ni Jeremain. Sale e investiga los alrededores, ¿Qué evacuaron el lugar y nadie le informó?

De repente vio una silueta doblar la esquina a toda prisa, la siguió teniendo casi que correr o de lo contrario le perdía de vista. Escuchó lo que primero fueron murmullos, hasta convertirse en gente hablando. Había una pequeña aglomeración de curiosos y pudo ver a Chace y compañía.

-¿Qué sucede? _Se acercó a él que la miró un poco exaltado.

-Anoche notamos actividad sospechosa por las montañas, los del Concilio enviaron a un grupo de exploradores y sólo ha regresado uno de los cuatro.

-¿Qué ha ocurrido? ¿Dónde están los otros?

-Fueron emboscados, criaturas de Melilakán patrullaban la zona, no han logrado sobrevivir.

-¿Qué lugar es este?

-La enfermería, el que logró escapar está mal herido. Creen que no sobreviva.

Aryana mira a una mujer con un niño en brazos que lloraba y a Jenna consolándola.

-¿Quién es esa mujer? -Le vuelve a preguntar a Chace.

-Es la esposa del explorador.

Una gran pena la invadió, de repente no fue muy consciente de sus actos, se alejó del grupo con dirección a la puerta de la enfermería.

-Ary ¿Qué haces? _Le pregunta Chace siguiéndola.

Ella hace caso omiso al joven que la llama y abriéndose paso cruza hasta lograr entrar al sitio.

-¿Qué quieres? -Le replica Jeremain.

-Puedo ayudarlo, por favor déjame verlo.

El hombre dubitativo permite que se acerque a la camilla. El panorama no es agradable, el explorador estaba bañado en sangre, con varias heridas distribuidas en todo su cuerpo y un profundo corte en la frente al lado derecho.

Aryana pierde el aliento, ¿Esos seres eran capaces de hacer tal atrocidad? El hombre apenas respiraba, los doctores trataban de estabilizarlo sin avances. Jeremain los hizo moverse permitiendo que Aryana estuviera junto a la camilla. Una sensación de calor la recorrió por completo, sus manos comenzaron a temblar, las colocó sobre el pecho del herido y una luz tenue fue cubriendo todo el cuerpo hasta su totalidad.

Aryana sintió un mareo y se tambaleó pero Jeremain la sostuvo. Los ahí presentes quedaron anonadados cuando el explorador lentamente se enderezó hasta quedar sentado sobre la cama. La sangre aun lo cubría pero estaba sano. La esposa se acercó abrazándolo sin importarle ensuciar sus ropas, Jenna sostenía al bebé entre sus brazos.

-Gracias. -Le agradece la mujer a Aryana, que se queda perpleja aún sin comprender muy bien lo que había hecho.

-"La Sanadora" -Empezaron a decir todos al unísono, "La Sanadora" repetían y la fueron rodeando.

Se sintió bien curar a ese hombre, pero lo que más la logro llenar de satisfacción fue el hecho de que al fin podía hacer uso de sus poderes, ya no era tan frágil, les demostraría lo que era capaz de lograr.

LOS ELEGIDOSWhere stories live. Discover now