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Natasha y Clara se habían vuelto cercanas desde el momento en que Fury comenzó a juntarlas para realizar ciertas misiones. El hombre creía que ambas eran una perfecta combinación y resultó que tenía razón, puesto que ambas se volvieron amigas muy cercanas.
Tan cercanas que Clara comenzó a fantasear con la idea de tener una relación amorosa con la pelirroja. Desde entonces la morena siempre pensó en las mil y una formas en que podría confesar sus sentimientos. No obstante, fue gracias a Clint Barton que las chicas salieron en una cita.
— ¿Sigues sin saber qué en la cita?—, inquirió Clint.
Natasha asintió. Ella quería que la cita sea perfecta.
Clint sonrió ligeramente —. El otro día me contó que quería aprender a andar en patineta. ¿Por qué no la invitas al parque que abrieron la semana pasada?
—No lo sé, Clint. ¿Si le digo eso no crees que creerá que será una salida normal? Ya sabes.., no una cita.
El arquero suspiró —. Nat, creo que lo estás pensando mucho-, admitió, levantándose y dirigiéndose a la puerta —. Confía en ti y ya.
— ¿Confiar en mí? ¿Y eso de qué ayudará si arruino nuestra amistad?
—A ver, ustedes tienen una hermosa relación. Deja que todo se dé naturalmente.
Natasha hiso una mueca. Su mejor amigo tenia razón. Si forzaba las cosas, no sería una relación verdadera. Y si no era una verdadera, ¿Para qué tener una relación? Sin volver a pensarlo por temor a echarse para atrás, se levantó y fue directo a la sala. Tú te encontrabas bromeando con Clint, el cual sonrió cuando vio a Natasha acercarse.
-Tengo que ir a hacer algo, me voy-, Clint se despidió rápido. Frunciste el ceño al ver la repentina fuga de tu amigo, pero cuando escuchaste la voz de Nat detrás tuyo, no pudiste evitar olvidarte de él.
-Mm, ¿Podemos hablar?
-Claro que si, Nat-, dijiste restándole importancia. Siempre tendrías tiempo para Natasha Romanoff.
-¿Quieres salir en una cita conmigo? Había planeado ir al parque y... andar en skate, tal vez ir a por un helado luego-, Natasha había sonado tan nerviosa que le dieron ganas de golpearse a ella misma. Pero en ti solo causo ternura. No era fácil poner nerviosa a la Viuda Negra, y te encanta saber que tu podías hacerlo.
-Claro, Nat. ¿Ahora?
Natasha te miró sorprendida y asintió. Ella no esperaba que la aceptaras, y mucho menos que sea tan pronto.
-Claro. Solo... Déjame arreglarme y...
Tú levantaste la mano y la frenaste.
-Estas perfecta así. Siempre lo estás.
Natasha sonrió sinceramente y te abrazó por la cintura.
-Teniendo en cuenta que voy a estar a tú lado, me veo como la mierda.
Tú te detuviste y le diste un suave y rápido beso en los labios. Natasha se quedo quieta un momento, sorprendida por tu acción.
-¿Por qué...? ¿Por qué hiciste eso?
-Siempre me pregunte como sabrían esos labios.
-Pero no los probaste-, dijo Natasha, entrando en confianza.
-Ah, ¿No?-, sonreíste pícara y Natasha te acercó a ella tomándote de la cintura.
Entre las dos cortaron la distancia que separaba a sus labios y se besaron un largo rato. Cuando se separaron, ambas tenían una gran sonrisa en los labios.
-Entonces, vamos a buscar las skates-, dijo Natasha y ellas fueron a sus respectivas habitaciones con intención de tomar sus patinetas.
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