MARVEL

143. Rogers vs Maximoff P.

Steve había tenido un mal presentimiento desde que te vio en tu traje de baño. No era que te quedara mal. Para nada. Realmente te favorecía y el hecho de que tuvieras tu cabello amarrado, dejando algunos mechones sueltos, te hacía ver aún más linda.

No fue hasta que los dos salieron a donde los demás vengadores se encontraban y él observó como Pietro no sacaba sus ojos de encima tuyo. Los celos lo invadieron pero no dijo nada ya que temía que tú te enojaras con él.

-Voy a buscar algo que tomar-, le dijiste a tu novio, Steve, para salir de su firme agarre y adentrarte al lugar. Pietro no tardo en entrar con una vaga excusa que necesitaba usar el baño, lo cual Steve lo considero muy conveniente.

Steve no aguanto más y entró al lugar. Camino hasta la cocina, donde se suponía que tú estarías y, cuando vio lo que sucedía, su ira lo cegó. 

Pietro llevaba rato coqueteándote, pero tú le habías dejado en claro que estabas saliendo con Steve y que sólo tenías ojos para él. Pero, cuando tú fuiste a la cocina, Pietro no tardo en aparecer detrás tuyo. Él te había hecho reír varias veces en un corto tiempo y, cuando volvió a su rutina de coqueteo, lo miraste mal.

-Apuesto a que el viejo ese no te hace reír tanto como yo-, soltó y tú lo miraste mal. Él alzó las manos, en forma de disculpa, y se acercó a ti -. Vamos, T/N. Sólo un beso. Un beso y seguro te olvidas del rubio ese. Lo nuestro es verdadero, puedo sentirlo.

Fue entonces cuando Steve entró y escuchó todo lo que te dijo Pietro. Steve empujó a Pietro lejos de ti y te coloco detrás de su espalda.

-Vuelve a repetirlo, Maximoff. Vuelve a repetir lo que dijiste ahora que yo estoy aquí presente.

-Puedo repetirlo si quieres-, lo miró desafiante, acercándose al Capitán y sacando pecho. 

Tú te desquitaste del agarre de Steve y te paraste entre los dos. No entendías como todo, tan rápido, había adoptado un ambiente agresivo. 

-¿En qué mierda piensan?-, gritaste y ambos te miraron, al escuchar tu voz rota -. Somos un maldito equipo, par de idiotas. No tendríamos que estar peleando entre nosotros-, dijiste, con los ojos cristalizados. El corazón de ambos chicos se achicó cuando vieron tu expresión y compartieron unas miradas para, luego, asentir y alejarse.

Steve te abrazó y tú miraste como Pietro abandonaba la sala con la mirada dolida. Te sentiste mal por él, pero no ibas a ilucionarlo con algo que no pasaría.

VOY A HACER UN ESPECIAL ASÍ DE CELOS e.e