CAPITULO 31

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Aryana devuelve los poderes a sus amigos.

-¿Qué se supone que hagamos ahora? -Canne, intercambia miradas entre ellos.

-Hacer el ritual, debemos nutrir al Óvalo con nuestra sangre, tal como indicó Sibis.

Chace forma una navaja, está a punto de pinchar su dedo, cuando Aryana vuelve a ver al lugar donde estaba el cuerpo de Meliakán. No había nadie ahí.

¿Qué ocurre? -Consulta él mirándola.

-Nada bueno.

Todos observan donde la joven sostenía la mirada. El Cristal Oscuro se regeneraba y se incrustaba en el cuerpo sin vida de Meliakán, abriendo los ojos al instante. Pero sus ojos parecían dos profundos hoyos negros, ninguna emoción se reflejaba en su rostro.

-Elegidos. -Habló aquel ser. Su voz ya no era suave ni aterciopelada sino ronca y áspera. -Gracias por traerme la Piedra Sagrada, cuando me fusione con ella, absorveré este planeta hasta sus cimientos y luego seguiré son Siris y todos los demás mundos.

-¿Qué te hace pensar que te lo permitiremos? -Chace lo encara.

-No son rivales para mí. Perecerán y nada podrá evitarlo.

-Debemos llevar a cabo el ritual, es la única manera. -Sugiere Aryana.

-Oh mi reina. -Aquellas palabras hicieron que Aryana sintiera un escalofrío ya que fueron dichas con frialdad.

-Abril te necesitamos.

La pelirroja se para al frente del Óvalo y forma una pared invisible.

-De nada les vale sus torpes esfuerzos, espetó Meliakán. Y abriendo sus manos se formó una poderosa energía que dejó ir directo al campo de fuerza de Abril. La joven retrocedió unos pasos al recibir el impacto pero se mantiene.

-Dense prisa. -Les recomienda. -No sé cuanto podré detenerlo.

Los jóvenes hacen un corte en su dedo y dejan caer una gota de su sangre sobre la Piedra Sagrada. Recitan al mismo tiempo: "Los Elegidos nacimos bajo la luz de la luna nueva en el año bisiesto. Nuestra sangre liberará a Letvian de la esclavitud y restaurará el orden. Cinco son nuestras almas, como cinco son las puntas de la estrella, nos enfrentaremos al poder de Meliakán"

En ese instante los tatuajes que tenían en el brazo comienzan a brillar.

-Abril tu turno. -Le indica Chace.

-No puedo, en el momento en que suelte el campo seremos vulnerables.

-Yo me haré cargo. -Añade Chace formando una pared de cristal que a diferencia de las otras, la energía salía pura de sus manos para contrarrestrar el ataque de Meliakán.

Abril recitó el ritual y pinchó su dedo.

-No. -Espetó aquel ser incrementado su poder y tumbando a Chace que es empujado a unos metros de ahí.

La pelirroja se apresura a verter su sangre y es cuando su tatuaje brilla igual que los demás. Sin ser dueños de sus acciones los cinco rodean el Óvalo. Meliakán intenta acercarse pero una poderosa fuerza se lo impide, la Piedra Sagrada desprende una energía, como una onda que pronto se dispersa a su alrededor deshaciendo a Meliakán en el proceso, se convierte en polvo al igual que los Nátúvs, los orgas, y los dragones negros. De la misma forma, tal como lo predijo Sibis la luz atraviesa el portal que lleva a la Dimención Prohibida destruyendo todo a su paso.

La ciudad completa se restauró como si nunca fuera testigo de guerra alguna. Los cadáveres que fueron convertidos en orgas volvieron a ser personas normales y empezaron a despertar como si sólo estuvieran dormidos.

Los Elegidos se miraron entre sí. Abril fue la primera que sonrió a sus anchas y abrazó a Aryana con fuerza.

-Lo hicimos, de verdad lo hicimos.

Repetía la pelirroja llena de júbilo y dándo pequeños saltitos. Aryana reía con ella, al final todos compartieron un abrazo grupal, mientras que lágrimas de alegría surcaban sus mejillas.

Un niño, el mismo que dirigiera a Aryana en su visión a la fosa de cadáveres, llegó acompañado del resto quiénes regresaron a la vida. Cientos de letvianos los rodearon mientras vitoreaban a los jóvenes.

-"Elegidos" "Elegidos" -Es un momento de gozo, su momento de victoria.

LOS ELEGIDOSWhere stories live. Discover now