Capítulo 17.

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*Narra Ro*

Y la razón por la que no pude cumplir mis planes fue porque ella había pensado otra cosa. Y por mí encantada.

Esa tarde tuve un bautizo y no pude hablar con Alba. La eché de menos como pocas veces antes. Al fin podíamos amarnos sin Sai de por medio.

Llegué a mi casa a la una de la mañana apróximadamente. Corrí a hablarle.

R: Hola, mi vida.

A: Hola, princesa.

R: Ay, hoy es 16... Es mi número favorito, ojalá pase algo bueno hoy —en realidad no había nada más bonito que tenerla a mi lado, pero igualmente lo dije.

A: Seguro que sí, mi niña —sonreí. Adoraba cualquier forma de apodarme que ella usara. Me llamaréis tonta, pero cada vez que ella me denominaba incluso por mi nombre, aparecían de nuevo esas putas mariposas cansinas.

A: ¿Tú ahora mismo querrías estar conmigo?

R: Yo por querer sí, pero no sé... Hace muy poco de todo esto de Sai. —«¿Qué mierda dices, Ro? ¡Tenías que haberle dicho que sí! Es eso que tanto tiempo llevas esperando.» Deseé un millón de veces rebobinar el tiempo y en esta ocasión decirle que sí, pero eso sería imposible.

A: Arriesguémonos, amor —dijo sin yo saber muy bien a qué se refería.

R: ¿A qué te refieres?

A: A pasar de la de los tacones —dijo refiriéndose refiriéndose Sai. Ese era el mote que ella le había puesto porque decía que las zorras llevan tacones. Puedo asegurar que el ataque de risa que eso me causó está en los Récords Guiness de 2015... Bah, es mentira pero ¿qué más da?

R: ¿Cómo? —pregunté esperándome la respuesta venidera. Y, joder, estaba hecha un manojo de nervios.

A: ¿Nos arriesgamos? —lo peor es que sabía a qué se refería y en aquel momento no sé ni qué definición dar a aquello que sentí.

Hala, apagad la luz que me voy.

Sin quererlo, grité de la emoción y las lágrimas vinieron sin querer a mis ojos. Joder, ¿cómo no iba a querer serlo? Era lo que más deseaba en aquel momento.

Quizás sólo era un título, uno más que no servía para mucho... ¿A quién voy aquel engañar? Aquella noche no se me olvidará en mi vida. El reloj marcaba las 02:54. El dieciséis de agosto de dos mil quince. Aquel día... No fue el día que más hablamos, ni el que más veces sonreí con ella, pero fue el día en el que se consolidó lo que hasta ahora había entre nosotras y que carecía de nombre. Al fin...

R: ¿Y tú quieres ser mi novia? —vale, llamadme retrasada, supuestamente querría serlo si ella me lo había pedido, pero ¡entendedme! Estaba muy nerviosa y no sabía qué hacer, y mucho menos sabía qué decir.

R: Claro, princesa. —Mi reacción: «Ro relee la conversación. Ro grita emocionada. Los padres de Ro regañan a Ro por el grito. Ro no deja de sonreír. Ro siente que es el mejor día de su vida.» Se había convertido en ese sueño factible. Ahora era realidad.

«No la puedo amar más. Es imposible. Puedo querer a muchas personas, admirarlas, adorarlas... Pero sólo amo y amaré a una persona de esta forma: a Alba.» Fueron las frases que estuve pensando absolutamente toda la noche, aunque en realidad yo sí sabía que la amaría más; a cada segundo que pasaba la amaba más y más hasta que, muy probablemente, algún día me explote la cabeza de amor.

Conté cada segundo que pasó después de que ya oficialmente fuésemos pareja. Pasó una hora y sonreí como una tonta por los sesenta minutos que habíamos conseguido estar juntas. ¿Qué pasa? Hay gente que no dura ni diez minutos, así que habrá que celebrar que hemos durado una hora... ¿no? Vale, ya me callo.

Aún seguía muy presente mi arrepentimiento por todas las cosas que había hecho, por todos esos errores que cometí y de los que me arrepentí, me arrepiento y me arrepentiré cada día de mi vida, pero no quería pensar en eso.

Disfruté cada segundo de la que ya sí era mi novia. Ella volvió a dejarme sin palabras en cada cosa que hacía: en cómo me emocionaba, en cómo sabía hacerme reír, sonreír y cualquier emoción existente en este mundo, y todo eso en una sola noche. No sé si en la faz de la tierra habrá alguna persona que consiga hacerme volar con los pies en el suelo de esa forma, y sinceramente, dudo mucho que la haya.

R: ¿Sabes qué? Fuiste la primera persona en decirme que era perfecta. No considero que lo sea, pero tú siempre consigues sacar lo mejor de mí. —Escribí ilusionada. No estaba muy acostumbrada a eso de decir cosas bonitas, así que decidí no esforzarme y sólo decir lo que me saliese del corazón; dejarme llevar.

A: Eres perfecta digan lo que digan, para mí siempre lo serás.

«AYYYYYYYYYYYYY lo que me ha dichoooooooooo. ¿Es en serio? ¿Es esto un sueño?» Era siempre lo que yo pensaba cada vez que me decía alguna cosa de estas que reclamaban a las putas mariposas. Y lo bien que se sentía con las putas mariposas...

Es esa sensación que no querría perder nunca; al igual que nunca querría perder a Alba, sobretodo porque me perdería a mí misma.

***

Ya queda poquito para el fin de la novela :(. Espero que os esté gustando :). Habrá 20 capítulos y el epílogo.

Por cierto, si os gustan los gamers y todo esto, os recomiendo el canal "NesspyPlay", que está empezando y la verdad es que a mí me gusta por ahora, y eso que no soy muy aficionada a ello. Muchas gracias de antemano :)

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