CAPITULO 27

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Los cinco llegan nuevamente a aquella cueva. Todos están conmocionados con lo sucedido. Abril abrazaba el huevo que llevaba junto a su pecho, Canne traía el otro con él. Se toparon con la pared de cristal que Chace colocara para cerrarles el paso a aquellas bestias que Sibis llamara Nátúv. El muchacho toca la pared y ésta desaparece, sus poderes han regresado.

Para su sorpresa la cueva estaba vacía, ni señas de los Nátúv o alguna otra criatura.

-Esto no puede ser bueno. -Expresa el moreno con tono de interrogación.

-Creo que la fiesta nos espera en palacio. -Ámber sonríe para sus adentros.

Los chicos siguen su camino hasta salir. Todo parece despejado lo cual llama su atención.

-Definitivamente no me gusta. _Pronuncia Chace con el ceño fruncido. -Siento que somos observados, nuestra huída de la Dimensión Prohibida ha sido muy fácil.

-!Fácil¡ -Exclama Abril molesta.
-Murió Cora, y Sibis y Ácnú están condenados a correr la misma suerte..... -Su voz se quebranta.

-Pues démosle a Meliakán lo que quiere, no lo hagamos esperar. _-Espeta Ámber adelantándose.

-En eso concuerdo con ella. -Canne la apoya.

-Bueno, acabemos con esto de una vez, pero primero debemos poner los huevos a salvo y....... -Chace no termina sus palabras. El cuerpo de Aryana se suspende unos centímetros del suelo y sus ojos se tornan blancos, una voz que no es la suya habla: "Vengan Elegidos, estoy en el Palacio de Cristal, entréguenme el Óvalo y los dejaré regresar a Siris a salvo".

Aryana abre los ojos y los brazos de Chace la reciben.

-Es una trampa, nos está esperando con todo un ejército. Su plan es adueñarse de la Piedra Sagrada y fusionarla con el Cristal Oscuro. No puedo creer que me usara como canal para enviar el mensaje.

-¿Qué pasó con tus reflejos? _Interroga Abril mirándola fijo, determinándola.

-Él me los quitó, no le gustaban.

-Es cierto, no lo había notado antes. -Chace toca su cabello.

-Podemos dejar de hablar de sus estúpidos reflejos, hay cosas más importantes de las cuáles preocuparnos.

-!Vaya Ámber¡ -Exclama Abril. _Que temperamental eres.

-Abril, Cane, lleven los huevos a un lugar seguro. Nosotros iremos a buscar el Óvalo. Nos veremos en la entrada de la ciudad. No sé cómo, pero debemos llevarlo al Observatorio.

Los chicos se separan, Ámber se acerca a Camne colocando un pequeño beso en plena boca. Aryana sonríe, es un poco extraño ver muestras de afecto entre ellos.

-Del odio al amor hay solo un paso. -Murmura para sí misma.

-¿Dijiste algo? -Consulta Chace.

-No, nada.

Se toman de la mano e inician su camino.

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-No vayas tan aprisa Canne. -Le reclama Abril.

-Vamos pelirroja, debemos apresurarnos.

-Vamos pelirroja, debemos apresurarnos. _Repite Abril imitando el tono de voz de Cane.

Éste la vuelve a ver divertido pero ella no lo determina. Pronto llegaron a la parte más frondosa del bosque y examinan el área.

-Aquí parece ser un buen sitio para esconder los huevos. ¿Qué opinas Abril?

-Estoy de acuerdo. ¿Qúe tal por allá?

Señala un árbol cuyo tronco está hueco, cubierto con maleza, e invadido por musgo.

Investigan y ambos asienten, colocando los huevos en su interior, marcando el árbol. Se alejan unos pasos cuando un sonido proveniente de los arbustos los alertan. Se detienen y miran a sus espaldas pero todo parece en calma, demasiada calma, el bosque está en silencio.

-Canne. _Lo nombra Abril.

-Lo sé. -Respondió él tomándola de la mano.

La pelirroja se sonroja al contacto.

-A mi señal corremos. No puedo usar mis habilidades aquí, iniciaría un incendio.

Se escucha algo grande acercándose, los árboles a su paso cayeron como si una fuerza invisible los arrancara de raíz.

-Ahora. -Indica el moreno, y ambos corren tomados de la mano.

Lo que fuera que los perseguía hace estremecer el suelo, tanto, que hace que los jóvenes pierdan el equilibrio.

Pronto son alcanzados por lo que parece ser un Orga de mayor tamaño, éste era diferente. Sostenía una clase de mazo con picos y se abalanzó sobre ellos deteniendo el inminente golpe el campo de fuerza de Abril.

-¡Vaya, entre más grandes más feos! -Exclama la pelirroja sosteniendo el domo que los protegía ya que la gigantesca criatura no paraba de arremeter contra ellos.

-¿Cómo nos vamos a deshacer del grandulón? _Abril se esforzaba por mantener el campo de energía.

- Tengo una idea, recuerdas lo que hicimos en la aldea.

La muchacha sonríe con un brillo en sus azules ojos.

-A la cuenta de 1, 2,...... 3, -Repiten los dos al mismo tiempo. Canne cubre con fuego al gigante y Abril lo tapa con un domo. El orga intenta desesperado salir mientras que las llamas lo envuelven por completo. Luego de unos momentos deja de luchar y su cuerpo calcinado cae sin vida estremeciendo el suelo con el impacto. Canne apaga el fuego que quedaba.

-Somos un buen equipo. \Manifiesta él abrazándola.

Ella siente como sus mejillas se encienden.

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Chace se agacha y saca el Óvalo de la piedra misma. La habían ocultado dentro de una roca con un hechizo.

-Me dijiste que se encontraba en el hoyo de un árbol hueco. -Le reclama Aryana.

-Estabas bajo la influencia de Meliakán, ¿De verdad pensaste que te diría la ubicación real?

-No, creo que no. Es extraño que no recuerde lo demás pero sí eso.

-Tiene lógica, Meliakán quería la Piedra Sagrada. No le convenía que lo olvidaras.

-Podemos irnos ya y dejarse de tanto parloteo. -Murmura Ámber molesta.

Aryana sonríe, por lo visto la ironía y el sarcasmo eran parte de la personalidad de la rubia.

Alguien viene. -Señala Aryana.

Chace y Ámber miran a su alrededor y al darse cuenta están rodeados de al menos treinta orgas y diez Nátúv.

Chace las protegió bajo una cúpula de cristal entregándole el Óvalo a Aryana.

-¿Qué se supone que haces?

La rubia lo miraba con incredulidad.

-Aryana, cuida de la Piedra Sagrada. Los detendremos, en cuanto quite la cúpula, corre. Nos veremos en el punto de encuentro.

-¡Ése es tu gran plan! -Explota Ámber con indignación. -Mejor dámelo a mí, al menos podré protegerlo mejor que ella.

Una llovizna de polvo de cristal cae sobre ellos. Aryana parece estar repitiendo aquella escena que siempre la atormentaba.

-Ámber tiene razón, no puedes confiar en mí, no después.....

Chace la besa sorprendiénla. Sus labios la besaban con urgencia y necesidad.

-Confío en ti. _Acuna su rostro entre sus manos.

Al decirlo retira el domo, sus miradas se encuentran y Aryana comprende que debe obedecer, él es su rey, y sin pensarlo se aleja del lugar.

LOS ELEGIDOSWhere stories live. Discover now