OO9. No es suficiente, león.

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El cielo se veía infinito y se sentía inalcanzable si lo miraba acostado desde el césped. El cielo era justo como ella.

Hipnotizado, la miraba persiguiendo las mariposas y no podía dejar de pensar en lo solo que sentiría una vez que se mudara a Georgia. No había nadie más como ojos de esmeralda y lo sabía a la perfección. Nadie era capaz de brillar tan intensamente como ella lo hacía cuando reía o sonreía.

Ojos de esmeralda era su sol personal, su alegría pura, y no quería dejarla ir por nada en el mundo.

—¡Justin! ¡Atrapé una! — El sol corrió hacia él con una mariposa negra y naranja en la mano —. Me hace cosquillas — murmuró como si el insecto los estuviera escuchando ¿Cómo era posible que hasta los insectos sintieran lo pura y llena de alegría que era ella? Toda ella irradiaba y hasta la mariposa lo sabía mientras permanecía ahí, con las alas cerradas, en la mano de ojos de esmeralda.

Se sentó en el pasto justo enfrente de él y estiró la mano con la mariposa aun reposando en su piel, como si fuera alguna clase de objeto sagrado.

—Tómala, pero no la asustes. — le susurró —. Se llama Sol. — Juntó sus manos y la mariposa caminó-voló hasta su bronceada y grande mano, tan distinta a la mano blanca y pequeña de la chica.

Todavía no encontraba una respuesta lógica — después de tantos años — de porque parecían siempre pensar lo mismo ¿Cómo lo haces ojos de esmeralda? ¿Cómo me lees sin siquiera intentarlo? Si él pensaba en el sol, ella nombraba a una mariposa así, si él pensaba en dormir, ella dormía, si él pensaba en comer, ella traía comida para los dos y así era siempre con Skylar. Nunca entendería la conexión instantánea e inconsciente de ellos dos, la forma en que miraba sus hermosos ojos verdes e inmediatamente sabía lo que maquinaba su pequeña cabeza y viceversa.

—Veto, Justin. — La castaña frunció el ceño —. No trates de leerme ahora — lo regañó.

—No estaba intentando nada. — le sonrió sabiendo que ella se lo dejaría pasar.

Habían creado la tontería de "Veto" porque él siempre trataba de adivinar lo que pensaba ojos de esmeralda cuando estaba enojada, sobre todo si él era el culpable, pero la mayor parte del tiempo Douglas era el cabrón que la hacía enojar. Entonces ella estableció el "Veto". Si ella lo decía, él debía dejar de leerla.

—Un león curioso nunca es bueno. — le respondió sin creerle.

—Juro que no intenté nada, sólo estaba pensando.

— ¿En qué? — su rostro se acercó más a él y sus ojos verdes se vieron más grandes y curiosos que nunca, involuntariamente su corazón saltó.

¿Por qué?

¿Por qué ella lo ponía tan débil y dócil?

Él no era un león curioso, era un león domado.

Y ella ni siquiera había intentado domarlo.

—Voy a extrañarte mucho cuando me vaya, ojos de esmeralda. — Sus ojos se empañaron de inmediato —. Lo siento, no llores, no debería haberlo mencionado.

—Solo nos queda una semana. — balbuceó —. No es suficiente, León.

—Lo sé, sabes que no puedo hacer nada. — La chica se limpió las lágrimas con rapidez y orgullo.

—No hablemos más de eso, no hay tiempo. — se acercó más a él y lo abrazó por el torso acomodando su pequeña cabeza en su pecho, el olor de su pelo le llegó directamente. Vainilla.

—Ojos de esmeralda. — susurró con voz estrangulada y la abrazó. ¿Era malo sentirse tan devoto a ella? ¿Era tan prohibido?

— ¿Dónde está Douglas? — Sí, era prohibido —. Mamá dijo que volviéramos temprano — se encogió de hombros.

—No lo s...

— ¡CORRAN! – La voz de Douglas se escuchó detrás de ellos asustada y agitada —. ¡CORRAN IDIOTAS, LOS PERROS DEL VIEJO JACKSON ME ESTÁN PERSIGUIENDO!

Justin reaccionó de inmediato. Su primera preocupación fue Skylar.

—Súbete a mi espalda, ¡Rápido! — La chica saltó a su espalda y se giraron para ver a Douglas con una manzana en la mano, que seguramente había robado de la casa del viejo Jackson, corriendo a toda máquina con tres perros rottweiler enormes y negros ladrando como poseídos detrás de él.

— ¡QUE CORRAN HIJOS DE P...

— ¡DOUGLAS! — Lo amenazó Justin.

— ¡NO ME VENGAS CON TU ASQUEROSA CABALLEROSIDAD CUANDO ESTAMOS A PUNTO DE MORIR!

Y cuando Douglas llegó a su lado por fin, se lanzaron a correr como desesperados.

Los tres juntos.

Como siempre debió haberse mantenido.

**

—Rom, ¿Segura que no debo comprarle un regalo? — le preguntó Skylar arrastrando su maleta por el pasillo.

—Dios, te estoy diciendo que no te preocupes, Sky. Además, Justin seguro que le dará algo bonito y costoso. Con eso Kate quedará contenta por todo un año.

Cuando llegó a la puerta número treinta y ocho, Rom tocó el timbre del departamento.

—¿Quién es Justin? — el nombre se sintió amargo en su boca, hace mucho que no lo pronunciaba.

—Es su — hizo una arcada exagerada — mejor amigo — puso los ojos en blanco —. Arrogante y altanero como es de mujeriego y caliente — la apuntó con el dedo índice—. Te lo digo enserio, es un asco de persona, pero perfecto por fuera, es mejor si no te le acercas, seguro que se fija en una cara bonita como la tuya. Siempre lleva chicas muy bonitas a las fiestas.

Skylar apretó los puños y tragó en seco ¿Era posible? Él vivía en Georgia, ¿no?

— ¿Cuál es su apellido? — su garganta se cerró, Ramona se encogió de hombros.

—Ni puta idea. — Entonces abrieron la puerta.

— ¡RAMONA! OH DIOS SANTO, ¡RAMONA! — su amiga, en vez de abrazar a su emocionada hermana, se puso roja de ira y gruñó.

— ¡YA TE DIJE QUE NO ME GUSTA QUE DIGAN MI NOMBRE EN LUGARES PÚBLICOS, IDIOTA!

Iban a ser unos largos dos meses.

MEMORIES ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora