Capítulo 8

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Jack Crawford... Ese nombre retumbó una y otra vez en la cabeza de Will. Esa persona era la que había visto todo ese... accidente, con Hannibal. Will sólo se había mantenido tranquilo con la idea de que nunca vería a esa persona otra vez en su vida, pues ningún lazo los unía. Pero no. Ahora tenía que convertirse en su profesor y tenía que verle la cara cada día que le tocara ese curso. ¿Acaso eso era una broma?
Jack, por otro lado, estaba convencido de que había algo entre esos jóvenes, y al dar una vista rápida a sus nuevos alumnos, notó que dos chicos, uno rubio y otro castaño, se le hacían conocidos. Intentó moverse hacia un lado para poder ver bien sus rostros y se dio cuenta de que unos de ellos era Hannibal. Y el otro era el que le acompañaba ese día. Esto se ponía interesante.
-Empezemos las clases entonces. Díganme en qué tema se han quedado- dijo con tono amable. Las clases prosiguieron tranquilas. Demasiado, para el gusto de Crawford. Después de ver la escena de ese beso, pensó que Hannibal y el otro chico eran pareja. Como no era homofóbico, le pareció que sí hacían un buen dúo. Pero no pasaba nada de nada. Creyó que si les daba un empujón...
-¿Cómo te llamas, chico?- le preguntó a Will.
-Will Graham, profesor...- no podía verle a la cara. Jack vio que no le gustaba el contacto visual.
-Bien, Graham, me gustaría que te quedes con Lecter al final de clases para que limpien el laboratorio. Por cierto Lecter, buenos días, qué casualidad, no sabía que estudiabas aquí- Ahora se quedarían en el laboratorio... solos. Bien, ahora el resto se lo dejaba a ellos mismos.
-Yo tampoco sabía que iba a trabajar aquí- Will dirigía la mirada a un lado, luego al otro, luego al otro y al otro como un juego de tenis. Se sentía excluido, como si fuera el que se infiltró a la fiesta. Pero toda su vida se había sentido así, y no le importaba. La soledad era cálida, la soledad le protegía.
Las clases de química pasaron tan lento que Will temió que al salir de allí y mirarse al espejo se haya convertido en un anciano. Cuando quiso irse, chocó con Molly y la hizo caer al piso, dejando caer con ella un instrumento de esos del laboratorio. Se sintió culpable y se disculpó inmediatamente mientras se ponía a su altura para revisar si tenía alguna herida, podía haberse cortado con el vidrio caído.
-Estoy bien Will, pero creo que me corté la mano- El castaño cogió las manos de la chica y las revisó un poco. Efectivamente, tenía un pequeño corte del que salía unas gotas de sangre.
-Lo siento tanto...- volvió a decir. En esa escena, con los dos sentados en el piso y él cogiéndole las manos, apareció Hannibal, el cual agarró a Will de la bata que aún llevaba puesta y le obligó a levantarse.
-Tenemos que limpiar, fue lo que dijo el profesor- sonó más como una orden. Parecía molesto por algo que no se podía descifrar.
-Tengo que llevar a Molly a la enfermería-
-Es sólo un pequeño corte, deja que se cure ella misma-
-¿Pero por qué estás tan molesto?-
-No lo estoy-
-¿Entonces qué te pasa?-
-Nada-
-Hannibal, llevaré a Molly a la enfermería y si quieres voy a tu casa cuando terminen las clases, eso ya no me importa- a pesar que sus palabras eran duras, una eterna inseguridad se podía percibir ligeramente.

Hannibal estaba celoso, pero ni él mismo lo sabía.
*****************
Las clases de educación física eran las peores. Obviamente y como era de esperar, a Hannibal le iba bien, pero de Will no se podía decir lo mismo. No es que fuera un debilucho, pero tampoco era exactamente el hombre de hierro. Odiaba esa clase porque le hacían hacer cosas vergonzosas y estúpidas a las cuales no les veía sentido. Además las duchas estaban fuera de servicio y ahora no quería llegar sudoroso a su casa. Si es que llegaba a ir a su casa, pues era muy probable que Hannibal se lo lleve a rastras. ¿Y en qué momento iba a bañarse?
- Graham, te toca- ordenó el profesor para que haga una secuencia de ejercicios que incluía una voltereta, una carrera con obstáculos y un encestamiento de pelota. Sonó el estúpido silbato que dejaba sordos a todos y Will logró pasar algunas cosas sin dificultad, pero no llegó a encestar la pelota.
-Bueno...- empezó el entrenador con cierto tono de desaprobación -Te toca, Lecter- cambió su tono a uno lleno de orgullo, pues sabía que este sí lo haría bien, y así fue.
El único lado bueno de las cosas fue que educación física es siempre la última clase.
**************
Ahora que Will estaba todo sudoroso se encontraba en la casa de Hannibal, otra vez. Se negó a comer. No se preocupó por sus perros pues ese día todos estaban en el veterinario y se quedarían hasta la mañana siguiente.
-Tienes que alimentarte- sugirió.
-No puedo comer si no estoy limpio. Las clases de educación física fueron muy agotadoras-
-Puedes darte una ducha si quieres-
-No te preocupes, cuando llegue a mi casa me ducharé-
-El problema es que hasta que no te duches, lo cual será hasta tarde, no comerás, y yo no voy a permitir eso-
-... Está bien, gracias.- aceptó.

Una vez que el chico se encontraba en el baño, empezó a desvestirse y con cierta inseguridad, se metió directo al chorro de agua tibia, apoyándose en la pared. El jabón estaba nuevo, y ni siquiera se habían molestado en quitarle el empaque, así que Will lo hizo y, tratando de apuntar desde la ducha hasta el cesto de basura, falló y la bolsita del jabón cayó al piso. El castaño pensó que lo recogería luego y se concentró en la tarea de aplicarse el shampoo.
*************
La ducha fue rápida pero placentera. Will salió y se dispuso a sacar una toalla, empezaba a sentir escalofríos. Dirigió su mirada al colgador y vio que no había nada. Seguramente en alguna de las cestas... Nada. Bueno, quizá en los cajones de debajo del lavabo... Nada. ¿En las repisas? ¿En la cesta de basura? ¡No había toalla! "-Tendré que salir todo mojado-" pensó. Pero otro pequeño detalle se apoderó de la situación: tampoco había llevado ropa para cambiarse. A menos que quiera ponerse la ropa sucia, tendría que pedirle a Hannibal que le preste algo. Qué vergüenza, ¿se suponía que tendría que gritar desde el baño algo como "¡Hannibal! ¡No tengo ropa! ¿Me das la tuya?". Jamás. Prefería salir desnudo. No, pensándolo bien, eso era peor. Cuando ya estaba reuniendo el valor suficiente para entonar voz, unos toques en la puerta avisaron que Hannibal estaba al otro lado
- Will, siento si te interrumpo pero no creo que tengas algo para cambiarte. Tengo algo que creo que te puede servir- Will suspiró, aliviado.
-¿Will?¿Estás ahí? Voy a entrar-
-¡No! Digo, estoy desnudo, tápate los ojos-
-Muy bien, no te preocupes, solo dejaré la ropa en la tapa del inodoro y me iré-
- Está bien, pero tápate los ojos- Hannibal pensó que esa frase en Will sonó muy tierna. Abrió la puerta a ciegas y, caminando hacia el punto de destino, su pie se topó con algo que tenía la intención de hacerle deslizarse directo hasta el piso. Hannibal fue rápido y se aferró a lo primero que sus manos encontraron. Cuando abrió los ojos para ver qué era, se dio cuenta que el culpable había sido un empaque de jabón que por alguna razón estaba en el piso. Y se dio cuenta de otra cosa: había abierto los ojos. A lo que se había sostenido para no caerse fue a Will, pero también lo había hecho caer a él y lo tumbó. Se encontraban uno abajo del otro, en la misma posición de desde hace unos días, pero con unos cuantos detalles cambiados. Hannibal vio a Will horrorizado y con la cara de todos los colores, quizá él estaba peor. Entonces Hannibal abrió la boca para hablar.
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Hola! Estoy de vuelta con un nuevo e intenso capítulo para que se mueran de los feels muahahaha. Lo sé, soy muy mala, pero como quiero ir al cielo haré que muchas cosas hermosas pasen en un futuro... No se olviden de COMENTAR para que me den señales de vida y de votar para hacer un acto de caridad y que sus corazones estén libres de pecado :)

My therapist -(Hannigram)-Where stories live. Discover now