Capitulo 31

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Un sonido impertinente y repetitivo le impedía volverse a quedar dormida tal y como ella quería. Abrió los ojos en busca del origen del infernal sonido, el cual salía del teléfono móvil que estaba sobre su mesilla de noche. Tardó unos minutos en situarse, lo último que recordaba era estar en el exterior de su dúplex con Zatanna y ahora estaba... Felicity miró todo su entorno tratando de identificar la habitación donde había estado durmiendo. No le resulto nada difícil reconocer su dormitorio con su colcha de flores y el cuadro de la preciosa puesta de sol.

Al apagar la alarma del despertador, pudo ver la fecha: estaba en el 24 de octubre del 2009; ocho años antes de su presente. Según recordaba, en esa fecha ella llevaba semanas trabajando en el departamento de IT de Queen Consolidated, dos años después del naufragio de Oliver. ¿Se habría equivocado la maga al enviarla allí?

Supuso que la alarma la habría puesto para ir a trabajar; así que se levantó y siguió la rutina que había realizado diariamente hasta que se mudó a vivir a la mansión Queen. Al abrir el armario, encontró una falda estampada de lunares que había sido su favorita hasta que se le enganchó y quedó completamente arruinada. Se vistió rápidamente conjuntando la falda con una camisa blanca y una chaqueta de punto azul porque, aunque en Starling City no llegaba a hacer un frio polar, no dejaban de estar a finales de octubre y las temperaturas estarían a la baja.

Terminó de arreglarse y desayunó antes de marcharse al trabajo, allí encontró las mismas caras que conoció cuando empezó a trabajar en QC nada más graduarse en el MIT; incluido el incompetente de su supervisor. Encontró su mesa rápidamente y recordó lo mucho que había disfrutado trabajando allí, aunque ahora, gracias al cargo que ostentaba en la empresa, podía hacer mucho más y tener acceso a cierta tecnología que desde ese humilde escritorio donde estaba sentada en ese momento no hubiera soñado jamás.

De inmediato se puso a buscar algo que hacer. Su email estaba repleto de correos de su supervisor ordenándole tareas que debía realizar para ese día. Felicity siempre había sospechado que entre esas tareas siempre incluía las suyas, pero nunca había podido demostrarlo. El hecho de que Walter hubiera recurrido a ella para investigar a su esposa decía mucho del trabajo de su superior...

Pasaron las horas sin que ella se diera cuenta, solo una llamada telefónica logró que perdiera la concentración. Al otro lado de la línea estaba la secretaria de dirección, al parecer el CEO tenía un problema con su ordenador y debía ir a arreglarlo. La mujer incluso le había dado indicaciones de cómo llegar... Claro que ella no podía saber que conocía el despacho de dirección tan bien como ella, si no más. Guardó silencio y aseguró que acudiría inmediatamente.

—Señorita Smoak, supongo —le saludó la secretearía nada más salir del ascensor.

—Esa soy yo.

—Puede entrar, el jefe necesita urgentemente que se solucione el problema —le informó la mujer que estaba sentada en la que un día fue su escritorio o, mejor dicho, sería su escritorio— Al parecer ha perdido cierta documentación importante así que, si la pudieras recuperar...

—Para eso estoy aquí —comentó Felicity tratando de tranquilizar a la mujer, la cual hablaba casi tan rápido como ella cuando estaba nerviosa...

Como ya tenía el beneplácito para entrar al despacho sin pedir permiso o llamar a la puerta, entró suponiendo que no habría nadie en el despacho. Grave error. Allí estaban dos hombres que, según la historia que ella conocía y había vivido como propia, no deberían estar allí en ese momento: uno porque había fallecido y el otro porque estaría tratando de sobrevivir en Lian Yu. Robert y Oliver Queen estaban sentados en los sillones del despacho de dirección charlando como el que no quiere la cosa.

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