Capítulo 4.

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*Narra Ro*

A: Da igual.

R: Venga, vamos, dilo y ya.

A: Déjalo, por favor, Ro...

R: ¿Estás segura?

A: Es que... No estoy preparada para decirlo todavía, de verdad que lo siento.

R: No pasa nada, pero ya sabes que voy a estar aquí para todo, y que me puedes contar lo que sea que yo voy a estar ahí contigo siempre pase lo que pase.

A: Lo sé, lo mismo digo.

Esa misma tarde, 26 de mayo, al fin pudimos hablar por teléfono. Recuerdo que era miércoles, que tenía muchas ganas de escuchar su voz; curiosidad y amor (amor en el sentido de amistad, obviamente) a partes iguales, y ¿para qué mentir? Estaba temblando de la emoción. No en el sentido literal de la palabra, pero casi, de verdad. Tenía el corazón a mil y no podía parar de sonreír, una sonrisa más que ella había causado, que la gran chica a la que conocí un día cualquiera por Wattpad iba a estar a un paso más de mí, iba a conocer su voz, no sé, me hacía muchísima ilusión.

Y los nervios... ¿Para qué hablar de ellos cuando se sabe que no podía tener más? Si me hubieran puesto una cadena de hierro atándome a la silla (no en plan 50 sombras de Gray, sino en plan psiquiátrico), la habría roto de tanto moverme.

Llegó el momento y me senté en la repisa de la ventana. Busqué nerviosa entre los contactos y pulsé sobre "mi niñaaa". Escuché el típico bip al comenzar la llamada y después escuché su voz. Desde ese momento me declaré totalmente fan de ella. Me enamoré de su voz. A ver, obviamente, no, porque ella no era mi novia... No me acuerdo de qué hablamos, ni por qué dejamos de hablar, ni siquiera de cuánto tiempo estuvimos, porque mi memoria no es infalible, pero sí recuerdo esa sensación.

Pero la tarde no podía acabar peor.

Al acabar de hablar, colgué. Estaba feliz, estaba feliz como nunca antes lo había estado, y si antes la sonrisa no desaparecía de mi cara, en ese momento menos.

Pero un desengaño para ella la hizo querer irse del mundo... ¿me entendéis? ¿Sabéis a qué me refiero? Sí, a eso, a eso me refiero.

Yo estaba en clase, tenía dos horas seguidas aquella tarde, y al salir me encontré con algo que me dejó sin palabras.

A: No las veré...

A: Enana, te amo mucho, no lo olvides, adiós...

A: Te amo...

Mis sentidos se pusieron en alerta, mi cuerpo al completo entró en tensión. Necesité más que nunca hablar con ella y saber qué estaba pasando.

R: ¡Hermanita! ¿Qué ha pasado?

R: Alba, ¿qué significa eso?

R: Alba por Dios contéstame.

R: Alba, ¿no estarás haciendo lo que creo que estás haciendo?

Y ahí dejé de mandar mensajes. O quizás seguí petándole como si no hubiese un mañana... La verdad es que no sé qué hice. Lo único que sé es que estuve cada dos minutos mirando el móvil esperando noticias suyas...

...Pero no las obtenía.

Llegó un momento en el que las lágrimas comenzaron a salir solas, y fue entonces cuando descubrí un nuevo mensaje suyo.

A: Hola...

No sé cómo siguió la conversación, pero sí recuerdo cómo yo la intentaba convencer de que no lo hiciera, y ella seguía queriendo hacerlo. Recuerdo que empecé a escribir comentarios en un millón de sitios dirigidos a ella, que me puse lo más cursi que pude para intentar que se sintiera bien... Pero no conseguí nada.

R: ¡Sai! Por favor ayúdame. Necesito que hables con Alba y la tranquilices, está pensando en hacer una cosa que no debe hacer, no sé si me entiendes pero por favor, ayúdame a tranquilizarla -Alba y ella eran amigas desde que le conté a mi hermanita que Sai era mi novia, así que pensé que ella también le podía ayudar.

R: Sai, por favor, es muy importante, de verdad, si no no te lo pediría.

S: Voy.

Y volví con mis insistentes ráfagas de mensajes, porque lo cierto es que cada segundo que pasaba imaginaba lo que podía estar haciendo y se me partía el corazón. Además, Sai me montó una historia de celos paralelos porque veía los comentarios que estaba yo poniendo en las novelas de Alba, aunque pasé de ella y le dije que no era momento.

Al fin, era muy tarde y conseguimos tranquilizarla. Bueno, Sai iba a ratos, otras veces sólo decía "perdón, se me bloqueó el móvil" y a mí me enfurecía eso, aunque no le dije nada.

Sólo había una frase que leía una y otra vez, porque los seres humanos somos masoquistas, y porque me impactó demasiado:

A: He visto las cuchillas y he estado a punto de... -y ahí sentencié a mi corazón lo que de verdad me pasaba, me gustaba Alba. No me gustaba como gusta una película, o como gusta pasar tiempo con una amiga. Me gustaba por cómo era, por cómo me trataba, por cómo me hacía sentir, por sus detalles, por sus gilipolleces, porque la amaba...

¡Ro, tienes novia!

Así que, tras esa noche, decidí olvidarla, pero sin dejar de hablarle. Me propuse olvidarme de AlbaReig, porque ella no era mi novia, porque no podía hacerle eso a Sai...

Pero desde esa noche supe que no podría hacerlo, que se había quedado grabada en mi corazón y que no saldría de él tan fácilmente.

Wattpad (Albocío)Where stories live. Discover now