Capítulo 15.

247 30 25
                                    

*Narra Ro*

Al final, después del tiempo en Huelva, acabé con mis padres en Lisboa, en Portugal, tumbada sobre la cama blanca impoluta de un hotel céntrico con el móvil entre las manos intentando escribir un puto texto que fuese adecuado para pedirle perdón a Alba por todo lo que había hecho.

«Querida Alba...» Escribí.

-No, joder. Eso es demasiado formal... -susurré frustrada. Necesitaba que fuese perfecto.

«Princesa...» Tecleé, pero lo borré al instante.

-¡No! ¡Ella ya no es tu princesa, subnormal! Nada de apelativos cariñosos -volví a decir, desesperada, seleccionando y descartando opciones casi instantáneamente.

Necesitaba un buen comienzo, algo que le mostrase que me importaba y que no volvía para hacerle daño. Y también un buen texto. Algo que dijese con sinceridad todo lo que sentía y lo que quería que supiera. Que tuviese en sus manos toda la información con objetividad y que decidiese libremente entre perdonarme o dejarme ir. En cualquier caso, yo entendería lo que eligiese; tanto si fuese beneficioso para mí como si no. Había sido una estúpida y ella había sufrido las consecuencias.

R: Bueno, Alba... Estoy en Lisboa, te mandaré esto en cuanto entre a España, pero necesitaba escribirlo ya. No sé cuánto tiempo llevo dándole vueltas a qué decirte y aún no lo he decidido, así que me limitaré a narrarte lo que pasó... -Le describí la historia con la mayor franqueza que la situación me permitía. Conté todos los detalles que le pudiesen servir, tanto si estos estaban a mi favor como si no-. Y eso es todo. No sé si podrás perdonarme y entenderé que no lo hagas. No sabes cuánto me arrepiento de todo lo que ha pasado en este tiempo. No te lo merecías. En serio, lo siento muchísimo. He sido gilipollas dejándome llevar por Sai y sé que tenía que haber confiado en ti desde el principio. Sé que no tengo derecho a decirlo después de todo lo que te he hecho, pero lo necesito... Te amo.

En mi rostro, sin mi permiso, se dibujó una sonrisa amarga al escribir aquel "te amo". Se formó un nudo en mi garganta que incluso picaba. Como era de esperar, las lágrimas no tardaron en llegar. Por más que me esforzaba en retenerlas, este tema era demasiado para mí. Dejé el móvil en algún sitio y miré hacia el techo hasta que mis padres volvieron.

-¿Qué haces despierta a estas horas, Rocío? -preguntó severo mi padre.

-Mira qué ojos de sueño -añadió mi madre con ternura, confundiendo mis lágrimas con el cansancio. Y la verdad, agradecí su error; no me sentía con fuerzas para inventarme nada-. Anda, duérmete. Buenas noches -dejó un beso en mi frente y mi padre hizo lo mismo.

Golpeé la almohada con rabia cuando mis progenitores no me veían. ¿Por qué tenía que joder siempre todo lo que me hacía feliz? Y sobretodo, ¿por qué tuve que hacerle daño? Entre esos pensamientos me quedé dormida, deseando que llegásemos a España de una vez por todas y así aclarar esta situación que me estaba volviendo completamente loca.

A la mañana siguiente no se necesitaron gritos para despertarme, ya que lo hice yo por elección propia. Me vestí en medio minuto, guardé todas las cosas en la maleta y me coloqué la puerta de la habitación dispuesta a salir.

-Vaaamos -dije cogiendo también el equipaje de mis padres y llevándolo hasta el ascensor-. Tardáis demasiado, ¿eh? -ellos me miraban confusos, puesto que la situación solía ser al contrario, pero aún así salieron y yo se lo agradecí (mentalmente).

Nuestro próximo destino era Galicia. Sabía que era un sitio precioso, pero nunca había estado. Tenía ganas de verlo, me hacía mucha ilusión, pero sobretodo tenía ganas de hablar con Alba. De saber si me perdonaría o si debería de empezar a olvidarla ya.

«Ro, si sigues pensando así te harás daño. Ella no te va a perdonar. Vale que sea la mejor persona que conoces, pero no es idiota. Le has hecho mucho daño.» Definitivamente, debía dejar de hablar conmigo misma.

Pasaron varias horas en el coche; ahora mismo no recuerdo cuántas, hasta que leí un cartel azul, grande, a la derecha en la carretera. Leí unas letras blancas que decían "España". Unos pocos metros más adelante ponía en un cartel algo así como "Bienvenido a Galicia". Sonreí con aires de victoria y ahora sí, mandé el mensaje a Alba.

¿Que cómo estaba yo? ¡Temblando, literalmente! Estábamos en pleno verano y pese al calor yo sentía frío, pero no físicamente, sino en mi interior; ese que sólo Alba podía ocupar. Sentía que sin ella no había nada más. En serio, necesitaba que ella me perdonase. Necesitaba volver a ser "su niña". Necesitaba volver a decirle que la amaba. Necesitaba despedirme de ella por las noches y saludarla por las mañanas. Necesitaba animarla cuando estaba mal. Necesitaba darle y demostrarle todo el amor que sentía por ella. Necesitaba hacerla sonreír...

...Necesitaba a Alba Reig Gilabert en todos los sentidos imaginables. Sólo eso. Y tan difícil de volver a conseguir.

***

El capítulo del reencuentro para el medio año contigo princesa, te amo con locura 16♡.

Pd: ya el domingo no subo :0

Wattpad (Albocío)Where stories live. Discover now