Capítulo 14.

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*Narra Ro*

A: Pero ¿por qué te has enfadado?

A: ¿No crees que Sai ha exagerado lo que pasó?

A: No sé qué te habrá dicho pero...

R: Déjame ahora. Estoy muy enfadada, así que luego hablamos. -Sé que fue cruel no dedicarle ni un minuto, ni una mínima explicación o una excusa, pero no podía decir nada. Sólo quería huir del mundo y quedarme sola con mis pensamientos en algún recóndito lugar.

A: Pero es que no entiendo por qué te has enfadado -y llevaba razón, yo tampoco sabía por qué me había enfadado. «Quizás fue por lo que me dijo Sai... ¿Y si ha exagerado lo que pasó? No, seguro que no era eso, seguro que era por lo que Alba había hecho. Seguro que era eso.» Traté de autoconvencerme y por el momento, lo conseguí.

Le hablé a Sai buscando apoyo, pero encontré un mensaje suyo antes de escribir yo el mío.

S: Rocío, he sido muy estúpida contigo. ¿Quieres ser mi novia?

R: Claro.

Bloqueé el móvil con desgana y suspiré. ¿Por qué había aceptado? Ni siquiera yo estaba segura. ¿Sería por costumbre? ¿Sería un acto involuntario para poner a Alba celosa? ¿Qué coño había hecho? Cerré los ojos con fuerza. Tras varias horas, el ruido del motor del coche cesó y el revuelo que montaron mis padres me indicó que ya habíamos llegado: Huelva.

Huelva... Esa tierra que yo tanto amaba y en la que tanto tiempo había disfrutado al máximo ahora se convertía en el lugar donde pasaría las vacaciones amargas que me esperaban...

...Pero nada nunca será lo que parece.

Estuve siete días allí, y en alguno de ellos -que no recuerdo cuál fue con precisión- recibí un mensaje de Alba. Ella también estaba en la playa y apenas hablábamos, aunque yo seguía con mi enfado incomprensible, así que no tenía muchas ganas de hablar con ella.

A: ¿Estáis juntas? Lo he visto por el 30... Has quitado el 25 y has puesto el 30.

R: Sí.

Otro día, ocurrió esto:

A: Tengo claro que más adelante tendré sexo, pero sin amor.

R: Guay. -Respondí intentando sonar lo más borde posible.

Ella sabía que yo consideraba que eso surgía del amor, que el sexo por placer no daba la felicidad, sino un sólo momento de bienestar relativo. Y ¿para qué mentir? Me dolió muchísimo; seguía enamorada de ella aunque mi novia fuese otra. Quería que fuese feliz y esa no era la forma.

Otro día cualquiera, recibí otro mensaje que, al igual que el que he mencionado anteriormente, me destrozó.

A: He conocido a una chica.

A: Se llama Alex.

A: Me está ayudando mucho con todo esto.

A: Es muy buena gente.

Ahí fue la vez en la que realmente sentí celos. Era una sensación extraña y confusa. No quería sentirlos. No quería estar en manos de Alba... Pero no eran momentáneos; eran intensos, y en ese instante sólo quería llorar.

R: Guay. -Reiteré mi contestación; no se me ocurría nada más borde.

Creo recordar que le dije que se enamoraría de ella y que me olvidaría, que acabarían juntas. Pero sé que deseé de corazón que esa chica la cuidara y la quisiera como Alba merecía, y que me olvidara y fuese feliz, sobretodo eso: que la chica a la que en silencio amaba fuese feliz, aunque fuese lejos de mí.

(...)

Esa misma tarde, iba a ir al concierto de Auryn. ¡Mis niños! Tenía muchísimas ganas de que llegase de una vez por todas ese momento. Después de todo lo que me había acontecido sentimentalmente en tan poco espacio de tiempo, necesitaba una buena noticia... Y esa buena noticia eran ellos.

R: ¡Sai! ¡Bebé! ¡Voy a ir al concierto de Auryn! -tecleé con la ilusión a flor de piel tras mi móvil.

S: Rocío, ¿qué te crees? Joder me lo has dicho ya muchas veces. Vale, una, pero ¿¡cuatro!? -las conté de nuevo, fueron dos-. Es que tu puta ilusión corresponde a echarlos de menos.

R: Perdón, pero es que no sabía por dónde hablarte. Por si no te acuerdas la última vez que me hablaste fue el día que vine a la playa. Joder, ni siquiera hablamos. Esto no se parece ni a una amistad. Algo habrá que hacer, ¿no crees?

S: ¿Tú te crees que yo no lo paso mal? ¿Tú crees que yo no pienso en ti y me quedo hasta las tantas llorando? ¿Tú crees que no me duele no ver a mi pareja? ¿Tú crees que no estoy al borde de una depresión por la puta distancia?

R: Sai, a mí nada me habría gustado más que hubieses estado en el concierto pero...

S: ¿¡Y tú qué haces!? ¡Coges y os vais a Huelva en vez de Cádiz!

S: Y encima lo que me faltaba es que todas las mojabragas que llevan nada de tiempo siendo Auryners me recuerdan ochenta veces que van a ir al concierto. A ese y al Coca Cola Music Experience On The Beach. Y yo aquí, en Cádiz.

R: Joder, ¿qué quieres? ¿Que le diga a mis padres dónde hay que ir de vacaciones?

R: ¿Lo de mojabragas y que lleva muy poco tiempo en el fandom va por mí? Porque no tienes ni idea de cuánto llevo, nunca me lo has preguntado. Además, si he tenido la suerte de ir, no seas tan directa, coño. Déjame en leído como llevas haciendo desde que conseguiste que volviesemos a estar juntas.

Esperé un tiempo su respuesta y decidí que quien calla otorga.

R: Me voy. Adiós.

Pegué un portazo en el coche y corrí hacia la pista en la que se celebraría el concierto. Conocí a unas chicas muy simpáticas y por fin, entre los saltos y los gritos que dimos, las miradas con los chicos, el delirio con la melodía de cada canción, conseguí olvidarme de todo y sonreír.

Y si algo saqué en claro aquel día tan confuso, fue que amaba a Alba. Que la necesitaba en mi vida...

Y que ella me amaba, que Sai jugó con la historia tanto como quiso, que no debía haberle hecho caso...

...Pues al final sí que saqué muchas conclusiones al son de "Circus Avenue".

***

Capítulo para mi SWEETIEF. Te amo mucho princesa ♡.

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