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Apenas Bucky salió del hospital, corriste hacia él y lo abrazaste.
-Menos mal que estas bien-, murmuraste mientras escondías tu cabeza en su cuello, aspirando su olor característico. Saliste de tu escondite y lo miraste a los ojos -. ¿Estás bien?
Bucky no te respondió si no que te volvió a abrazar. Permanecieron abrazados unos minutos, hasta que Bucky se sintió listo para romper el abrazo. Tú sabias que tu preocupación se notaba en tus ojos, pero no podías evitar preocuparte por tu novio. Los dos fueron hasta su habitación en silencio, ambos se pusieron sus pijamas y se subieron en su cama. Tú estabas sentada, apoyando tu espalda en la pared; mientras que Bucky estaba acostado, descansando su cabeza en tus piernas. Tú pasabas tus dedos entre su cabello, calmándolo. Se quedaron callados un rato así, hasta que Bucky se sintió listo para hablar.
-Recordé algo en la misión.
-¿Qué recordaste?-, le preguntaste, siendo precavida.
-Lo recordé justo antes de que me lastimaran, Steve y yo fuimos en una doble cita a la Expo Stark.
-¿Es algo de lo que tengo que preocuparme?-, lo interrumpiste con una sonrisa.
Bucky movió la cabeza y te miró con una ceja alzada.
-Lo siento. Continua.
Él volvió a enfocar su vista en la pared y tú seguiste jugando con su pelo.
-Esa fue la primera vez que vimos a Howard Stark en persona. Él tenía un auto volador, bueno, casi volador.
Tú reíste entre dientes y Bucky volvió a mirarte.
-¿Qué tiene de divertido?
-Solo estaba pensando en como luciría-, mentiste.
Bucky siguió contandote su memoria, pero no podías concentrarte en lo que él te contaba. Tan pronto como Bucky se durmió, tú le mandaste un mensaje a uno de tus viejos amigos y, después de discutir un rato, lograste arreglar para encontrarte con él y ver una posesión suya en específico.
Volviste a mirar a Bucky y sonreíste, no podías evitar pensar en lo afortunada que eras de tenerlo a él como novio. Te quedaste un rato, solo viéndolo y recordando cosas que habían hecho, hasta que te quedaste dormida.
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-Sabes que no es inteligente cegar a un asesino-, Bucky se quejó, por milésima vez, de la venda en sus ojos.
-Lo he hecho antes con Natasha y nada paso y, cállate de una vez o arruinaras la sorpresa.
Tú seguiste guiándolo, tomados de la mano, hasta que viste al hombre que, básicamente, creó a los Vengadores.
-Quédate quieto-, le dijiste a Bucky antes de separarte de él y correr hasta Phil para abrazarlo -. Gracias-, murmuraste en su oído.
-Cualquier cosa por tí-, te respondió Phil y sonreíste. Evitaste comentar que ese 'todo' era difícil de conseguir puesto que te había costado convercelo para que le enseñará su posesión más preciada a tu novio.
-Esta bien-, le dijiste a Bucky después de acercarlo a donde estaba Phil -. Ya puedes quitarte la venda.
Bucky se la saco y no pudo evitar sonreír.
-¿Eso es lo que creo que es?-, te pregunto y reíste ante su sonrisa de niño.
-Conozco al dueño-, respondiste con una sonrisa.
Bucky te abrazó y te dio un rápido beso en los labios antes de, sin soltar tu mano, correr hacia el auto. Justo cuando la mano de Bucky estaba por tocar la puerta del coche, una voz interrumpió su acción.
-No toques a Lola.
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