CAPITULO 19

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El árbol era resguardado las 24 horas del día, siempre había uno de la Unión en cada turno. La tensión seguía latente después del ataque y se respiraba una atmósfera de desconfianza.

Canne se dirigía a sustituir a Ámber, era cerca de media noche, un grupo de hombres lo acompañaban, al llegar, la escolta que se encontraba se retiró y la nueva guardia tomo sus lugares.

-¿Puedo hablar contigo un momento? -Le solicita la rubia al moreno.

-Claro. -Respondió él, la verdad después de lo sucedido en el ataque no habían podido conversar en privado ya que el tema siempre era Aryana y su desaparición.

Se alejaron bajo la curiosa mirada de los presentes y se ocultaron en uno de los corredores, al doblar la esquina.

Los pasillos estaban iluminados con una luz muy tenue y el silencio prevalecía.

-¿De qué quieres hablar? _Canne sospechaba el tema, pero prefirió que ella lo confirmara.

Ámber lo miró nerviosa mordiéndose el labio inferior, era la primera vez que la veía vulnerable y no con aquella altanería que la caracterizaba.

Canne esperó una respuesta que no llegó, la situación era un poco incómoda pero para su sorpresa la rubia se acercó a él, pillándolo desprevenido, lo volvió a besar. Está vez colocando sus brazos alrededor de su cuello.

Él no supo cómo reaccionar al principio, pero se vio correspondiendo a su beso. Los labios de Ámber se acomodaban perfectamente entre los suyos, la rodeó por la cintura y ambos se dejaron llevar. Cuando se separaron él la miró anonadado y ella le sonrío.

-¿Y eso a qué se debe? ¿Creí que me odiabas?

-No te odio tonto, me gustas, pero eres demasiado ingenuo para notarlo.

-Esto es una declaración, ¿Te me estás declarando?

-Shhhh baja la voz, y sí algo así. _Contesta ella casi en un susurro.

-Perdona pero no te comprendo.

-Creo que no entiendes las señales de las chicas, los hombres son tan.... Vaya, no sé ni cómo describirlo.

-¿Y por qué ahora? ¿Pensábas decírmelo alguna vez?

-No.... no lo sé, en realidad fue todo esto del ataque a Siris y que Aryana se fuera con Meliakán, no quería que.... Tu sabes, pronto nos embarcaremos en una misión de la cual quizás no haya retorno y yo sólo quería que supieras lo que siento por ti.

Canne se limitó a mirarla, esto no podía estar pasando, era algo insólito, que Ámber sintiera algo por él era difícil de asimilar.

-¿Y bien? Acabo de declararme y no tienes nada que decirme.

-Wow, esto me toma por sorpresa.

-¿Eso qué significa? -Le reprocha la rubia molesta.

-Que me ha gustado que me besaras, ambas veces y creo que siento lo mismo, ya que lo mencionas. Aunque siempre fui del pensamiento que te sentías atraída por Chace.

-Sólo lo utilice, te estaba dando celos y tú ni lo notaste.

-Perdona mi inexperiencia en tema de mujeres.

-No importa, ya te lo dije, está hecho.

Esta vez es él quién toma Ámber con la retaguardia baja, besándola, se encontraban así cuando un guardia se asomó y carraspeó: -Lamento interrumpir, sólo vine a avisar que algo ocurre con el árbol.

-¿A qué te refieres? -Canne frunce el ceño.

-Véanlo ustedes mismos.

Las hojas del árbol resplandecían como si fueran láminas de oro luminosas mientras que en el centro se formaba una esfera de energía.

Ámber y Cane se toman de la mano observando aquel suceso tan esperado, al fin el Árbol Sagrado daba su fruto. Sólo uno de los Elegidos podía tomarlo, el mestizo volvió a ver a la rubia indicándole que fuera ella. Ésta se acercó y elevó sus manos, el fruto se desprendió y se colocó sutilmente sobre éstas. El Óvalo era una realidad y podían ir a Letvian a cumplir con la profecía y rescatar a Aryana.

-Debemos llevarlo al Concilio. _Musita Canne que obtiene la aprobación de Ámber. -Los demás se quedarán resguardando el árbol.

-No puedo creer lo que tengo en mis manos. -Expresa Ámber maravillada. -Es como un sueño, pero a la vez un anuncio que es hora de partir.

-Lo sé, pero la profecía dice que liberaremos a Letvian.

-No omitas la parte donde mencionan que será nuestra sangre la que liberará a Letvian.

-Quizás no hemos interpretado bien esa parte.

-Eres muy optimista.

-Cambiando de tema, crees que en el pasado, ya sabes, tu y yo, estuvimos enamorados como Chace y Aryana y por eso te sientes atraída hacia mí.

-¿Es enserio Canne?

-Sí, ¿Por qué?

-Luego discutiremos eso, tenemos cosas más importantes por el momento.

-Sí, tienes razón, lo siento. -Sonríe nervioso.

Llegan al edificio del Concilio, los guardas ni siquiera preguntan, los dejan pasar y uno de ellos se adelanta.

Un adormilado Fallon y Zamir los reciben. Que no pueden evitar su asombro al ver el Óvalo.

-!Al fin! Nuestros días en el exilio están próximos a terminar. -Fallon está extasiado admirando la gema.

-No lo puedo creer. -Agrega Zamir incrédulo.

-¿Tenemos la autorización del Concilio para partir? _Consulta Cane.

-Entre más pronto mejor. -Afirma Fallon. - Pero primero deben encontrar a Aryana, sin ella....f

-Lo sabemos. - Eñ chico se adelanta a contestar.

-Busquen a los otros, debemos planear su regreso a Letvian.

LOS ELEGIDOSWhere stories live. Discover now