Capitulo 13

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Todos ellos llegaron al Verdant a la vez, pero tal y como habían planeado en la guarida, irían por separado en busca de la amenaza. Todos llevaban sus intercomunicadores que les mantenía en contacto con el centro de mando, es decir con Felicity.

Oliver estaba preocupado por Thea, ella no habia vuelto a pisar el local desde que Isabel habia aparecido con una orden judicial comunicándole que en dos días debía de abandonar el Verdant. Su hermana habia realizado un estupendo trabajo gestionando el local, algo que debería haber heredado de su otro hermano, Tommy, el gran artífice de que el bar hubiera funcionado tan bien en primer lugar. Roy habia prometido permanecer a su lado.

Digg por su parte haría pareja con Laurel, Oliver temía que la conversación que habían mantenido justo antes de que saltara la alarma nublara su juicio y cometiera un error; y por primera vez en lo referente a Laurel, su amigo no protesto. Había bastado con echarle un vistazo a la abogada para saber que las sospechas de Oliver estaba bastante fundadas. Como mas tarde demostró.

Laurel estaba tan dolida por las palabras de Oliver que quería demostrarle que ella no sobraba, que la necesitaba tanto como decía que necesitaba a Felicity. Aprovecho un despiste de Diggle para separarse de el y seguir su propio rumbo, también desconecto el comunicador, no quería tener que escuchar como la reñían o le daban ordenes. Ella era una mujer fuerte e independiente, que tomaba sus propias decisiones y afrontaba las consecuencias de sus actos.

Armada con la pequeña ballesta que le habían asignado, como si eso no hubiera sido suficiente de que no la consideraban una mas después de todo Thea y Roy si tenían arcos, avanzo por los recovecos del Verdant. Todo parecía tranquilo, incluso Laurel llego a plantearse que Felicity se habia equivocado, si no hubiera sido porque ella misma habia visto el mapa que marcaba el antiguo bar de Oliver y Tommy.

La piel se le puso de gallina de repente, no habia escuchado nada, pero algo le habia puesto en alerta, levanto la ballesta tal y como Oliver le habia explicado y siguió avanzando hasta que al fin encontró al intruso, o debería de decir intrusa. Frente a ella se encontraba una mujer morena, ataviada con una chaqueta de frac, una camisa blanca, pajarita del mismo color, medias de rejilla y short negros. Unas botas y un sombrero de copa completaban el curioso atuendo de esta villana.

-¿Quien eres?- pregunto Laurel utilizando su distorsionado de voz

-Vaya no era a ti a quien esperaba- comento la mujer mientras abandonaba la silla en la que habia estaba sentada- Mi nombre es Zatanna ¿Y tu eres?-

-Eso no importa. ¿Que haces aquí y mas importante a quien esperabas?- Laurel no estaba dispuesta a dejarse engañar si quería demostrar algo

-Digamos que un amigo mio me ha encomendado una misión- respondió la mujer con tranquilidad

-¿Eres una asesina, un traficante?-

-Jajaja, ¿Vestida así?- se rió Zatanna por la pregunta- No querida soy maga- la mujer hizo un movimiento de mano e hizo aparecer una pequeña llama, que se apago tan pronto la capturo entre sus manos- Pero no hablemos de mi querida, en realidad lo importante es ¿Que haces tu aquí?-

-He venido porque habia una amenaza- confeso la abogada. No sabia porque pero no le costaba trabajo confiar en esa extraña mujer

-¿Y donde has dejado a tu compañero?- Laurel se sorprendió de que la mujer supiera que habia desobedecido las ordenes de Oliver- Voy a preguntártelo de nuevo, ¿que haces aquí?-

-Ya te lo he dicho venia a detenerte- respondió nuevamente elevando la ballesta que durante un momento habia bajado por la sorpresa.

-¿Seguro que no es para demostrarte algo a ti misma?- Zatanna se acerco a ella sin demostrar miedo- o a ese hombre del que crees estar enamorada. Dime Laurel ¿me estoy acercando?-

¿Como lo habia hecho, como habia averiguado su nombre? No podía explicárselo. De la misma impresión se le habia caído la ballesta al suelo, ademas no podía apartar la mirada de ella la tenia como hipnotizada.

-Al parecer si- una sonrisa se dibujo en el rostro de la maga, le gustaba sorprender a sus espectadores aunque en esta ocasión la mujer frente a ella no quería que la sorprendieran- Dime Laurel que dirías si te dijera que puedo hacer realidad un de tus deseos-

-Diría que no he frotado ninguna lampara- Laurel volvió a mirarla con desconfianza.

-Cierto- señalo Zatanna- pero por favor satisface mi curiosidad.¿Que te gustaría cambiar de tu vida? el divorcio de tus padres, tu novio y tu hermana naufragando en medio del océano, la muerte de Tommy....

Cuando estés listo llegaraWhere stories live. Discover now