CAPITULO 32

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Aryana se despertó de golpe, sintió que alguien la observaba. Chace estaba sentado en una silla cerca de ella y no le quitaba la vista de encima.

-¿Qué pasó? -Pregunta la joven restregándose los ojos quitando los últimos residuos de sueño.

-Te desmayaste después de la purificación.

-¿Purificación?

-Sí, cuando el Óvalo regeneró Letvian y eliminó.......

-Ah... -Se limita a responder.

-¿Cuánto tiempo he dormido?

-Dos días, estaba empezando a preocuparme.

-¡Dos días! y a ustedes les ocurrió lo mismo.

-No, sólo a tí.

Aryana miró a su alrededor y reconoció la habitación, era la recamara de Aldrish y Alain.

-¿Te sientes bien? -Consulta Chace con un tono frío de voz.

-Lo estoy, ¿ Y tú?

-Sí, comunicaré a los demás que ya despertaste.

-Chace. _Lo llama.

-Sí. -La vuelve a ver,  abriendo la puerta.

-¿Estamos bien?

La mirada del chico se pierde en la puerta, indeciso si salir o quedarse. Al final decide la segunda opción. Se acerca a Aryana y toma asiento junto a ella en la cama.

-Vi como te afectó la muerte de Meliakán, sé que me amas, pero no puedo evitar sentirme celoso y molesto. Ya se me pasará, no me hagas caso.

-Lo lamento. -Contesta ella comprendiendo los sentimientos de él. -Alain lo quiso a su manera, no yo, lo que sentía era suyo, no mío, apenas y lo conocía.

-Quizás lo que crees sentir por mí no es real. _Añade el joven con dolor.

-Entonces lo mismo podría decir yo de tí.

-No, yo te amo. -Sostiene.

-Y yo a tí, por favor no cuestiones mi amor, incluso Alain amó a Aldrish de una manera intensa. No lo puedes comprender pero yo lo sé, lo he visto.

Chace mira fijamente la pared del frente con los dedos entrelazados.

-Chace _ Aryana se siente contrariada notando que la mirada del chico no se suaviza. -No sé que más decirte para que me creas.

El muchacho dirigió su mirada hacia ella, unos ojos grises la observaron con detenimiento, como si la estudiara, analizando quizás lo escuchado recientemente. Aryana suspiró aliviada cuando le sonrió y su rostro se veía relajado como liberando presión.

-¿Estamos bien? -Repite la joven la pregunta.

Él no responde se aproxima a ella y con cuidado la besa en la comisura de los labios para luego atrapar sus labios entre los suyos. La besó despacio, sin prisa, ella respondió cruzando sus brazos alrededor de la nuca de Chac

_Estamos bien. _Contesto él, apenas separando sus labios para articular las palabras.

_Gracias. _El corazón normalizó su palpitar, con Meliakan fuera de sus vidas, nada les impedía ser felices y compartir su amor a plenitud.

********************************

Abril, Cane y Ámber estaban reunidos en la Sala de Juntas, conversaban con Valmir uno de los comandantes que lideró la batalla contra Meliakán y cuya vida le fue otorgada.

Chace y Aryana llegan tomados de la mano y sonrientes, se les veía de muy buen humor.

-¿Y a ustedes tortolitos, qué les pasa? -Cuestionó Canne.

Ámber los determina, ella era más sensitiva que los demás y sin preguntar lo supo, habían limando asperezas y se alegró por ambos.

-Su majestad.  -Se dirigió Valmir haciendo una reverecia.

-No me llames así, ya no soy su rey.

-Se ha ganado ese derecho mi Señor. El Concilio ha liderado por mucho tiempo, por lo visto es hora que usted reclame el trono como reencarnación de nuestro amado rey Aldrish.

-No creo que el Concilio lo apruebe.  -Responde Chace dudoso.

-Ellos deberan aceptarlo, el pueblo quiere de regreso a su lider y a su reina. -Vuelve a ver a Aryana quien no puede evitar sonrojarse.

-Que así sea.  -Secunda el moreno con una amplia sonrisa.

-Te apoyamos. -Agrega Ámber, mientras que Abril también asiente con la cabeza.

-Bueno ya tendremos tiempo de pensar en eso, por ahora debemos planear el regreso de los letvianos que están en Siris.

-¡Mil años! -Exclama Valmir. -Todos los que amamos ya no existen.

-Lo siento.  -Lo consuela Chace. _Pero ustedes tendrán que ayudarnos en este proceso de adaptación. Ellos nunca han visto Letvian, necesitamos de su sabiduría y conocimiento.

-Y la tendrán.  -Le afirma Valmir estrechando la mano de Chace.

-Bien.  -Expresa el joven. -A planear el regreso de nuestra gente.

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