020. Distante.

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—No puedo creer que estuvieras moviendo tus hilos con la amiga de mi hermana menor, Justin — Kate lo interceptó al momento en que Justin salió del baño —. Sé que te gustan las caras bonitas, pero la conocías hace... ¿Cinco minutos? Y ya estabas tratando de meterte dentro de sus pantalones.

—No estaba intentado nada, Kate — suspiró con cansancio y siguió de largo.

—¡Eso no es lo que me dijo Ramona cuando los encontró en la cocina! — la morena siguió recriminándolo por detrás mientras él caminaba por el pasillo.

Se desvió y caminó al balcón de la pieza de Kate, sacó un cigarrillo y lo encendió. Luego de que Ramona los encontrara a Skylar y a él, solos y agitados en la cocina, no había esperado explicaciones para increparlo de haber tratado de seducir a su mejor amiga. No es como si fuera totalmente una mentira, pero no se había podido controlar.

Ella le había dicho que él no era su león, justo como en el sueño que había tenido unos días atrás. Su pecho se había quebrado otra vez, y ese sentimiento no lo había experimentado hace mucho tiempo. No pudo controlarse y la detuvo, trató de intimidarla... y luego ella había endulzado su corazón con la capacidad que solamente ella tenía.

Ella todavía podía controlarlo. Después de tantos años Skylar seguía manejándolo a su gusto, y ella ni siquiera lo intentaba. Todo era natural, si ella se movía a la derecha él la imitaba como si fueran imanes. La había mirado directamente a esos preciosos ojos verdes, pudo sentir su aroma, la suavidad de su labio inferior y recordó la noche en la que todo se fue al carajo. Había estado a punto de besarla, bajó todas sus defensas cuando le había hablado con sus ojos y su cuerpo reaccionó automáticamente al sentir la mano de ella acariciando su pecho. Todos los viejos sentimientos reaparecieron, como si nunca se hubieran separado.

—Es ella, Kate. — dejó salir el humo por la boca y se apoyó en la barandilla.

Kate dejó de parlotear y se calló en seco.

—¿Ella? ¿De qué hablas, Justin? — La morena tocó su hombro con preocupación.

—¿Recuerdas esa vez en la Universidad cuándo estaba borracho y tuve esa llamada telefónica? — Kate jadeó y se tapó la boca.

—Oh, Justin. ¿Skylar es la chica que te rompió el corazón? — Justin sonrió con amargura.

—Más bien todo lo contrario, yo le rompí el corazón y hacerlo rompió el mío.

**

—Me decepcionas, Skylar. Te advertí de él y dejaste que te sedujera tan fácilmente — Ramona gruñó y mordió el burrito por el que había interrumpido su momento con Justin.

Skylar rodó los ojos y tomó un poco de su cerveza, la fiesta seguía como si nada, nadie había escuchado los gritos exagerados de Ramona y eso la tranquilizaba un poco. Justin se había ido de inmediato, aparentando que nada había pasado, como si no hubiera abierto sus viejas heridas. De un momento a otro había pasado del enojo a la vieja adoración que sentía por él y luego.... Ramona hizo su aparición.

—Estás dramatizando todo, Rom.

Sus ojos se fijaron en el pasillo por el que se había ido Justin, y vio también como la chica rubia que había llegado con él lo miraba también. Esa chica.... Era ella en su adolescencia.

—¿Quién es ella, Rom? — le indicó con la barbilla.

Rom tragó el pedazo de burrito que estaba masticando y se limpió la boca con una servilleta.

—¿Te refieres a Quinny? — Skylar asintió —. Es la hermana menor de Fred.

—¿Ella y Justin...?

—Eh, ¿Estás bromeando? Digo, obviamente se nota que ella esta enamoradísima de él, pero Justin nunca intentaría algo. Es un puto, pero no un traicionero.

—¿Quién es un puto? — Jared, el de ojos azules que le había coqueteado hace media hora, se sentó a su lado en el sillón pasando su brazo por encima de sus hombros.

Se removió inquieta, después de haber tenido la cercanía de Justin era como si de algún modo no pudiera soportar el toque de otra persona.

—Justin trató de seducir a Skylar — se burló Ramona.

Skylar gruñó.

—No es cierto.

Desvió sus ojos a la rubia, Quinn, que seguía mirando al pasillo. Era preciosa, como una muñequita rubia. Jared se acercó un poco más a ella y pudo oler el alcohol en su aliento, se apartó.

—Ese maldito ni siquiera me dejó intentarlo — se lamentó el pelinegro —. Siempre robándome las conquistas.

—Uhm, muy gracioso — se alejó un poco y por el rabillo del ojo observó que Quinn los miraba ¿Había escuchado la conversación? —. Repito, no fue nada.

—¿Oh? ¿Eso debería darme esperanzas?

—Qué idiota, Jared. Estás borracho, así no conquistas a nadie. — se mofó Ramona.

—¿Saben qué? Iré por aire fresco, ¿Hay algún otro balcón aquí? No quiero toparme con más borrachos.

Ramona se levantó y le indicó el pasillo por el que se había ido Justin.

—Por ahí está la habitación de Kate, ella tiene un balcón.

Skylar asintió y se fue en esa dirección.

**

—¿Para qué me llamas, Justin? — Douglas le respondió la llamada con un humor de perros.

—Skylar está aquí.

Douglas no respondió enseguida.

—Si te refieres a que está en Georgia, sí. Fue con una amiga de vacaciones.

—Sé que está en Georgia, Douglas, acabo de verla.

—¿Disculpa? — Justin se pasó las manos por el cabello.

—Su amiga es la hermana menor de Kate, imbécil. — apretó los dientes.

No estaba seguro si estaba bien decirle a Douglas que Skylar estaba aquí, pero debía advertirle que no sería su culpa si Skylar lo llamaba llorando porque otra vez le había roto el corazón.

—¿Tú Kate? ¿La que conocí en vacaciones cuando fui a verte? — la impresión en su voz lo hizo sentir satisfecho, al menos un poco.

—Sí, ¿Qué quieres que haga ahora? Obviamente me reconoció, Douglas — su amigo gruñó.

—No lo sé, Justin. Ella ya no es una niña, puede tomar sus propias decisiones.

Algo en él se expandió un poco, algo en su pecho revoloteó.

—¿A qué te refieres con eso? — sonó esperanzado.

—No me refiero a que te dejo el camino libre, hijo de puta. Me refiero a que la ignores, que tomes la distancia apropiada, ella tendrá que decidir lo que hace con eso.

—Distancia — murmuró.

La palabra le sabía a ácido.

—¿Estás tratando de decirme que después de cinco malditos años aun no puedes olvidar tu jodida obsesión por mi hermana? — se aclaró la garganta avergonzado.

—Douglas, lo único que está siendo Skylar para mí en este momento es un jodido y agobiante problema.

—Oh, es bueno saberlo.

Justin se tensó. Esa no había sido la voz de Douglas. Se giró lentamente y se encontró cara a cara con Skylar, sus ojos estaban fríos nuevamente, ya no era un verde cálido.

Era un verde... distante.  

MEMORIES ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora