Capitulo 48

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A la mañana siguiente Oliver sintió como Felicity le acariciaba contantemente el pecho, eso podía significar solo una cosa. Estaba preocupada.

—¿En qué piensas? —le preguntó sin abrir los ojos aun.

Felicity se acurrucó aun más contra su pecho algo que él recibió de buen agrado.

—¿Te importaría que hiciéramos una parada antes de ir de luna de miel?

Oliver abrió los ojos y la miró por primera vez esa mañana.

—¿Dónde quieres ir?

— X —

Convencer a Oliver no había sido tarea fácil, aun seguía siendo demasiado protector con ella, y no le había gustado su petición, pero finamente lo había conseguido y allí estaban. Detrás de la puerta estaba la persona a la que quería ver y por la que habían trastocado sus planes.

—¿Estás segura de que quiere hacer esto? —le cuestionó Oliver no quería que hiciera nada para lo que no estuviera preparada—. Aun estamos a tiempo de olvidarnos de todo.

Felicity dejó de mirar la puerta que tenía frente a ella y miró a su esposo.

—Tengo que hacerlo —aseguró ella. Éste no había sido un capricho de última hora, había sido un pensamiento que se había ido formando en ella en el transcurso del día de su boda y al que finalmente había decidido hacerle frente—. Tengo que hacerlo por mí.

Oliver aceptó su alegato con un asentimiento. Lo único que podía hacer en ese momento era estar a su lado. Tomó el pomo de la puerta.

—Cuando me digas —no terminó la frase pero ella comprendió que en cuanto estuviera lista abriría la puerta.

Respiró hondo dos veces tratando de apaciguar los latidos de su corazón que se había revolucionado por los nervios.

—Puedes abrir.

Oliver así lo hizo, permitiéndole el paso a un lugar en el que nunca espero verla. Todos los que estaban allí, lo estaban por entre los dos lo habían puesto en ese lugar. De repente todos los presentes se quedaron en silencio, mirándoles con rencor. Sin embargo ninguno de los dos hizo caso a las indeseables miradas, habían ido allí buscando a una persona en concreto. Felicity se acercó a donde el hombre estaba mientras que Oliver esperaba atento descansando sobre la puerta.

—Hola papá —saludó finalmente Felicity al hombre que tenía delante. Llamar papá al hombre que había hecho tanto daño, no solo a la ciudad y al mundo sino sobre todo a sus amigos le resultó más difícil de lo que creía.

—¿Qué haces aquí? —al igual que a Oliver, al hombre no le hacía gracia que estuviera rodeada de tantos villanos llenos de rencor— ¿por qué la has traído aquí?—le preguntó a Oliver irritado.

—Me ha traído porque yo se lo he pedido —respondió con tranquilidad—. Necesitaba decirte que durante años te odie, te odié por marcharte, por abandonarnos a mamá y a mí; por romper nuestra familia...Éramos felices y de repente, no quedó nada. ¿Y todo por qué? Por dinero, por poder... —su padre pareció ligeramente avergonzado—. Nos abandonaste para convertirte en un monstro —Felicity que había empezado discretamente con su discurso fue alzando la voz y adquiriendo seguridad en su misma—. Durante mucho tiempo te odie, pero ya no. Porque gracias al daño que nos hiciste, decidí irme de casa y acabar en Starling city. Gracias a tu marcha formo parte de algo importante.

—Trabajas para un asesino como nosotros —le increpó su padre.

—No trabajo para, trabajo con —se acercó un poco más a la celda donde estaba su progenitor bastante irritada— y no es un asesino, es un HEROE.

—Siempre te gustó el cuento de Robin Hood —recordó menospreciando el titulo con el que ella llamaba a Arrow.

—Sí, puede que de pequeña fuera algo soñadora ¿Pero sabes por qué me gustaban? porque tenían finales felices, como pensaba que mamá y tú teníais. ¿Pero sabes una cosa? Que a pesar del daño que me has hecho, finalmente tengo mi final feliz —sacó la mano donde desde el día anterior lucía una sortija y el anillo de compromiso y se la mostró a su padre—. Me he casado, he encontrado a una persona que me quiere y algún día tendremos hijos, unos niños que nunca te llamaran abuelo. Porque aunque ya no te odio, para mí nunca más serás mi padre. Porque ese es un titulo que se gana con el día a día y tú solo has demostrado que no eres nada para mí —Felicity se dio la vuelta para marcharse de allí.

Oliver se incorporó tratando de no mostrar ninguna emoción que pudiera alertar a alguno de los que estaban allí, por el momento era mejor que ninguno supiera que Felicity no solo era la compañera en su trabajo nocturno, sino que también era su compañera en su vida. No quería alimentar en demasía la sed de venganza que todos ellos tenían contra él. Aunque sí llegaran a escapar era algo que podrían averiguar perfectamente, pero estarían preparados para ese momento.

Abrió la puerta de la cárcel de máxima seguridad que Argus le había cedido para apresar a los megavillanos y salió de allí con Felicity. Curiosamente los dos iban vestidos de una forma muy similar a la primera vez que había ido allí con Slade; con vaqueros, camisetas, botas y cazadora de cuero. No hablaron de nuevo hasta que estaban en la playa.

—¿Estás bien? —le preguntó él acariciándole el rostro con ternura, aunque le seguía pareciendo una mala idea el que se hubiera presentado allí anunciándose como compañera de Arrow estaba orgulloso de como se había afrontado a sus demonios, de cómo había pasado pagina.

—De maravilla —le aseguró ella—. Deseando comenzar nuestra luna de miel —Felicity comenzó andar para dirigirse al avión que Oliver había pilotado a Lian Yu—, te recuerdo que Thea nos ha pedido que le demos un sobrino pronto —ella le guiñó un ojo, porque aunque deseaba tener un hijo con Oliver, sabía que ella aun quería esperar. Eso no quería decir que no pudieran disfrutar practicando como la noche anterior.

Oliver soltó una carcajada y la siguió. Pasara lo que pasara en el futuro, lo afrontarían JUNTOS, tal y como hacía cada noche cuando él se ponía el antifaz y la capucha y ella se sentaba tras los ordenadores.

Eran un equipo ahora y siempre.

Cuando estés listo llegaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora